"LAS MARCAS QUE NO ENTIENDAN LO HUMANO, ESTAN OUT".
Con frecuencia, vivo experiencias con marcas que me solicitan ayuda para ordenarse, transformarse, destacarse y saltar al siguiente nivel.
Es innegable y observo muchas empresas que evolucionan, centrándose en el cliente y priorizando su experiencia. Sin embargo, la realidad actual es compleja y se encuentra en constante cambio, lo que obliga a las organizaciones a entender de la misma manera a su cartera de clientes.
La evolución de las estrategias de marketing ha llevado a un cambio significativo en la forma en que las empresas se relacionan con los consumidores.
Las "marcas humanas" han emergido como un concepto central que guía las estrategias de muchas compañías.
Aquellas que han comprendido el valor de centrarse en la vida de sus clientes saben cómo interactuar y dar valor a esas relaciones. Entienden a la perfección la forma de conectarse con sus audiencias de manera cercana, cotidiana y más humana, compartiendo valores y contribuyendo al cumplimiento de las cambiantes prioridades de los clientes. Cumplir con la promesa de marca las coloca en la mejor posición para conservar su lugar.
Las marcas humanas son aquellas que comprenden la importancia de establecer una conexión auténtica con su audiencia. No se trata solo de vender productos o servicios, sino de construir relaciones a largo plazo basadas en la empatía, la comprensión y la autenticidad. Estas marcas reconocen que detrás de cada compra hay un ser humano con emociones, necesidades y deseos.
De esta manera, estarán mejor preparadas para enfrentar el futuro, incluyendo los nuevos desafíos que se presenten. Porque lo único seguro es que todo seguirá cambiando.
Los consumidores exigen cada vez más transparencia en temas clave como sostenibilidad, responsabilidad social y comercio justo, entre otros más. Y deben tomar nota urgentemente de que su reputación está en juego las 24 horas, los 365 días del año. Sin embargo, hay muchas que aún no lo comprenden.
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La información fluye rápidamente a través de Internet, lo que no deja espacio para aparentar ser algo que no se es. Si la promesa es inconsistente, es el propio consumidor quien lo pone en evidencia, con la consecuente pérdida de valor, y por ende, de rentabilidad. Acá es cuando la marca entra en estado de shock y quiere tapar el sol con las manos.
Construir y diseñar una marca poderosa es la base estructural del negocio, ya que la marca en sí misma es una fuente de valor que ayuda a alcanzar una posición preferente en la mente y, sobre todo, en el corazón de las personas.
Si la estrategia de branding no involucra a las personas (clientes, colaboradores, proveedores), queda desfasada. Y si no contribuye a concretar negocios y generar utilidades, es ineficaz.
Alcanzar el equilibrio entre lo que se dice y lo que se hace, es decir, entre la manifestación de la promesa y su verdadero cumplimiento, es responsabilidad de la gestión de marca, es decir, del branding.
En resumen, las marcas humanas son una necesidad en el mundo actual de la comunicación y el consumismo. Comprenden la importancia de la empatía, la autenticidad, la transparencia y la comunicación efectiva. Estas marcas no solo venden productos, construyen relaciones significativas y contribuyen al bienestar de la sociedad. Las marcas que no entiendan lo humano están destinadas a quedarse atrás en un mundo donde la conexión auténtica con los consumidores es esencial. En la era actual, las marcas que no entiendan lo humano, están out.
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1 añoExcelente artículo Juan Cruz