¡Me das miedo!
Son cinco veces las que he escuchado esa expresión de parte de un hombre, realmente sorprendente porque por extraño que parezca, fue dicha durante conversaciones amenas, positivas y constructivas ja! Y de repente ese: "Me das miedo!" supo a "es que tu seguridad es demasiada, es que no debería ser, es que quizá me intimida".
Lo más interesante es que si cada uno de nosotros, sin la etiqueta del género (por ahora), nos permitiéramos "ser y vernos vulnerables", sin el temor a ser juzgados cómo nos sentiríamos? A caso más aliviados?
Volviendo a nosotras y todo el tiempo que nos lleva recorrer ese camino de autoconocimiento, de auto aceptación, de sanarnos diversos tipos de heridas y lograr la seguridad que deseamos o al menos, con la que nos sentimos cómodas para salir al mundo y mostrarnos tal cual somos (yo con mis pequeñas excentricidades y un nivel de expresividad que por años otros quisieron apagar, porque es que "eres demasiado feliz" dijo alguno jaja). Por qué deberíamos dar miedo? Por qué deberíamos dosificarnos o renunciar a ello para que alguien se sienta bien? Cómodo?
Ahora le decimos EMPODERAMIENTO, pero es que veámolo como una cualidad asequible a todos, claro, toma tiempo, dejemos de creer que "una mujer segura que sabe lo que quiere y aún más, lo que no" representa algún tipo de peligro o que se vuelve intimidante. Como yo lo veo, nos hace perder menos tiempo, inversión de energía emocional, mental, física, recursos de todo tipo y nos volvemos más efectivas con nosotras mismas y con los demás; no significa intolerantes, es sólo que despertamos y vamos desarrollando otras inteligencias que se vuelven parte de nuestra personalidad. Y es en serio, riquísimo!
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Chicas dejemos surgir esos colores, esas habilidades, esas sensaciones que sólo nos las podemos dar a nosotras mismas... Siempre habrá quien quiera callarnos, quien se vuelva agresivo porque sus grises y negros no le dejen ver más allá, y como bien dicen: "Cada uno da de lo que tiene", de lo que lleva dentro, que eso no nos detenga, al contrario, que nos impulse...
El verdadero poder en una mujer está en la capacidad para dejarnos SER, para valorar todo lo que somos y podemos ser, porque hay en cada etapa de la vida, un sin fin de posibilidades y en armonía, en un sano entendimiento mucho que en conjunto podemos aportar a nuestras comunidades, países y al mundo.
Quise recordar esas expresiones no muy agradables, sólo para dejarlas atrás compartiéndolas desde un punto de conexión, que es lo que anhelamos todas, el equilibrio...