"Los servicios sanitarios facilitan la inclusión de actividades como la atención farmacéutica, los SPD y la educación para la salud"
¿Cómo ha evolucionado el papel del farmacéutico? ¿Hacia dónde se dirige la farmacia como espacio de salud? A pie de calle, en contacto directo con los profesionales del sector, buscamos respuestas a éstas y otras preguntas clave.
Ayudar a las personas es la máxima de Fátima Rosario Marín, una experimentada boticaria que hoy cede el testigo a su hija Luz. Oriunda de un pequeño municipio del norte de Murcia, decidió abrir su propia farmacia en Beniel en 1989. Antes de haber cumplido su sueño trabajó en diversos laboratorios de la Seguridad Social de Murcia como farmacéutica especialista en análisis clínicos donde "conocí a fondo la dinámica del sector".
Exigente en su trabajo, Fátima advierte de la importancia de la educación sanitaria en el entorno rural. "Aquí la mayoría de la población trabajadora pertenece al sector agrícola, por lo que educar en salud es fundamental, y esto es precisamente lo que se ofrece desde la farmacia de forma gratuita". Los resultados: mejoras en salud y prevención ante enfermedades, además de mayor concienciación ciudadana.
En este caso, los servicios complementarios resultan esenciales. "Me complace enormemente ofrecer servicios sanitarios adicionales de educación sanitaria y atención farmacéutica a la población, haciendo posible así que la figura del farmacéutico se conciba como una persona cercana", asegura, y con respecto a los cambios en el modelo de farmacia: "Han permitido que avancemos de manera favorable, ya que se han acentuado los servicios sanitarios facilitando la inclusión de actividades como la atención farmacéutica, los SPD y la educación para la salud". Junto a ello apunta otras mejoras como la inclusión de nuevos medicamentos, mayor versatilidad y facilidad en la sustitución de fármacos. En definitiva, una evolución positiva que ha sabido incorporar las últimas novedades del sector.
Pero también ha habido momentos de dificultades a los que los farmacéuticos han sabido hacer frente. "La crisis nos ha afectado profundamente, especialmente, medidas como el copago, ya que, además de que obliga a algunos pacientes a abonar por una medicación que a veces no pueden pagar, se aplica de forma diferente en función de la CCAA".
Mayor estandarización de las medidas, pero también más colaboración interterritorial. "Me gustaría que hubiera más sincronización y compatibilidad en la receta electrónica entre una CCAA y otra", afirma, y añade: "Este hecho afecta especialmente a farmacias como la nuestra que están situadas en una zona limítrofe entre la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana, y que limita considerablemente el trato efectivo de los pacientes".
Pero quien verdaderamente ha sufrido la crisis es, según Fátima, el paciente. "Nosotros hemos continuado ofreciendo el mismo servicio con un esfuerzo adicional de nuestro tiempo y trabajo, pero no tenemos control sobre cuestiones como el copago que pueden perjudicar a la población a largo plazo y al Sistema Sanitario en general" advierte, y asegura que este hecho se podría solventar con una mejora en la gestión sanitaria.
Contraria a la bajada de precios, considera que para mejorar la fidelización de los clientes, la mejor herramienta es "seguir ofreciendo un buen servicio farmacéutico" y esto pasa por asegurar una atención personalizada con una adecuada indicación, explicación de la posología, etc.
Por tanto, las claves del futuro están en seguir apostando por la calidad de la prestación farmacéutica, y por la profesionalidad de los equipos. "La figura del farmacéutico debe ser considerada como parte esencial del equipo sanitario del municipio, y no como un mero dispensador".
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