Motivación en Islandia
Si algo es difícil, es porque vale la pena. No intento ser el primero en todo ni me meto en guerras que no me interesan. Primero, elijo un objetivo para el que esté cualificado y me ilusione. Segundo, voy a por él esforzándome al máximo y doy el resto de batallas por perdidas para no dispersarme. No quiero ayudas ni trampas, porque no lo hago solo por subir a la cima, sino por disfrutar de la montaña, del sonido del río, del rugido del viento, del trino de los pájaros, de la forma caprichosa de las nubes, del agua fría de la cantimplora y del bocadillo