Motivadores Del Cambio
Este tema es sensible ya que pone en tela de juicio muchas creencias personales sobre cómo enfrentar situaciones complejas, problemas, conflictos y adversidades.
Cuando las creencias se ven amenazadas suelen despertar emociones, al menos es así en el general de las personas.
Vamos a partir con una pequeña reseña al fundamento evolutivo con una frase de Sigmund Freud, psicólogo del sigo XX, que dijo:
“Todo lo que las personas hacen nace de dos motivos, el impulso sexual y el deseo de ser grande”.
Visto desde otra perspectiva esto significa que:
“El principio más profundo del ser humano es el anhelo de ser apreciado”.
Cuando observamos que estos motivadores del cambio son los que impulsan nuestras acciones, entendemos un poco más sobre nosotros mismos, ya que nos obligamos a pensar de forma racional en la serie de decisiones que vamos tomando a través de un día cotidiano.
Cuando vuelvo al inicio de mi historia puedo reconocer algunos patrones que se explican a través de esta lógica freudiana de ver la vida.
En mi caso, el motivador de la acción era el deseo de ser grande.
Fue ese deseo a ser grande lo que me llevó a obsesionarme con la producción musical en mi adolescencia.
Fue el mismo deseo el que me impulsó a estudiar una carrera universitaria 5 años más tarde, para tratar de darle la vuelta al destino y empezar a conocer los primeros matices del camino de “desarrollo personal” que deciden tomar algunas personas en algún momento de sus vidas.
Ahora que ya entiendo un poco más sobre psicología y filosofía puedo reconocer que mis acciones siguen ese mismo patrón, la diferencia es que ahora soy consciente de eso.
Esto es solo una extensión de la experiencia humana. Nada anormal por ahora.
¿Qué es en la práctica el deseo de ser grande?
A mi parecer el deseo de ser grande proviene de 3 factores principales:
*Paréntesis.
La palabra potencial no me agrada mucho porque te asigna una sensación de cumplimiento ficticio, te hace creer que ya eres bueno el algo sin siquiera haberlo intentado.
En lugar de usar la palabra potencial deberíamos usar la palabra real. Cambiemos capacidad potencial por capacidad real.
*Volvamos al tema.
Las circunstancias, estándares y expectativas influyen en nuestros impulsos al momento de actuar o tomar decisiones.
Las circunstancias forman parte del grupo de interacciones que ocurren a nuestro alrededor y que influyen de forma directa o indirecta en nuestras vidas.
Las expectativas son nuestras creencias sobre lo que debería ocurrir para sentirnos satisfechos.
Los estándares son nuestra unidad de medición interna con la cual podemos contrastar si nuestras expectativas se cumplen o no en algún momento.
La palabra clave entre estas 3 variables es “control”.
Mientras que las circunstancias obedecen a factores externos los cuales no controlamos, nuestras expectativas y estándares son diseñados por nosotros mismos, por lo tanto, tenemos control sobre ellos. O al menos así debería ser.
Un error muy común que comete la mayoría de las personas en tratar de controlar las circunstancias.
Tratar de controlar las circunstancias es una batalla perdida, porque para que ocurra un cambio tienen que darse una serie de condiciones o coincidencias, y prácticamente tienes que forzar a que el mundo completo cambie y actúe en tu favor, mientras que las expectativas solo dependen de tu percepción general de las cosas y se modifican adaptando tus creencias sobre lo que quieres cambiar, o sea, es mucho más fácil cambiarlas y tienes control sobre ellas, que es lo importante.
Nuestros estándares son la escala de medición personal que tenemos para saber si las cosas que van ocurriendo se encuentran en un rango de tolerancia aceptable o no. Como son definidos por cada persona tienden a ser subjetivos.
Pero como toda escala de medición, se basa en unidades universales que son objetivas, lo que nos ayuda a identificar si nuestros propios límites que son relativos, cumplen con algún estándar universal que es absoluto.
Por ejemplo:
Si tu estándar de vida es vivir con mil dólares (1K), cualquier cifra por debajo de ese monto va a causar que tus expectativas no se cumplan, lo que va a disparar automáticamente una señal de insatisfacción que va a motivar una acción.
Si tu estándar es vivir con cien mil dólares (100K), cualquier cifra menor a esa va a causar la misma situación anterior.
Por eso es que los estándares a pesar que son puestos de forma personal, obedecen a una comparación relativa con otros estándares existentes en el mundo.
Así sabemos cuál es el límite mínimo y máximo razonable, y si estos límites puestos de forma personal son los adecuados para cumplir nuestras expectativas.
Si pensamos en el ejemplo anterior, sabemos que mil dólares no alcanzarían si es que tu objetivo fuese tener libertad financiera. Por lo tanto, debemos aumentar nuestro estándar para que sea coherente con lo que buscamos como resultado.
Dicho eso, los motivadores del cambio podrían ser cualquier condición que haga que no se cumplan nuestras expectativas.
El problema de eso es que para entender nuestras propias expectativas hace falta un nivel de autoconciencia muy elevado, y casi nadie se hace estas preguntas por lo general.
Estas son las preguntas más importantes que debes hacerte, porque sientan las bases de las tácticas que vas a usar en el día a día para llegar desde un punto A inicial, a un punto B esperado.
En mi experiencia, existen algunos motivadores del cambio que en general sufren las personas y provocan que se aceleren los procesos de ajuste de expectativas y aumento de estándares.
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Existen 4 motivadores del cambio que a mi parecer son los más relevantes:
1-Fracaso profesional.
El fracaso profesional se entiende como una situación donde no se cumple una expectativa laboral, lo que se representa en la mayoría de los casos a través de despidos (justificados y no justificados), renuncias voluntarias forzadas, y en el caso de los profesionales independientes puede ser la quiebra de su negocio.
Creo que el deseo de ser importantes juega una mala pasada cuando no controlamos nuestras emociones y dejamos que el ego se apodere de nuestras acciones.
Sentir que somos vulnerables nos hace defendernos, empeorando las cosas muchas veces.
Un fracaso profesional genera un daño al ego tan grande que nos hace replantearnos la percepción de nuestras habilidades y competencias.
Cuando nos damos cuenta que no somos tan buenos como pensábamos se enciende una llama en nuestro interior, que deriva en una búsqueda de mejora instantánea para demostrar que quienes no creyeron en nosotros estaban equivocados.
Un lema que sirve para estos casos es:
“Usa lo que tienes disponible. Si lo que tienes es frustración, úsala; si lo que tienes es rabia, úsala; si lo que tienes es sed de venganza, úsala. Usa lo que tienes a la mano”.
Usa lo que tengas a la mano para transformarte en un profesional que nadie se atrevería a despedir, eso depende solo de ti y de tu habilidad para ver oportunidades donde otros ven obstáculos.
2-Fracaso sentimental.
Cuando hablamos de control tenemos que entender que lo único de lo que tenemos control en el mundo es sobre nuestros pensamientos y nuestras acciones.
No podemos controlar nada más. No podemos controlar ni el clima, ni las acciones de otras personas, ni siquiera controlamos cuándo y dónde vamos a morir.
Por lo tanto, si alguien no ve valor en ti lo mejor es actuar de acuerdo a lo que SI controlas, y lo que SI controlas es dónde pones tu atención.
Lo mejor que puedes hacer en ese caso es retirar el único poder que la otra persona tiene sobre ti, que es tu atención.
Un fracaso sentimental puede destruirte o construirte y eso solo depende de la mentalidad que tengas para enfrentar la situación.
Si lo ves como una oportunidad, vas a utilizar toda esa carga de emociones internas para transformarte en un ser humano excepcional, y nunca más alguien se atreverá a poner en riesgo una relación contigo. Al igual que en el punto anterior, eso solo depende de ti.
Esto es independiente de quien finalizó la relación. Por ejemplo, si fuiste tú quien inició una separación porque elegiste una pareja abusiva, sigue siendo tu responsabilidad porque accediste de forma voluntaria a estar con alguien de esas características.
Si en cambio, la otra persona era una buena persona, también es tu responsabilidad por no tener las habilidades para retener a personas de alto valor en tu vida.
Cuesta aceptarlo, pero tomar 100% responsabilidad es la mejor forma de crecer, porque es la única forma de aceptar las lecciones que te pone la vida y mejorar desde esa base.
3-Humillación pública.
Este es uno de los motivadores más grandes que existen, cuando te ves expuesto a situaciones donde te sientes humillado, sobre todo de forma pública, ya no vuelves a ser el mismo.
Esa sensación de angustia y trauma no es gratis, tiene un precio, y ese es el precio que muchas personas tienen que pagar para darse cuenta que deben cambiar.
Alguien que te humilla busca destruir tu reputación, y tu reputación es uno de los indicadores que muestra tu nivel de desarrollo y competencias en el mundo.
Como dice Warren Buffet:
“Una buena reputación se tarda 20 años en construir y se puede destruir en 20 segundos”
Independiente de cuales hayan sido las causas iniciales, si has sufrido alguna humillación de algún tipo, utiliza el lema de “usa lo que tienes disponible” y transfórmate en una persona intachable que nadie se atrevería a poner en duda, y aquellos que lo intenten queden como idiotas al no poder derrumbarte.
4-Crisis familiar.
Las crisis familiares nos fuerzan a trabajar en cosas que muchas veces no deseamos, y que despiertan ambiciones ante alguna necesidad particular.
La enfermedad de un ser querido, por ejemplo, y la falta de recursos para poder costear un tratamiento médico millonario, puede ser tan frustrante que te lleve al extremo de tus habilidades y te obligue a aprender otros métodos para generar recursos.
Además, te enseña la lección de que las enfermedades son ese tipo de cosas que están fuera de nuestro control, y la única forma de poder luchar contra eso es estar preparado con anticipación ante eventos de este tipo.
El desarrollo económico no solo sirve para aumentar tu estatus y nivel social, también sirve para mejorar la calidad de vida de las personas que te rodean, y aportar valor a otras personas que pueden necesitar de una mano en algún momento.
Es ahí donde el cambio ocurre, ante la desesperación de una situación compleja que no puedes controlar.
La idea es no dejar que la vida te sorprenda con este tipo de cosas.
La mejor forma de estar preparado es empezar cuanto antes a aumentar tu valor como persona, ya que eso se traducirá en valor aportado al resto cuando sea necesario.
Probablemente existen muchos otros motivadores del cambio, que incluso no tengan relación con eventos traumáticos.
Más allá de eso, debemos comprender cómo actúa el ser humano, y la realidad indica que los humanos somos reactivos más que preventivos.
La vida nos pone obstáculos, y la habilidad para poder sortearlos es lo que definirá que tan exitosos seamos en las cosas que anhelamos.
Para terminar, una frase de mi mentor virtual Alex Hormozi, la cual quedó grabada en mí:
“El éxito se logra al hacer cosas ordinarias, por una cantidad extraordinaria de tiempo, sin creer que eres más inteligentes de lo que realmente eres”
Soy un fiel creyente de que hay que trabajar de forma inteligente, no trabajar más duro, pero la realidad es que para volverte inteligente se necesita una enorme cantidad de trabajo duro en un comienzo.