¿Mercados Callejeros?

Uno: Están desde el siglo XVII y en México se conocen como los “tianguis” o mercados callejeros. Cada domingo,  cientos de comerciantes se instalan y cada domingo, cientos de comerciantes desinstalan sus puestos que venden desde dulces mexicanos tradicionales,  vestidos, hasta  frutas exóticas y por supuesto muchos puestos de comida picante. Los mexicanos y los millones de turistas recorren estos mercados callejeros y ninguna autoridad se le ocurriría hacerlos desaparecer. Ellos llegaron para quedarse.

Dos: Argentina. Quienes caminamos por la hermosa Buenos Aires, hemos disfrutando la vida que sale de sus cafés y que se instala en las veredas. Librerías por doquier, esquinas adornadas con imágenes que los distinguen del resto de países, con estatuas de yeso de Gardel y Mafalda. Quienes  nos hemos quedado un domingo, hemos caminado sus calles y callecitas buscando conocer y recorrer el  famoso Mercado de San Telmo y  luego, si había tiempo también el mercado de Pulgas. Familias enteras pasean por sus puestitos: Argentinos, europeos, sudamericanos, etc. Comiendo en la calle y arropados por otros restaurantes con dueños que lejos de quejarse, agradecen la cantidad de gente que llega cada fin de semana porque no hay forma que no entremos y nos llevemos en recuerdos todo lo que podamos para compartir con amigos la linda experiencia de conocer estos mercadillos.

Tres: “Mercado de Portaportese” en Roma, Italia. Yo había escuchado la canción y quería ir. Fueron cinco horas o más las que caminé o me arrastré de la mano de un amigo catalán que no dejaba de admirarse y preguntar en cada puesto por cada cosa que le llamaba la atención. Alucinado estaba él y yo detrás, atravesando el desorden de puestos, carros y tolditos de colores con (en serio es increíble) comerciantes de distintos países, americanos, latinos, africanos etc. que te ofrecen solo hasta las 5 de la tarde todas las carteras del mundo mundial, vestidos de india, de italia de donde quieras, zapatos, zapatillas de “marca y otros miles de puestos saturados con artesanías, manualidades, curiosidades y mucho más. Abierto tres veces por semana, el mercadillo Portaportese es sitio obligado de turismo en Roma.

¿Y en Barranco?. Pues todo lo contrario. La Alcaldesa hostiga y luego castiga a uno de nuestros mercados más bonitos del domingo barranquino “La bio-feria”. Los sacó de San Martín (donde los domingos llegaban amigos, visitantes, etc. a buscar a la yerberita, a tomarse un café recién pasado o comerse "humus" (ir era, como es, una excusa para dejar el celular, la tele y salir a mirar, saludar y pasear como todo un barranquino). En fin. Luego de muchas semanas de sufrir,  lograron que los pusiera en la calle peatonal de Sáenz Peña. Qué bueno dijimos. Pero ahora quiere  ubicarlos ¡¡¡dentro de un colegio por la calle Miraflores¡¡¡¡. ¿ En serio?, Cómo van a llegar los turistas o visitantes domingueros a ese lugar que nadie transita los domingos.  Ya sabemos que a la Alcaldesa no le gusta que las personas usen las calles para vivir.

Sacó las mesas del Hotel B donde podías tomarte un café sin impedir que otras personas pasearan por la misma vereda. Luego, sin más, eliminó el área peatonal de la Calle Génova  para no interrumpir el proceso de abastecimiento de “Metro”, pero sí perjudicando a nuestro CANTA RANA que tiene más de 30 años atrayendo visitantes de todas partes del mundo. Llegaban a la cevichería pero llenaba los restaurantes de menú que están al lado y que hoy mueren de pena. Pudo reservar ese espacio peatonal al menos solo para los domingos, pero no. Mejor atropellar y cerrar todo.  Nuestra alcaldesa carece de imaginación y sigue atropellando los espacios ciudadanos. Jessica Vargas es la alcaldesa de “Somos Perú” que parece creer que  “orden es progreso”.  No señora. El barrio, la calle son espacios de vida, es lo que permite crear colectivo, espacios para crear identidad y ciudadanos.  Reflexione y cambie porque Barranco se lo merece.