¿Los valores han dejado de existir?
Mucho hemos cambiado desde que nuestros ancestros dejaron la sabana africana para recorrer el mundo, pero a nivel evolutivo somos muy similares a nuestros ancestros, nuestros cerebros han aumentado de tamaño, hemos sido capaces de crear nuevas regiones, donde se desarrollan las emociones y las capaces cognitivas, somos seres emocionales y racionales.
Pero miro a mi alrededor, en la sociedad que nos rodea y no somos más que unos individuos, que miran tan solo por su propio bienestar, por acumular más y más cosas que ni siquiera necesitamos, miramos a los demás con los ojos del ego y la envidia.
Si bien somos seres que necesitan vivir en sociedad, que no podemos sobrevivir solos, actuamos como tal, el factor que nos caracterizaba hace 10.000 años, que nos hizo formar grupos para garantizar el éxito de la supervivencia, hoy en día se convierte en “hoy por mí y mañana también”.
En un momento dado de la historia y en algunas de las culturas (por no decir en la gran mayoría) se establecieron unas bases, unas reglas que marcaban el proceder de cada uno en relación hacia el resto, estos son los valores.
Los cuales podían ser el honor, la verdad, la honestidad, voluntad, respeto… los cuales otorgaban un grado o estatus frente a aquellos que carecían de ello, ya que marcaban una actitud frente a unas situaciones en las que normalmente se priorizaba el bienestar de los demás a la de uno mismo.
Esos valores o moralidades situadas o generadas en concreto en el córtex prefrontal, en la zona ventromedial y dorso lateral de nuestro cerebro y en conjunto con otras estructuras como la amígdala, la ínsula… se juntan con las emociones, para discernir que actitud o situación nos comportará un beneficio o no e ira en pro o contra mi supervivencia.
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Los valores subjetivos aprendidos durante nuestra vida aportados por nuestros padres, maestros, cultura, se unen a nuestra propia visión de aquello que es correcto o no.
Si bien es cierto que hoy en día, no tenemos que luchar contra un caballero por salvar a una hermosa doncella, a espadazo limpio, sí que nos enfrentamos a situaciones que nos llevan a cuestionar esa moralidad o valores, atribuirse méritos en la empresa que no son nuestros, volcar la culpa de nuestros fallos a los demás, no ser coherentes con nuestros actos, evitar la ayuda a otros por al ver que el veneficio es inferior a las ganancias, ignorar el sufrimiento ajeno en post de nuestro veneficio.
Nos hemos volcado más en educar/nos en busca de aquello que podremos poseer, que en cuidar aquello que podemos perder.
Creo que no es tarde, para mirar por escuelas moralmente equilibradas, por empresas con valores definidos en beneficio de las personas y no de los bienes, lo cual mejorara la sociedad en general no solo presente si no también la futura.
¡¡¡Posemos la capacidad de pensar y racionar, crea tus propios valores en beneficio de los demás y utilízalos no me seas chimpancé!!!