Me encantaría no celebrar nunca más el Día de la Mujer
Me encantaría dejar de mandar por Whatsapp la matrícula de ese taxista que me está llevando por un camino muy raro a mi casa. Me encantaría no tener que avisar de que he llegado a los sitios “por si me ha pasado algo”. Me encantaría que cobrásemos lo mismo que un compañero que hace las mismas funciones y tiene las mismas responsabilidades. Me encantaría que, cuando tuviese un mal día, nadie diga que estoy con la regla. Me encantaría que dejásemos de tener miedo a decir en el trabajo que estamos embarazadas por si nos echan. Me encantaría que dejaran de llamar “crack” a un tío que se acuesta con todo lo que se mueve, mientras nosotras somos unas zorras. Me encantaría que nadie justificase un ataque, violación o acoso por cómo íbamos vestidas. Me encantaría que dejasen de tratarme con actitud paternalista por ser joven y mujer. Me encantaría que dejasen de tomarse licencias conmigo que con un hombre no lo harían. Me encantaría que no criticasen a esa madre que se saca la teta en el metro para alimentar a su hijo. Me encantaría que, al llegar a casa, nuestros compañeros/maridos hicieran el 50% de las tareas del hogar. Me encantaría que, como hijas, nos diesen las mismas oportunidades que a nuestros hermanos y las mismas consideraciones. Me encantaría que dejasen de llamar mantenidas a las mujeres que son amas de casa. Me encantaría que dejásemos de ser “solteronas” por no casarnos antes de los 40 (o por no casarnos nunca). Me encantaría que no se nos cuestionase si decidimos tener hijos, o no tenerlos. Me encantaría que dejasen de juzgar nuestra imagen como la primera cosa que destacar: un hombre es inteligente, una mujer es guapa. Un hombre es exitoso, una mujer va vestida por el diseñador X. BASTA. De verdad, basta ya.
Tenemos muchísimas cosas que cambiar como sociedad para poder decir que ya no es necesario celebrar nunca más el Día de la Mujer. Y todo esto se puede conseguir de una forma muy sencilla: trata a las mujeres como te gustaría que tratasen a tu hija. No pedimos que nos abráis la puerta, pero al menos no nos la cerréis en las narices.
Me encantaría no celebrar nunca más el Día de la Mujer. Y me encantaría no volver a escuchar a un hombre decir que por qué no se celebra el Día del Hombre. No os imagináis la suerte que tenéis. De verdad.