Las identificaciones. Un mecanismo que trasciende la imitación o la simple mimetización social.

Es de una veracidad clínica, sin lugar a dudas, constatar que a medida que avanzan los análisis de los síntomas de nuestros analizantes, encontramos profundas identificaciones con su padres o figuras significativas de su infancia. Un elemento crucial y paradójico es la identificación con una posición que en el pasado los hizo sufrir de tal manera, que la sorpresa y la incomprensión surge en la mente de los analistas. Sin embargo, algunos han tratado de simplificar o reducir la complejidad de la identificación, como un mecanismo de construcción del Yo, un modo de defensa y finalmente la condición estructural de estar atrapado a ese otro, con quien estamos en conflicto o asumimos la existencia de una diferencia absoluta. Para finalmente terminar siendo tan igual a ellos.

Según Colette Soler, en un texto inigualable: Lo que Lacan dijo de las mujeres (2015). siguiendo la ruta dejada por Lacan, existen tres tipos de identificación según el psicoanálisis. “La primera es identificación con el objeto que sostiene el deseo, la segunda con el sujeto del deseo y la tercera con el significante del deseo”. Corolario que da cuenta del origen del sujeto, pero también su goce y sufrimiento.

Un analizante decía; “Soy tan puta con mi madre, al punto que no me acuerdo con quienes me ha acostado”. El objeto; son los hombres anónimos, el sujeto; la madre deseante de chicos malos y el significante, que es la identificación con la frase: “Gozo como una puta, sin serlo”. Por el cual termina siendo peor, deduciendo por el efecto de negación. Las identificaciones se distribuyen en tres niveles que se enlazan. Así mismo, esto no termina de explicarse, queda por responder ¿Cuál es la razón o propósito que subyacente a esta identificación? El amor en su versión mas extrema y singular, se podría decir…..quedo por responder.