Los 3 PILARES de la MOTIVACIÓN y la LEALTAD
Formar a alguien, para desempeñar la tarea que sea, requiere tiempo y dedicación, transferir conocimientos y acompañarle mientras logra adaptarse a los hábitos y costumbres del equipo que pasa a integrar.
Mantener a esa persona motivada coadyuva a que los resultados de su labor sean los deseados, y lograr que su lealtad sea alta minimiza la eventualidad de que decida partir, llevándose consigo la inversión que hemos realizado en su formación.
Ahora bien, para poder cumplir con ambos objetivos, hemos de conducir nuestros equipos de trabajo con base en tres importantes pilares. Veamos a continuación cuáles son:
a) Delegación: La confianza es inherente a la decisión de delegar. Esta atribución de responsabilidad y libertad de acción se ha de traducir en un claro mensaje de apoyo y respaldo. A su vez, para poder delegar eficazmente, quienes asumen la responsabilidad deben comprender a cabalidad las consecuencias de su trabajo y la forma en que este impacta en los distintos departamentos de la empresa.
b) Rotación de puestos de trabajo: Desempeñar durante mucho tiempo una misma función hace que la persona pierda perspectiva y encare su tarea como si la misma se tratara de un proceso que inicia y termina dentro de las cuatro paredes de su oficina. Una buena manera de ampliar los horizontes de los funcionarios es enmarcar las tareas que realizan dentro del contexto adecuado. Esto es, vinculándolas a las labores de sus colegas en otros departamentos. Habiendo adquirido ese panorama general los funcionarios tomarán consciencia de la importante confianza depositada en ellos.
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c) Evaluaciones de desarrollo: No hay que perder de vista que los resultados se construyen de día en día, por lo que hay que prestar especial atención a las tendencias e interpretar las causas y razones que se esconden detrás de cada dato. Para poder monitorear el desempeño y garantizar un adecuado encaje entre las distintas áreas de la empresa es importante implementar un sistema de evaluaciones que permita ponderar, con cierta periodicidad, tanto el desarrollo individual de los funcionarios como el de los equipos que estos integran. Sin perjuicio de que pueda resultar una obviedad, el buen desempeño debe estar asociado, necesariamente, a un reconocimiento. Destacando el mérito de forma pública, y retribuyéndolo de manera tangible.
La sinergia resultante de la sumatoria de estos tres pilares proveerá a tu equipo de trabajo de las herramientas necesarias para el correcto ejercicio de su labor. Sus necesidades, desempeño y aspiraciones se transformarán en el eje de su desarrollo profesional y se vincularán, indisociablemente, con el cumplimiento de los objetivos fijados por la compañía.
Esto redundará en vínculos interpersonales más fuertes y propiciará el surgimiento de la tan necesaria sinergia entre los distintos sectores de la empresa. En definitiva, lograrás MOTIVARLES y conquistar su LEALTAD.