Mágica Navidad llena de bendiciones. Y un pequeño regalo muy especial.

Nos acercamos al cierre de un ciclo de vida. Ya casi han transcurrido 365 diminutos espacios de tiempo y, el 2015 comienza a hacer maletas. Ha sido un año muy cambiante en todo sentido. Para la mayoría de las personas los vaivenes de la vida les han sacudido el alma, para otros, les han obligado a tener cautela, quizás a llevar un proceso de mayor análisis, mientras que a unos pocos, tal vez les han sonreído con timidez, pero en líneas generales, los retos se convirtieron en la esencia de estos peculiares doce meses.

En lo personal ha resultado un camino interesante, con algunas piedras que remover, muchos sueños por sembrar o, en espera de una cosecha abundante. Pero lo más hermoso ha sido el aprendizaje que este convulso 2015 me ha regalado. Enseñanzas que no se obtienen en ninguna universidad, porque la vida es la mejor escuela, incluso capaz de revelarnos el valor de los corazones de bien, de esos que abundan poco, pero que pesan demasiado en los momentos relevantes a lo largo de nuestro caminar por las aulas de la vida. En estos 12 meses he descubierto un maravilloso libro, el cual todos escribimos cada día con algo de esfuerzo. Un texto que nos revela muchos retos, nos muestra ciertos demonios, pero a la vez nos regala armaduras para protegernos o espadas para pelear. También nos presenta alguno que otro ángel con el propósito de aligerarnos la carga o, nos obliga a trompicones, a descubrir cuando no confiar en almas sin humanidad, pero también puede ilustrarnos a la hora de escoger el mejor de los retos, esos que nacen en el corazón y nos indican lo inmensamente benditos que somos. En definitiva y a pesar de lo duro que ha resultado el 2015, le agradezco demasiado.

Ahora nos toca mirar el horizonte con fe y esperanza. El 2016 se quiere asomar un tanto retador, agresivo, quizás complicado, pero yo le veo un lado muy hermoso, sublime y aleccionador. Siento que es el inicio de un período de grandes cambios, llenos de esperanza y fe. Creo que es tiempo de cosecha y, de la buena, pero dependerá en todo momento de las ganas con las que deseemos pelear por nuestros sueños para convertirlos en realidades. Tenemos las herramientas adecuadas, pero lo mejor de todo, es el apoyo de nuestro gran amigo, el que nunca falla: Dios.

Feliz Navidad y un mágico 2016 lleno de bendiciones para todos ustedes. Solo les ruego que durante la celebración de las fiestas no se olviden de conjugar con vehemencia el verbo agradecer y, dediquen una plegaria en favor de aquellos menos agraciados que ustedes. Recordemos que quizás a nuestro alrededor abunda la alegría, pero el mundo es mucho más grande que la visual que podemos alcanzar.

Para despedirme, les dejo un pequeño regalo muy especial para mí. Una copia en PDF de mí tercer libro (récord de ventas en Venezuela)  El ángel que no merecía morir. Espero lo disfruten.  http://we.tl/M2gAwMnBBb  

Besos, abrazos y bendiciones. Feliz Navidad y mágico 2016.