¿Manifestar significa convertirse en un hooligan?
Las manifestaciones y el consiguiente uso de dispositivos "Anti-Disturbios" es un tema muy complejo y de gran actualidad no solo en España sino en diferentes partes del mundo. En los últimos meses, debido al contexto social de gran fermento, las manifestaciones y el consecuente "orden público", han experimentado un importante y significativo incremento. Este contexto en absoluto está hecho de noticias para los operadores policiales. Cualquiera de nosotros sabe perfectamente que este problema afecta inexorablemente a hombres y mujeres policías, recursos y muchísimos problemas.
Pero, ¿por qué hablo de problemas? Mostrar la propia idea no debería ser un problema, si no un derecho de todos los ciudadanos. Sin embargo ... Sin embargo, lo que sucede es en cambio una excusa para aparentemente ejercer el derecho de uno a la "bestialidad", al estallido de ira sin sentido y esa sensación de "vandalismo" fuera de lugar.
Como podemos ver por lo que ocurre, y sobre todo por la experiencia, nos damos cuenta de que el principal objetivo de las manifestaciones es entrar en combate con las fuerzas policiales, arrasar comercios o edificios públicos, y mucho más. Por otro lado encontramos a los policías, no todos claramente santos, que intentan contener la situación con una violencia inevitable de respuesta desigual. Si los vándalos pueden llegar al grado 100, los policías no pueden tocar 20. En algunas situaciones es diferente, sin duda hay policías que, en lugar de ser fríos y justos, intentan fomentar. Igualmente les puedo asegurar que están en un porcentaje mucho menor que los que hacen su trabajo correctamente. ¿Qué podemos hacer entonces? ¿Cuál es el límite que no debe superarse? ¿Cómo se debe capacitar a los agentes de policía? Y sobre todo, ¿cómo puede la gente civilizada, honesta y respetuosa apoyar con gran silencio estos actos vandálicos de estos criminales vándalos?