Los Desafíos de las Empresas de Comunicación Estratégica Frente a Los Millenials

No reniego que muchos me identifican como un crítico de la nueva generación, la que con propiedad está dominando nuestro mundo en varios segmentos y está a cargo de la toma de decisiones.

Características como su exceso de egocentrismo y egoísmo, agresividad, cero tolerancia a la frustración, falta de compromiso y también, su desapego a las normas y a los procesos, se han convertido en hechos recurrentes que me ha tocado presenciar, viendo tal vez con desazón como algunos profesionales Millenials “extreme” sucumben una y otra vez en sus intentos por imponer su visión personalista, la que se enfrenta a una tal vez más colectivista, que prima en las organizaciones.

Para los que los antecedemos (en mi caso por sólo algunos pocos años) y que sentimos el orgullo de haber sido partícipes (unos observando, otros probando y otros definitivamente creando) de la revolución digital que comenzó en los años 70, nos estamos viendo enfrentados a un desafío no menor: O comienzas a entender a los Millenials y a aceptar que los cambios generacionales siempre traen consigo la misma reflexión (nuestros padres pensaban lo mismo de nosotros hace unos 30 años atrás) o bien, te comienzas a convertir en un vejestorio revestido de la permanente crítica.

Las grandes marcas se quedaron con la primera reflexión. Entendieron que el cambio ya llegó y que con esta generación, posiblemente en 10 años más llegue otra aún más brutal y que traerá consigo una nueva camada de almas jóvenes, todavía más extremas, personalistas, egocéntricas, incisivas, conectadas digitalmente, pero socialmente débiles.

Frente a esta realidad, las empresas de comunicación estratégica, que basan sus estrategias de comunicaciones y éxitos por su capacidad de influir en la pauta de los medios tradicionales, generando publicaciones y noticias referidas a los clientes que representan, es algo que hoy, al menos a lo referido a los Millenials, dejó de ser gravitante.

Para probar esto, he llevado un catastro de 200 entrevistas laborales, durante 3 años, donde he conversado con postulantes Millenials que llegan a nuestra empresa en búsqueda de una oportunidad laboral. A cada uno de ellos les he hecho las siguientes preguntas:

¿Lees el Mercurio? ¿Lees La Tercera? ¿Ojeas Revista Capital? ¿Ingresas a EMOL? ¿Escuchas T13 Radio o Cooperativa?

La respuesta es clara y categórica. Más de un 70% de ellos contesta con un rotundo no y es más, con una expresión como “¿Y por qué debería?”

Cuando he profundizado la forma en que los Millenials se informan (más allá de lo que todos sabemos), la mayoría y sin saberlo me ha revelado que a ellos no les interesa informarse, no buscan noticias, no van a la fuente y no investigan. Y esto no es porque sean “flojos” como muchos piensan. Gran error. El Millenial no busca noticias, porque la información les llega de manera constante, a través de sus canales de comunicación que llenan de datos sus smartphones, las cuales pueden ser rápidamente vistas, compartidas, leídas, guardadas o simplemente, pasadas por alto.

Con este sencillo ejercicio, comprobé que hoy estamos viviendo un brutal cambio de paradigma de la información, donde la necesidad del ser humano de saber está quedando atrás. Y junto a esto, se le quita el poder al emisor, quien durante siglos generó, administró y distribuyó la información. Hoy el poder está en el individuo quien la recibe y que decide si la toma o no.

Ante esto, surgen dos desafíos para las compañías de comunicación estratégica: El primero es entender que esta es la causa de la caída en importancia de algunos tipos de medios y en especial de la televisión. Y que esto es algo inevitable e irreversible. Y el segundo es que, con esta transformación, los consultores en comunicaciones tenemos la misión de migrar nuestras estrategias hacia un mundo donde las reglas cambian, el control de la información es diferente y el impacto sí es posible medirlo de manera certera y no como hoy, donde es relativa desde el punto de vista estadístico.

¿Esto significa que hay que migrar ahora? Claramente no. En nuestra sociedad todavía sobreviven algunos pertenecientes a la generación “Silenciosa”, nuestros padres-abuelos “Baby Boomers”, los "X" que llegaron a cambiarlo todo y con ellos, les siguen "Millenials" y "Z".

Los tres primeros, que hoy controlan la sociedad y el poder político, netamente por un tema generacional, seguirán informándose por los canales tradicionales para luego, tomar sus decisiones, por lo que la veta no se agotará prontamente. Pero las generaciones siguientes, ya establecieron las reglas para informarse y es ahí donde está el desafío para desarrollar nuevas estrategias, mediante nuevos canales, basados en métricas, tecnologías y con mensajes que apuntan a la emoción, a los sentimientos y a las sensaciones.

Prontamente, este verdadero “campo de batalla” donde diferentes actores luchan por predominar y brillar para que el público los reconozca, a través de información que facilite el potenciamiento de su reputación, pasará a desenvolverse en un campo completamente distinto, hiperconectado, inmediato y más personalista, donde nuestras nuevas generaciones tomarán decisiones  mediante soportes que aportarán diversión, sensación y agitación de sus conciencias, no mediante la razón, sino a través de sus habilidades blandas.

El camino ya está trazado.