LOS PEQUEÑOS RETOS PERSONALES

Cuando finaliza un año, es muy común pensar que es el momento de renovarnos y plantearnos nuevos propósitos, así como también proyectarnos a nuevos retos; ten en cuenta, que estos retos que nos trazamos no tienen que ser grandes y tampoco se deben plantear al finalizar el año, al contrario, es importante que en cualquier momento del año te plantees nuevo retos, que sean realistas para poder avanzar con motivación y evitar sentirnos frustrados. 

Y es por esto, que hoy después de muchos días, quiero escribirles sobre mi reto personal cumplido, un reto que no fue pensando ni planeado el año pasado, fue pensando en febrero del presente año; hace aproximadamente siete meses, en el que decidí participar en el #Oceanman de #SanAndrésIslas, en la prueba de los 2 kilómetros nadando en aguas abiertas, el pasado 20 de agosto. Cuando me inscribí pensé “solo debo tomar el ritmo y será fácil”, ya que fui nadadora por muchos años y el cuerpo no olvida, pero no, estaba equivocada; iniciar un reto de estos, implica muchos días de entrenamiento, por no decir todos los días; días en que definitivamente no podía ir a entrenar, días de duro trabajo para cumplir con cada compromiso de mi adorado #eidosseleccion y no solo eso, estar pendiente de mi familia en todo momento y del múltiples compromisos que surgen en el día a día.

Un reto cumplido se convierte en un micro triunfo, por muy pequeño que sea, la sensación de satisfacción opera en nuestro cerebro como un nuevo impulso motivacional y por eso debe valorarse y celebrarse, así como yo celebro el día de hoy, el hecho de cumplir mi reto, que además me ayudó a:

ENFOCARME, a través de metas pequeñas y continuas (Ir a nadar todos los días), pero que impliquen compromiso, con el objetivo de mantenerte concentrada en el rumbo que debo seguir para alcanzarlas y alejándome de las distracciones.

TENER PRIORIDADES que me ayudaron a dejar de lado aspectos que me hicieran perder el tiempo al esfuerzo que ya estaba realizando. Cada día tenía pequeños objetivos que eran demasiados importantes para mí, porque eran la evidencia de que estaba recorriendo un camino y esos objetivos eran en función del entrenamiento que debía realizar: Entre 1.8 y 2 kilómetros diarios.

TENER UN PLAN de trabajo, enfocado en cumplir con lo propuesto e identificar cuáles son los retos y pequeñas metas que nos aportan claridad a la hora de realizar nuestras actividades, por lo cual nos facilitan cierto orden en nuestras decisiones, pensamientos y acciones cotidianas.

MOTIVARME hacia el cumplimiento de pequeños objetivos que van renovando la confianza en mí y en el camino que voy recorriendo y sobre todo disfrutarlo todo y comprendiendo que el momento de estar en la cima, no se da al alcanzar una meta, sino al perseguirla.

PENSAR EN NUEVAS METAS para seguir avanzando y explorando nuevas posibilidades. Ahí también radica la importancia de los pequeños logros, ya que es la preparación para afrontar nuevas situaciones; y es cuando pienso que el próximo año ya no quiero hacer los mismos 2 Kilómetros, quiero ir por los 5 Kilómetros.

“Lo más difícil es tomar la decisión de actuar, el resto es pura tenacidad”. Amelia Earhart