Lecturas que aportan valor al trabajo, y no son de empresa
Lecturas clásicas que aportan valor al trabajo, y no son de empresa
Se trata de considerar lo que nos aporta valor en la faena de cada día (laboral, por supuesto).
El caso es que en un viaje muy reciente en tren, tan reciente como ayer mismo, charlando con Juan José González de muchos y variados temas, de esa faena laboral la mayoría, realidades y proyectos de futuro, un buen pico de enseñanza, un paso ligero por los deportes que ayudan a mantener la salud física y, sobre todo, mental ―correr, natación, tenis… otra cosa es lo que podemos y nos gusta practicar, porque, a veces, el boxeo sería… me callo―; algo de cotilleo de gente y empresas circundantes (que no falte), y lo que me caló hondo es lo que me contó de que había propuesto en alguna de las empresas en las que había trabajado: ¡un club de lectura entre los empleados! GENIAL. Conocía de secciones de montaña, de fútbol y otros deportes, de tomar cervezas ―para, que esto no―… pero ¡¿De lectura!? No. Fantástico.
Como esto, Linkedin, es una red empresarial, se supone, propongo que quienquiera aporte alguna de las lecturas, que considera pueden aportar ese “valor al trabajo en el trabajo”, de cualquier tipo, que hay muchos. No tienen por qué ser específicos de empresa, y mejor si lo buscas en tu cabeza y no en el omnipresente buscador, que es lo que iba a hacer. Todos tenemos algunos que acuden rápido en el datalake de neuronas que poseemos en el ático craneal, esos de Baltasar Gracián, Sun Tzu… pero no tienen que ser específicos de empresa (como no lo eran en principio los citados), sino que se puedan aplicar.
Y empiezo yo: (tengo que discurrir un poco, necesito tiempo…)
· Al sur de la frontera, al oeste del sol, de Haruki Murakami. Muy buena la historia principal, añade criterios, excelentes, para montar y gestionar un negocio de hostelería.
· Guerra y paz, no puedo evitar ponerlo. Aquí hay de todo tipo de estrategias, desde las amorosas a las bélicas, para conseguir los objetivos planteados, o fracasar en el intento.
· Plataforma, de Michel Houllebecq. La puesta en marcha de una aventura empresarial, dejando aparte el tema de fondo (el sexo y sus divagaciones de todo tipo), no les va mal. (Cuidado que el libro no es adecuado para almas delicadas).
A ver, uno más, remarcando que esto no es clasificación de calidad ni cantidad alguna, ni publicidad de nada ni nadie, y que cada cual ponga los que le parezca, eso sí, a partir de uno, que menos… bueno, los comentarios siempre son oportunos.
Ya lo tengo
· La regenta, de Clarín. La organización de la Iglesia es paradigmática.
(Aunque… ya he puesto un clásico de dimensiones considerables… casi añado otro más funcional, ¡ya lo tengo!, indiscutible, salvo que alguien piense lo contrario):
· Alicia en el país de las maravillas, junto a Alicia a través del espejo, de Lewis Carroll, (los dos son uno). Repletos ambos de situaciones y comentarios, que además de divertidos, son reflexiones y cuestiones que ayudan a formar criterios de operatividad en ese discurrir diario en el trabajo. Repito: laboral, por supuesto. Pero igual no
P.S. Lo de que las lecturas sean reales puede ser limitante, que twitter, Instagram, Facebook y lo de las cervezas quita mucho tiempo. Consideremos los libros que sabemos de que van y conocemos bien, aunque no los hayamos disfrutado, o sufrido, que muchos, también.
P.S. 2 Tendremos que organizar otro post con películas, me da que será más fácil que con los libros.