Las seis mentiras de Joe Biden sobre la retirada de Afganistán
Joe Biden, de espaldas, en la Casa Blanca. REUTERS

Las seis mentiras de Joe Biden sobre la retirada de Afganistán

PABLO PARDO. Corresponsal. Washington

@pablopardo1

¿Qué ha pasado en Afganistán? Si uno escucha al presidente de EEUU, la respuesta es clara: los afganos echaron a correr en cuanto los estadounidenses se fueron, y así acabó una guerra que, de haber continuado, hubiera requerido algo así como el Desembarco de Normandía por parte del Pentágono. Como todos los eslóganes, es fácil de entender y de recordar; también está lleno de presunciones falsas.

1. LOS AFGANOS NO QUISIERON LUCHAR

De todas las afirmaciones de Joe Biden, acaso ésa sea la más escandalosa. Según las estimaciones de la Universidad de Brown, una de las más prestigiosas de Estados Unidos, de 2001 a 2021 murieron entre 66.000 y 69.000 soldados, policías, y miembros de las fuerzas de seguridad de Afganistán combatiendo a los talibán. A cambio, apenas 2.442 militares estadounidenses murieron en la guerra, es decir, entre el 3,54% y el 3,7% de los miembros de las Fuerzas Armadas de Afganistán que fallecieron.

La cifra de los caídos de EEUU es un poco mayor si se cuenta a contratistas militares (una manera muy educada de decir "mercenarios"), periodistas, espías y diplomáticos, pero, también es cierto que las estadísticas oficiales computan cientos de muertos que fallecieron en accidentes, así que algunos de los casos oficialmente adscritos a Afganistán sólo lo son desde el punto de vista burocrático. Ése es el caso, por ejemplo, del sargento Ryan D. Forsker, que se ahogó el 24 de septiembre de 2002 en el mar en la base de Guantánamo, en Cuba, o del teniente Thomas Robinson, que se suicidio de un tiro en Bahréin, a 1.200 kilómetros de Afganistán, el 23 de octubre de ese mismo año.

La inconsistencia de las afirmaciones del presidente de Estados Unidos es todavía mayor cuando se tiene en cuenta que otros 47.245 civiles afganos murieron, según la Universidad de Brown. Si se suma esa cifra a la de los miembros de las fuerzas de seguridad fallecidos sale un total de entre 113.000 y 116.000 afganos muertos.

Con esas afirmaciones, cabe también preguntarse si a Biden, a sus 78 años, le falla la memoria. Porque a los talibán no los derrotaron en 2001 los estadounidenses, sino los afganos. Cuando en noviembre de aquel año el emirato afgano se colapsó, apenas había en el país 4.000 soldados estadounidenses y unos 300 paramilitares de la CIA. Los talibán fueron derrotados por las guerrillas uzbekas, tayikas y chiíes y por algunas tribus pashtunes con el apoyo aéreo y de las Fuerzas Especiales de EEUU. Sólo como referencia: en marzo de 2003, 248.000 soldados de EEUU y 48.000 de Gran Bretaña invadieron Irak.

2. ES UNA GUERRA IMPOSIBLE DE GANAR

En realidad, EEUU y sus aliados ganaron la guerra. Y mantuvieron esa victoria durante tres años, de 2002 a 2004. De hecho, en 2002 y 2003, Estados Unidos mantuvo una presencia militar minúscula, de entre 5.000 y 10.000 soldados en Afganistán, un país casi tan grande como España y Gran Bretaña juntas. Con las historias de miedo que el presidente estadounidense ha contado en estas tres semanas, cabría pensar que esos soldados fueron blancos de innumerables ataques, ¿verdad?

En realidad, sucedió todo lo contrario. En 2002, 26 estadounidenses murieron en combate en Afganistán; en 2003, 29. Las bajas solo empezaron a aumentar a partir de 2005, cuando -tras tres años en los que EEUU sólo se centró e Irak- los talibán habían sido capaces de reorganizarse en Pakistán, con la ayuda del servicio de espionaje (ISI) de ese país. El hecho de que EEUU se obsesionara con Irak constituyó una gran ayuda para los integristas afganos, al desviar recursos clave, como aviones de transporte, hacia aquel teatro de operaciones.

3. DE NO HABERSE RETIRADO, EEUU HABRÍA TENIDO QUE ENVIAR UNA FUERZA MASIVA A AFGANISTÁN

La tesis de Biden es que los talibán no atacaron a EEUU desde febrero de 2020 porque Washington se había comprometido a retirar a sus soldados. Eso es cierto, pero no implica que, de haber renunciado a la retirada, EEUU hubiera tenido que llevar a cabo una especie de intervención a gran escala en el país. A menudo se obvia el hecho de que hasta principios de julio el Gobierno de Ashraf Ghani controló todas las capitales de provincia del país, y que el colapso del régimen democrático afgano se produjo en tres semanas. Sin duda, la decisión de suspender la retirada habría supuesto el envío de más soldados, y, casi con total certeza, más muertos. Pero no es menos cierto que desde 2016 EEUU nunca ha tenido más de 10.000 militares en el país, y que desde ese año hasta el 31 de diciembre de 2019 solo hubo 77 muertos estadounidenses -por todas las causas, incluyendo accidentes- en Afganistán.

4. EEUU FUE A AFGANISTÁN A COMBATIR A AL QAEDA, NO A LOS TALIBÁN

Estados Unidos fue a Afganistán en función de la Resolución Conjunta del Congreso para la Autorización del Uso de la Fuerza contra quienes "autorizaron, planificaron, cometieron, o ayudaron" en los atentados del 11-S. Con ese texto parece cuestionable que no pueda considerarse que los talibán, que protegían a Osama bin Laden y 20 años después siguen negando que éste estuviera involucrado en los atentados de Nueva York, Washington y Pennsylvania, no ayudaran en la comisión de ese crimen.

El problema es más complejo, porque la Resolución se ha empleado para autorizar las intervenciones militares estadounidenses en Irak, Kenia, Yibuti, Georgia, Somalia, Eritrea, Filipinas, y Etiopía, en casos de grupos que, aunque están afiliados a Al Qaeda, no solo no participaron en el 11-S, sino que, en muchos casos, fueron creados después de los atentados.

5. BIDEN SE ENCONTRÓ CON LOS ACUERDOS DE DOHA Y LA RETIRADA DE EEUU PACTADA

Desde que llegó a la Casa Blanca, Joe Biden ha paralizado la construcción del muro de Donald Trump en la frontera con México, ha vuelto a poner a EEUU en los Acuerdos de París sobre el cambio climático, ha dado marcha atrás en la apertura de regiones de Alaska a la explotación petrolífera, ha cancelado de un oleoducto desde Canadá que llevaba dos años en construcción, ha creado lo que podría acabar convirtiéndose en una renta mínima con carácter permanente para las familias con hijos, y está preparando la mayor expansión del Estado en cinco décadas. Por alguna razón, sin embargo, considera intocables a los Acuerdos de Doha, que el ex diplomático estadounidense Walter Andersen califica en una entrevista con este periódico de "rendición unilateral".

6. RUSIA Y CHINA QUIEREN QUE EEUU SIGA EN AFGANISTÁN

Biden no ha aportado ninguna prueba de esa tesis, que algunos expertos desmienten. Ése es el caso del presidente del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés) de EEUU, Richard Haas, para quien la retirada significa la renuncia de Washington a cualquier forma de influencia en Asia Central, ya que Rusia va a usar la amenaza -real o ficticia- de los talibán para reforzar su presencia militar en las repúblicas ex soviéticas de esa región. Sin los soldados de EEUU, China tiene una vía más para conectarse con Irán y ofrecer a ese país comercio e inversiones que le permitan sortear las sanciones de Washington, mientras sigue desarrollando su programa nuclear. Al mismo tiempo, Pekín va a usar Afganistán para reforzar su conexión con Pakistán y la importancia del puerto de Gwadar, que ha construido en ese país. EEUU ha perdido todavía más capacidad de influencia en Pakistán, e India, la potencia que más abiertamente se opone a los talibán, tiene un motivo más para desarrollar una política exterior y de defensa que dependa en el menor grado posible de Estados Unidos.

David Corominas Botana

Brand strategist & Communication advisor. Samuel Pickwick fan.

3 años

Gracias, muy interesante. La verdad es que más allá de la falta de verdad, como señalas. Aquello es un avispero para el que no parece que hubiera un plan claro. Como soy lego en el tema afgano, no hago más que aprender.

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