México, versión 20.24
Más allá de las elecciones, sus resultados, intenciones y emociones
Junio 9, 2024.
David Lavalle M.
A una semana de la jornada electoral del 2 de junio y de los resultados aún pendientes de verificación y validación, prevalece el nerviosismo, por parte de la ciudadanía, sobre el futuro político inmediato de nuestra Nación. Algunos, están de plácemes después de haber declarado con premura el triunfo y los otros, por presión de los aliados, su derrota. Como era de esperarse en un contexto político de clara polarización política y social, las fuerzas contrincantes harán su máximo esfuerzo por imponer su proyecto de Nación. Por un lado, por asegurar la continuidad del proceso transformador del segundo piso y, por el otro, hacer valer lo que por derecho hemos construido los mexicanos a través de nuestras instituciones: un sistema democrático joven, imperfecto, pero con gran potencial para construir un México próspero de cara al futuro.
Al igual que ciertos planetas, como Marte, algunas Naciones registran movimientos retrógrados, en ocasiones necesarios, para continuar con sus trayectorias. Durante el presente sexenio, México ha tenido la oportunidad de verse amenazado. Las contradicciones económicas, políticas y sociales del pasado se han manifestado con mayor fuerza y claridad, mismas que han aprovechado con astucia los vividores de la política actual.
López; sin duda, ha demostrado a lo largo de su vida política, tener la astucia y la inteligencia para agitar el orden social existente y ponerlo en estado de máxima alerta. Ese ha sido su gran mérito: jugar el papel del profesor, no graduado, capaz de poner en práctica sus teorías socio patológicas de transformación, para crear “consciencia social”. No ha sido un presidente responsable, enfocado en dar resultados positivos con base en los compromisos adquiridos constitucionalmente, mismos que incumplió en su totalidad, lo que lo hace acreedor a la máxima sanción constitucional: el juicio político y tal vez hasta penal. Desde el día uno, de su toma de protesta, fue claro: se trata de instaurar un nuevo régimen, un régimen que ha ido esbozando y definiendo en la práctica misma de la transformación y la destrucción de lo que él considera viejo, estorboso y “corrupto”. Nos agotó la paciencia con su narrativa y sus mentiras. Desde los debates políticos, previos a su elección como presidente, fue escurridizo y ambiguo. A todos los engañó, partidarios afines o no de su falsa postura ideológica izquierdista. Pactó con los intereses más oscuros de nuestro país y con quienes guardan sus secretos. Hoy, espera con paciencia a que la serpiente salga del huevo que ha incubado, para tomar el poder y dar continuidad a su proyecto.
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Por el lado opuesto, hay incertidumbre y desconcierto. No hay rumbo definido. La maravillosa espontaneidad del fenómeno X y del movimiento denominado “marea rosa”, logró poner de manifiesto la magnitud del descontento y el nivel de hartazgo de las clases medias, principalmente. La espontánea y carismática líder opositora no encontró en sus aliados el respaldo necesario y suficiente para asegurar el éxito. Nunca contaron con un plan B, C o D. Las organizaciones políticas de oposición se conformaron con la simple suma de las partes, incapaces de generar sinergia política y mucho menos demostrar agilidad y capacidad de movilización, transformación o innovación. No modificaron ni sus organizaciones ni su propuesta de valor hacia la sociedad. Nunca han sido estrategas, son reactivos e incapaces de encauzar la marea rosa ciudadana, que espera pacientemente pasar al siguiente nivel de la acción política. En lo inmediato, lo que procede será la acción legal ante la gran cantidad de incidencias registradas durante el proceso electoral. Eso está muy bien, ¿y luego? ¿Qué conjunto de acciones concretas se llevarán a cabo por parte de la oposición para impedir que las funestas intenciones de López se materialicen, antes de su partida al nuevo cuartel general?
La necesidad de una estrategia, aunque sea tardía.
El tiempo se agota, los mercados financieros están nerviosos. Los capitales preparan su salida, los jóvenes talentosos piensan en buscar nuevas oportunidades fuera del país; los hombres y mujeres de la tercera edad están azorados ante la vorágine de los cambios y la incertidumbre; los científicos están sin presupuesto y el rezago va en aumento, entre muchas otras alertas de índole económica política y social, en lo nacional, regional o local. No obstante, todo lo anterior, México tiene un enorme potencial que supera todas las dificultades señaladas con anterioridad. El poder y la trayectoria del México profundo va marcando una nueva ruta en medio de las fuerzas políticas en conflicto. La relación de fuerzas es claramente desigual. La polarización política y social provocada por López es insostenible e inconveniente para “las partes en conflicto”. Conflicto promovido y alimentado por el propio López, no por la sociedad. Las diversas fuerzas económicas, políticas y sociales se necesitan unas a otras. A nadie le conviene un México fallido, ni siquiera a las fuerzas más oscuras de la sociedad que operan en la ilegalidad; ya que éstas últimas saldrán a la luz con mayor facilidad para ser combatidas y eliminadas, ya sea por la decisión del propio Estado Mexicano, por alguna fuerza extranjera, que ni siquiera es necesario mencionar, o una combinación de ambas.
México no es una isla y juega un papel estratégico desde el punto de vista geopolítico. Estamos entrelazados económica, comercial y socialmente con el país más poderoso del mundo y pertenecemos a Norteamérica. Nuestro vecino y socio, aunque distraído, no nos ha considerado, erróneamente, su prioridad; ni nos ha considerado como parte de la solución de los males internos que lo aquejan. Sólo exige, no colabora conjuntamente. Nuestro vecino sufre la misma enfermedad que México. Somos un mismo organismo, aunque hablemos idiomas distintos y el color de nuestra piel sea un poco más oscura. Tarde o temprano lo reconocerán. Si en el mundo de lo imaginario, EUA se derrumbara algún día, México saldrá adelante, con él o sin él. Todo depende de la visión, agilidad y creatividad que demostremos los mexicanos. Por lo pronto, tracemos nuestra estrategia hacia el futuro. Aprovechemos nuestras principales fortalezas como Nación: La familia y nuestra cultura, son los principales factores de unidad. México jamás apostará por ideologías importadas. No las necesitamos. No necesitamos más recetas de Milton Friedman, Milei, Marx, Lenin, Stalin, Mao, Castro, ni Maduro. Ellos tienen más que aprender de nosotros. Tenemos cabeza propia. Nuestra cultura es más fuerte. Sabemos vivir en paz y sabemos cómo lidiar entre nosotros, como mexicanos. Aceptemos nuestras diferencias y nuestra diversidad. Ese es el credo de los mexicanos. No nos demos un balazo en el pie como Nación. Nos necesitamos unidos. Frenemos la polarización. Fomentemos el pensamiento positivo y convergente. Diseñemos el rumbo que queremos para el 2050 y busquemos alternativas de solución a los grandes problemas que nos aquejan como Nación. Aprovechemos las oportunidades que nos ofrecen las mega tendencias globales. Somos un país joven lleno de energía e ímpetu. No somos patrioteros, somos globales, con valores universales y sabemos ofrecer al mundo lo mejor que tenemos. Ahora nos toca sacar de nuestro interior la mejor versión de México, para nosotros mismos y para el mundo.
| Organizational Transformation Expert (Human-Focused) | Leadership Development Catalyst | Effective Leadership Trainer | Birkman & NLP Practitioner | TM Research | Mentor | EXMA Keynote Speaker |
7 mesesHay puntos muy relevantes y ciertos y me encanta lo que propones de sacar realmente nuestra mayor fortaleza !!! La cultura, familia si Mexico es un pais enormemente rico y mucha diversidad trabajemos en nuestra propia certidumbre para poder abrazar los cambios prósperamente y sobre todo sin miedo. Nosotros como Seres humanos tenemos todo y el movimiento a la certidumbre propia es lo que va ser de abrazar todas las oportunidades enormes. Los Mexicanos somos muy ingenuos nos destacamos por ese y miles de atributos!!! Gracias por compartir.!
Business Development, Administración Pública, Relaciones Públicas, Política, Gobierno y Medios de Comunicación.
7 meses¿ATypical? 🤔