Masticando economía: un resumen de la extorsión desde el punto de vista de Luis de la Calle.
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Masticando economía: un resumen de la extorsión desde el punto de vista de Luis de la Calle.

Siguiendo la recomendación escuchada en un podcast de la economista Valeria Moy, di con un artículo que es una auténtica joya. En él Luis de la Calle analiza la economía de la extorsión y describe no sólo la problemática sino que aborda posibles soluciones a través de distintas aristas como la cuarta revolución industrial, el Blockchain y las aplicaciones y plataformas digitales. El artículo titulado "Economía de la extorsión: ideas para aprovechar la revolución digital" puede encontrarse en el portal de Impunidad Cero, una organización dedicada a informar y combatir la impunidad. Aquí les comparto algunas de las ideas que me volaron la cabeza...

“El mexicano vive dando concesiones al prepotente, al corrupto y al criminal. ¿Aceptar hacer un pago ilegítimo por estacionarse en un espacio público o ser sujeto a que rayen el coche? ¿Pagar para que recojan la basura o soportar que se quede en la calle? ¿Pagar a un funcionario por hacer el trámite o esperar semanas, incluso meses? ¿Pagar derecho de piso a grupos delictivos o ser víctima de amenazas y acciones violentas?

El 98.3% de los casos de extorsión no se denuncian. La informalidad es la manera ingeniosa que ha evolucionado en la economía mexicana para lidiar con la extorsión, pero a un alto costo. De acuerdo con información del más reciente Censo Económico del INEGI, 90% de las empresas pertenecen a la informalidad. El daño de la extorsión no es proporcional; las micro, pequeñas y medianas empresas son propensas a permanecer en la informalidad, dado que en la formalidad aumenta la probabilidad de ser multada. Los productores del campo están más expuestos que el resto a intermediarios extorsionadores y sufren una extorsión constante y en cadena, sobre todo en la distribución y la comercialización. Este crimen daña tanto a los empresarios como a los consumidores, pues al reducir la competencia los precios aumentan y la calidad de los productos disminuye.

Hay crimen porque se puede, porque el sistema lo tolera y porque está cimentado en una profunda debilidad institucional. Su prevalencia en la sociedad mexicana es consecuencia de su aceptación social. De acuerdo con el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), "el costo de oportunidades perdidas es alto: una reducción del 10% de la violencia liberaría recursos casi equivalentes al costo total del sistema de salud pública […]. Una reducción de 1% del impacto económico de la violencia equivaldría a la inversión del gobierno federal en actividades relacionadas con la ciencia, la tecnología y la innovación". Alrededor del 91% de los delitos cometidos en México quedan sin un culpable. El país está posicionado como el cuarto con mayor impunidad en el Índice Global de Impunidad 2017.

México crece, pero por debajo de lo esperado y, sobre todo, de lo posible. México tiene la posibilidad de convertirse en un país desarrollado, pero no sin antes eliminar la extorsión y evitar la formación de monopolios extorsionadores. Para especialistas en desarrollo, la educación es el cimiento de cualquier sociedad próspera. Pero esta inversión sólo reditúa si al final del camino hay una demanda por personal calificado. Con frecuencia puede ser no rentable invertir en educación. Si aumenta el número de empresas, se estimulará la demanda de trabajadores más educados. En cambio, si las condiciones del mercado expulsan a las Pymes y no hay un aumento acelerado en su número, la demanda de capital humano calificado se deprimirá y los salarios disminuirán. Los autores utilizan como ejemplo la producción de tortillas. Las grandes productoras necesitan ingenieros, contadores y personal con mayores niveles educativos, mientras que las productoras pequeñas únicamente necesitan trabajadores con educación básica.

La llamada cuarta revolución industrial, la tercera ola o la revolución digital es el tema de moda debido a los cambios que trae consigo y a la fuerza con que está moviendo las tendencias globales. Para el sector agrícola, por ejemplo, la tecnología puede permitir una mejora significativa en la productividad debido a mejoras en el pronóstico del tiempo, así como el uso de plataformas que acerquen al agricultor a los consumidores y sus preferencias. Existen dos maneras en que la revolución digital puede contribuir a solucionar el extendido problema de extorsión: en primer lugar, a través de la creación de plataformas digitales que no sólo impulsen a pequeños productores o vendedores a participar en el comercio digital, sino que también limiten la capacidad de extorsionadores al reducir el número de intermediarios. Y, en segundo lugar, mediante sistemas tipo Blockchain que descentralicen y transparenten trámites burocráticos y dificulten el cobro de cuotas en que incurren los inspectores y funcionarios a cargo de otorgar permisos y promover el comercio.

El éxito y la promesa mayor provendrían de que se concibiera una transición de la informalidad a la formalidad como un negocio. Para lograrlo es necesario asegurar el Estado de Derecho, mejorar la infraestructura y evitar la sobrerregulación y la corrupción en trámites. La economía digital puede ser una herramienta muy valiosa para esto. Cabe preguntarse por qué en México no se ha desarrollado una plataforma similar a Alibabá para evitar el intermediarismo y la extorsión. Alibabá se dedica al comercio electrónico, incluyendo portales de ventas, pero es también un sistema de distribución y una moneda electrónica. Estas tecnologías tienen además la ventaja de disminuir el uso de efectivo para las transacciones comerciales, con los beneficios de promover la formalización y el pago de impuestos, disminuir la posibilidad de ser víctima de robo y facilitar la contabilidad. Con uso de cualquier criptomoneda, la contabilidad puede ser pública y controlada de modo colectivo a través de internet. Toda la información acumulada es inviolable y si alguien pretendiera corromper un bloque de información todos los participantes se enterarían inmediatamente, amén de que la información tendría que ser cambiada en todos y cada uno de los miles de servidores en que se aloja, lo que es imposible. Los bloques de información pueden representar cualquier objeto de valor: dinero, derechos de propiedad, acciones, kilowatts de energía, barriles de petróleo, votos electorales y miles de opciones más. El papel del gobierno para este salto cuántico implica invertir en tres ámbitos: inteligencia artificial, infraestructura de banda ancha y educación digital, además del cambio en el quehacer político que implica estar dispuestos a la transparencia plena.

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