No le des “portazo” a tu éxito profesional
“Nunca hay una segunda oportunidad para una primera impresión” (Oscar Wilde).
A lo largo de mi experiencia realizando entrevistas a diferentes profesionales me he encontrado, en numerosas ocasiones, con una situación que, por más que le he dado vueltas, jamás he logrado comprender el por qué ocurría una y otra vez. El caso es que nos hemos ido convenciendo a nosotros mismos de que, por la situación de crisis en la que desgraciadamente nos encontramos y por la consecuente escasez de ofertas, las posibilidades de encontrar un trabajo que realmente se ajuste a nuestras “soñadas” expectativas son mínimas. Eso ha hecho que perdamos motivación y que, por miedo a equivocarnos, no dudemos en “agarrarnos a un clavo ardiendo” (incluso si “el clavo” es aburrido y lejano a lo que perseguimos como profesionales). Pero, ¿Y qué pasa cuando la oportunidad te llega como “caída del cielo” de manera directa sin ser consecuencia de tus esfuerzos de búsqueda de oportunidades?
La selección de personal ha evolucionado de tal forma que, muchas veces, las empresas especializadas en la búsqueda de talento ya no recurren de una forma tan asidua a la publicación de ofertas de trabajo en portales de empleo. Las referencias profesionales están pisando cada vez más fuerte y el resultado de hacer uso de ellas es, en la mayoría de los casos, como el que el que puede generar la publicación de un anuncio de empleo. Es una vía que te permite entrar en contacto con profesionales que, no sólo se adaptan a lo que buscas, sino que han sido referenciados de manera positiva por alguien que tú has elegido y que, por diversos motivos, consideras que te va a aportar una información fiable y realista de esa persona (por estar en un sector similar, por valorarle de manera objetiva como profesional o incluso quizás porque éste profesional ya ha venido referenciado previamente por alguna otra persona). La red empresarial está interconectada por infinidad de puntos de conexión entrelazados que te llevan a tu objetivo de una forma rápida y eficaz.
Y, tras ésta introducción, para presentaros lo que trato de explicar, pongámonos en situación a través de un ejemplo claro: ya he identificado a mi fuente de referencias, me he puesto en contacto con él/ella para contarle la necesidad de nuestro cliente y, expectante, espero a que pueda orientarme y facilitarme profesionales que, como mínimo, serán expertos en el área de interés y que, idealmente, quizás puedan adaptarse al perfil solicitado por nuestro cliente. Estamos de suerte, porque hemos elegido bien a nuestro “referenciante”. No sólo nos ha recomendado a tres profesionales, sino que además nos ha facilitado la vía para llegar a ellos: nos ha dado sus números de móvil. Sólo nos queda ponernos manos a la obra: llamarles. Es aquí cuando el camino suele desaparecer bajo nuestros pies.
Entras en contacto con el profesional, que no tiene por qué estar en búsqueda activa de empleo (de hecho, es casi más que probable que no sea el caso) y, ante mi sorpresa, a veces te encuentras con que, no sólo no quiere ni escuchar el proyecto que te dispones a presentarle, sino que, en ocasiones (he de reconocer que suelen ser pocas), no recibes la atención y el trato adecuado que la situación merece. Y la pregunta que siempre se me viene a la cabeza es: ¿Qué ventaja tiene cerrarte las puertas sin ni siquiera escuchar lo que nunca sabes si podría ser el proyecto de tus sueños? Bajo mi punto de vista, no encuentro absolutamente nada que se pueda perder. Ni siquiera considero que se pierda una milésima de segundo en el caso de que el proyecto finalmente no resulte interesante.
En definitiva, cuando las oportunidades te llegan de manera inesperada y de una forma directa, se me ocurren, al menos, dos cosas que no debes dejar de hacer:
- Siéntete un gran privilegiado. No todos los días se reciben llamadas directas y, si en éste caso ha sido así, es porque “alguien” te reconoce y te valora como profesional. Por eso, debes quedarte con ese sentimiento positivo de orgullo personal y de “autosatisfacción”.
- No minusvalores la importancia de ampliar tu red de contactos y trata siempre de “dejar huella” en las personas. El día de mañana lo agradecerás. Para ello, mi consejo es que escuches, que te tomes el tiempo que necesites para valorar lo que se te propone y que, finalmente, tomes una decisión. Nunca sabes dónde puede estar esa “puerta” que te lleva, no sólo a un posible reto profesional que jamás hubieras barajado, sino que quizás te ofrece la oportunidad de conocer a alguien que pueda llevarte a aquello que persigues. Y, créeme, si de algo estoy plenamente segura es de lo que te llevas debajo del brazo: un contacto más, una vía más, una puerta abierta a la que poder recurrir cuando lo necesites.
Y tras todo éste análisis y reflexión, mi pregunta es: ¿Qué harías si te llamo para contarte un posible proyecto? Y antes de que respondas, déjame decirte algo: “el tren, a veces, solamente pasa una vez”.
Éste artículo ha sido publicado originalmente en La Nueva Ruta del Empleo. Te invito a que leas éste y otros artículos en este enlace.
Industrial Plants Projects Management | Development | Operations
8 añosEN total acuerdo. Nunca sabes a futuro lo que podrás necesitar. El cortoplacismo es miope y poco inteligente.Cada interacción enriquece tu trayectoria profesional.
Opinions are on my own, mis opiniones solo me representan a mi.
8 añosTotalmente cierto, pero en el contexto actual ultraconservador de los que tienen empleo, igual piensan, no me arriesgo, o si se entera la mepresa donde estoy, me despiden. Caben esas posiblidades.
Grandísimas reflexiones, y más aún en estos tiempos en que todos los trabajadores por cuenta ajena somos vendedores del mismo producto, nuestro perfil profesional. Lo que me parece imperdonable, aparte de la posible falta de atención, es la dejadez en el trato. A pesar de nuestra, a priori, carencia de interés, no cuesta nada dispensar un trato amable a nuestros interlocutores, en ésta y otras facetas de la vida, aunque esta circunstancia suele ir ligada a cada persona en todas sus facetas. "La vida es una sucesión de puertas, y sólo nosotros somos responsables de las que abrimos...........y de las que cerramos"
Socio-director y fundador de ALBEN Ingeniería y Marketing
8 añosDecía Thomas Carlyle "La educación y la cortesía abren todas las puertas.", y con esto me refiero a que cualquier propuesta que viene hay que escucharla, valorarla y responder. Nosotros recibimos a veces proyectos que de personas que tienen ideas y nos vienen a consultar si podríamos desarrollarlas nosotros y cuánto costaría. En ocasiones son proyectos a nivel de software, otras en estudios de mercado. Hasta el día de hoy, los que han venido a nuestra oficina han sido escuchados y respondidos, y por teléfono, o por email de la misma manera. ¿Por qué? Por todo lo que expones en este artículo que voy a compartir. Precisamente porque ahora esa persona que viene a ti y se siente escuchada, valorada en su proyecto y demás, quizás descarte hacerlo o entienda que es algo que no es viable... pero esa persona, mañana, si alguien le pregunta, dirá: fui a tal sitio y me atendieron muy bien. Y he ahí el asunto. Si a un profesional, ya esté trabajando de forma autónoma o de asalariado, le vienen con un proyecto y no lo quiere ni escuchar, demuestra que no le importa mucho su propio futuro. La formación no la dan solamente los estudios, ni la educación, sino que, depende de cada uno. Y cada día estamos aprendiendo y formándonos. Cada persona somos responsables de nuestras propias decisiones y también de sus consecuencias. No cerremos puertas nosotros mismos, ya hay otros que nos las cierran directamente sin preguntar, por prejuicios, intolerancia, inmadurez... Un saludo
Responsable de Seguridad y Salud en Astilleros ARMÓN Gijón - HS Manager Astilleros ARMÓN Gijón
8 añosMuy interesante...