Los 4 tabús de las organizaciones que la pandemia está derribando

Justo antes de que llegase esta crisis sanitaria tenía pensado escribir sobre los 5 grandes tabús de las organizaciones, con ánimo de aportar mi granito de arena para derribarlos. Tal como lo había planteado, me doy cuenta de que, al menos 4 de estos 5 puntos, están dejando de ser tabús a raíz de la pandemia. Estoy segura de que se trata de algunas de esas famosas oportunidades que siempre decimos que afloran en las crisis. Son estos:

La conciliación es, sin duda, uno de los grandes aprendizajes que estamos adquiriendo, aunque todavía nos quede camino por recorrer. Pero, básicamente, ya no queda más remedio que abrazarla. Vamos a tener que gestionarnos mejor en muchos sentidos. Por ejemplo, los niños van a estar más en casa durante bastante tiempo, así que es imposible que no aprendamos nada.

En segundo lugar está el presencialismo, las nuevas formas de trabajar han llegado para quedarse y, cuanto antes lo asumamos, mejor. En el ámbito comercial, sin ir más lejos, ya hemos derribado esa barrera que nos limitaba a pensar que la venta solo es posible si es presencial.

El tercero es el control por parte del jefe, que cada vez es más complicado, y esto es algo que, si hay responsabilidad por parte del equipo, debería ser una gran noticia. Quiero remarcar que no hablo de supervisión, que es algo importantísimo, sino de control con todas las connotaciones negativas.

Y, por último, la jubilación. Creo que la pandemia nos ha hecho mucho más sensibles a las necesidades humanas. En este caso en concreto, puede deberse, en parte, a querer evitar la exposición de los trabajadores más mayores a riesgos como la COVID-19, pero espero que el cambio de mentalidad sea más profundo que eso.

Si os estáis preguntando cuál es el quinto elemento de los tabús que pensé inicialmente, se trata del sueldo. Creo que es una cuestión que requiere un análisis más en profundidad, pues es bastante complejo. Además, todavía quiero observar un poco más cómo está afectando y/o afectará esta crisis a la percepción de los sueldos y a su secretismo.