A mi me soltaron, yo no quería.
5 pasos para transitar por el duelo sorpresivo e inesperado de una manera más ligera.
Todos en la vida hemos vivido duelos causados por la pérdida de algún ser querido, alguna relación afectiva, o tal vez un trabajo o proyecto del cual nos sentíamos emocionalmente conectados. El duelo es para muchos una temida experiencia de vida, lo perciben como un estado del ser negativo, del cual es necesario huir, evitar, incluso cuando ya estamos en él resulta urgente salir a toda prisa. La cosa se complica cuando el duelo es resultado de una pérdida sorpresiva, de esas “rupturas” o “pérdidas” que nos llegan sin esperar y que resultan agobiantes cuando las recibimos. Porque claro, es muy distinto para quienes se lo han venido esperando el recibir el “adiós”, pues han tomado el tiempo para procesarlo, ¿Pero que pasa con aquellos que ni la sola idea de la “separación” había pasado por sus mentes?, pues pasa que entran en estados desequilibrados del ser, pueden presentar síntomas como depresión, ansiedad, enojos incontrolables, etc. Esto sucede porque su realidad tal como la concebían sufrió una ruptura, digamos que son obligados a pasar por el duelo. Todo se complica cuando no se tiene una correcta gestión de ese estado al cuál nos han “enviado”, el duelo no da tregua, tarde o temprano sale a relucir en forma de síntomas que complican nuestra vida diaria.
Es una parte inherente de la vida, puesto que siempre nos enfrentaremos a pérdidas de distintos tipos, es un proceso que, si bien ha sido explicado por diferentes culturas, religiones y autores hoy en día sigue siendo motivo de muchos malestares, sobre todo cuando no se gestiona de manera adecuada o de ninguna manera. Y aunque actualmente se cuenta con suficiente información sobre el tema, transitarlo con actitud positiva resulta todo un reto, sobre todo si somos conscientes de la implicación que tiene el “sentir” las emociones de baja vibración (tristeza, enojo, frustración), las cuales son protagonistas del evento.
Por mi parte he debido transitar por distintos duelos a lo largo de mi existencia, algunos más dolorosos que otros, pero al final todos dolorosos. Sé que cuando te encuentras en esta situación tu estado mental, emocional y físico se encuentran desorganizados y no te permiten ver soluciones, te mantienen viendo, revisando constantemente los problemas. La buena noticia es que como todo proceso tiene una final, en cierto momento pasará y podrás volver a vivir, pero las cosas no se solucionan solas, aquel dicho que dice “El tiempo cura todo”, se queda un poco corto con la realidad, el tiempo te ayuda a curar todo, pero eres tú quién toma acciones para curarte.
Esta ocasión quiero compartirte algunos consejos que me han ayudado a mi y mis clientes para transitar de una manera más ligera por este duro proceso.
El primero es ser consciente
Justamente del hecho de que te enfrentas a un duelo por la pérdida, de que tu realidad ha cambiado y de que vendrá un tiempo de desequilibrio, trata de ser consciente de esto durante todo el proceso.
Es importante que dentro de esta consciencia conozcas sobre la estructura del proceso y lo que podrías esperar que suceda. Existe diversa bibliografía respecto al tema la cual te puede permitir ampliar esta información, en esta ocasión consideramos la definición del reconocido Psicoanalista Jorge Bucay (2012), quién lo define como:
“El doloroso proceso normal de elaboración de una pérdida, tendiente a la adaptación y armonización de nuestra situación interna y externa frente a una nueva realidad.”
Bucay (2012), considera que el duelo además de ser un proceso normal, es también un momento de adaptación, es decir, que nuestra existencia se encuentra en caos adaptativo porque justo ahí es dónde podemos crear una nueva realidad. Ten consciencia de esto y te resultará más fácil encontrar un sentido a tu estancia por este doloroso proceso.
Los especialistas normalmente consideran 5 grandes etapas del duelo, la cuales pueden expresarse en distinto tiempo e intensidad para cada persona, puesto que cada uno reacciona a su “forma” a los sucesos de la vida, sin embargo, son etapas que la mayoría generalmente experimenta, te comparto una breve explicación de cada una para que tengas información.
El segundo consejo es escucharte, atenderte y mimarte.
Como explicamos en el primer paso, pasarás por un proceso complejo, que implica que vivas diversas emociones y diferentes estados mentales que podrían afectar tu realidad diaria. Vivirás una ruleta de emociones pasando del enojo a la tristeza, de la frustración a la desesperación. Por tal motivo es de suma importancia que recuerdes ser amable contigo, asegúrate de tener un diálogo interno empático y amoroso, si eso es complicado, que sea un diálogo respetuoso y abierto.
Atiende tus necesidades por más complejo que parezca hacerlo, incluso aquellas por las que no sientas motivación de hacerlas, trata de buscar todos los días actividades que te permitan distraer tu mente, mantenerte en ocupación y asegurar que tu día sea lo más placentero posible; estas acciones pueden ser incluso las más sencillas como desayunar rico todos los días, darte el tiempo de realizar tu hobby favorito, hablar con tus amigos, etc. Cuando te atiendes a ti mismo te permites continuar conectado con el presente y con lo más importante del proceso que vives: tu bienestar.
El tercero es buscar apoyo.
Siempre es más ligero el camino cuando se comparte la carga. Apóyate en tus relaciones afectivas para encontrar soporte, consejo y compañía. Muchas veces creemos que para los malos momentos es mejor pasarlos solos, y aunque en cierto modo puede ser cierto, también lo es el hecho de que somos seres sociales, en la interacción con los demás construimos afecto, estima y apoyo. Déjate querer, sobre todo ahora que te encuentras en una situación emocional complicada.
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Piénsalo de esta manera, si hoy tuvieras que festejar algún logro, seguramente tu primer impulso sería prepara alguna celebración en la cual invitarías a las personas que estimas, pueden ser pocos o muchos, esto es porque compartir nuestra alegría nos resulta placentero, por el contrario, compartir nuestros conflictos nos detonan miedo, ansiedad e incertidumbre. Sin embargo, si lo piensas con detenimiento podrás descubrir que en realidad cuando integras a tus seres queridos a tus problemas lo que generas es un vínculo de confianza, te ayudan a encontrar nuevas soluciones basadas en su experiencia y podrán apoyarte para aligerar a lo que estas pasando.
Buscar el apoyo de un profesional en materia de la salud mental también es una opción, es de valientes reconocer que a veces necesitamos de una persona experta que nos facilite y nos acompañe para encontrar soluciones. Actualmente puedes encontrar distintos tipos de terapia que se adecuada a las necesidades y gustos que de cada persona.
El cuarto consejo es continuar trabajando en ti.
Convertirte en tú mejor aliado, sólo tu podrás sacarte de la crisis en la que te enfrentas, pues eres tú quién la vive y podrá entenderla. Toma acciones enfocadas en tu bienestar, incluso si tu cuerpo, energía o ganas no te lo permiten. Y es que mientras vaya transcurriendo el duelo, sentirás que tienes momentos de lucides y mejora, debes aprovecharlos tratando de utilizarlos como impulso para conseguir nuevas mejoras. Será un camino que debe mantenerse en avance, pues como pudimos revisar en el primer paso, vivirás diferentes etapas las cuales tienen un inicio y un fin.
El trabajo personal deber una constante en la vida, el beneficio principalmente es para la persona que se atreve a hacerlo, ayuda a mejorar la realidad y experimentarla de una manera más feliz, armónica y placentera.
Y el quinto es construir una nueva realidad.
En algún momento pasará la tormenta siendo tiempo de buscar un nuevo camino y establecerse nuevas metas. Crear entonces una nueva realidad, una mejorada por el aprendizaje que dejó lo que se fue. Es importante que consideres que todo lo que paso se encuentra en el pasado, que hoy, tu eliges que aspectos de aquel suceso tendrán importancia en tu realidad actual.
Es momento de realizar un inventario de todo aquello que hoy ya no es importante para ti o que tomo una resignificación, pues te aseguro que, aunque no pongas atención a los aprendizajes recibidos durante el duelo, ellos saldrán a relucir en tu forma de vivir tu vida. Mientras más enfoque le pongas a construir sobre lo derrumbado, encontrar el beneficio en el sufrido o simplemente destacar lo bello entro lo confuso, más llevadero será el proceso.
El camino será tan largo como deba serlo, lo importante es que te mantengas al control de ti mismo, seas consciente de lo que te sucede y atiendas tu bienestar.
Para concluir me gustaría dejarte una cita taoísta, la cual considero deja claro lo que he tratado de plasmar esta edición, pues es responsabilidad propia el transitar por el caso con el mayor cuidado y prevención, te invito a ser responsable de tu propio bienestar, te conviene.
He oído decir que quien sabe cuidarse viaja sin temor al rinoceronte ni al tigre, y va desarmado al combate. Lao-Tse.
Déjame saber qué te pareció la publicación de esta ocasión. Conecta conmigo en las redes y construyamos nuestra comunidad.
Nos seguimos leyendo. Recibe un abrazo.
Carlos Reyes Marín
Médica Laboral
7 mesesExcelente publicacion ❤️🩹 pienso en la importancia de conocer estos procesos para poder entender por que nos sentimos como nos sentimos y una vez que lo puedes ver, la gestion propiamente se hace mucho más consciente, gracias por compartir!!!
Especialista de Reclutamiento y Selección
7 mesesMuy bueno amigo, a veces siento que paso por todas las etapas en un solo día, pero leyendo un poco más, creo estar en la parte de la Aceptación, busco como consentirme, como cuidarme, que debo aprender de este proceso, te mando un gran abrazo.
Abogada apasionada por la Investigación Jurídica/Análisis Legislativo y Jurisprudencial/Derecho de Propiedad Intelectual/Derecho de Protección de Datos Personales/Derecho Financiero
8 mesesLa nostalgia no es una sensación que se supere con facilidad; el 28 de abril lleve a mi hija al concierto Cri-Cri Sinfónico y me basto con una sola canción para ponerme a llorar como magdalena y mi hija -2saca de onda" de porq lloraba, mi madre esta un lugar mejor, dejo de sufrir con sus enfermedades pero eso no significa que yo no extrañe los momentos a su lado.
Abogada apasionada por la Investigación Jurídica/Análisis Legislativo y Jurisprudencial/Derecho de Propiedad Intelectual/Derecho de Protección de Datos Personales/Derecho Financiero
8 mesesNo pretendo menospreciar el trabajo ajeno, pero todo eso desde la teoría psicologica se escucha bien padre, que si esto que si el otro, pero la realidad es cruda y tajante (por mucho aderezo que le quieran poner). En mi caso mi madre fallecio dos dias después de mi cumpleaños y dos antes de navidad y 5 días despúes de tal pérdida se sumo mi despido laboral, siendo madre soltera de una menor de 2 años en ese momento, pagando renta y con gastos del día a día (porque nada es GRATIS) que tiempo se tiene para procesar con paciencia e infinita sabiduria dos duelos seguidos con repercusiones distintas cuando alguien más depende cien por ciento de que no te vayas a pique, No he vivo el duelo de la ausencia de mi madre como ustedes los psicológos dicen o sugieren porq me urge encontrar empleo decente para hacer frente a mis responsabilidades maternas y voy postergando los estragos emocionales para otro momento. Chiflar y comer pinoles sobre la frágil cuerda de malabarimos llamada "vida" no es tan digerible como ustedes lo quiere poner.