El viaje del Héroe

El mundial nos ha dejado una gran resaca emocional, sobre todo a los argentinos. Pero si lo miramos bien, tenemos un gran aprendizaje en forma de Storytelling, con una gran moraleja final.

Aunque todas las historias son iguales, porque buscan solucionar un problema, la satisfacción de un deseo. Lo que da verdadera emoción a un buen storytelling, es la incertidumbre sobre cómo vamos a solucionar esos obstáculos. El éxito y el fracaso están en la base de todas las historias, y en esta Leo Messi es nuestro héroe, porque para él, cumplir ese “deseo” es algo visceral. ¡Es una cuestión de vida o muerte! Y no tiene miedo de enfrentar a todos los monstruos, a todos los villanos, a todas las patadas y toda la presión de un país pobre, del sur del mundo, muy fanático del fútbol que llevaba 36 años sin ganar un mundial (Messi tiene 35), y Argentina lo necesitaba como un soplo de aire fresco.

Porque todos necesitamos creer que “si se puede” lograr nuestros sueños, y Messi nos demuestra que si trabajamos duro, desde la humildad, si nos sacrificamos, si creemos en nuestras capacidades, y sabemos trasmitir ese sueño a millones de personas, lo que parece imposible, al final sucede.

La mayor fuerza del storytelling es su capacidad para desencadenar y transmitir emociones. Tenemos que llegar al corazón antes que a la mente. Porque las historias que a todos nos gustan son las que hablan de la vida. Porque tienen un significado potente, una enseñanza moral, y nos enseñan el camino a tomar o evitar. Y con Messi es muy fácil empatizar. Porque él lo da todo por conseguirlo, llevando nuestras emociones al limite, por eso es imposible de olvidarlas.

 Messi siempre tuvo muy claro su propósito, el “por qué” hace lo que hace, y sobre todo sabe conectar con las emociones del público, porque ante todo, es la encarnación de ese deseo: el deseo de ser campeón mundial con su país natal desde que era un niño. Y no es la misión egoísta de ser el mejor jugador del mundo (como tienen otros) y lograr más fama y dinero. Messi lo que realmente quiere es llevar felicidad, llevar amor a su familia, amigos, a cada habitante de la Argentina y a todos los que realmente les gusta el fútbol.

 En el clásico “El viaje del Héroe”, Joseph Campbell explica las etapas de una estructura narrativa que siempre funciona: el protagonista deja el mundo familiar, aprende de la vida en el camino, y al final, regresa a su mundo como una persona transformada.

Y como en las mejores películas, Lionel Messi se hizo desde abajo para llegar a la gloria. “La Pulga” no solo padeció de problemas de crecimiento, sino que recibió un supuesto diagnóstico de Asperger. Pero, como ya está demostrado, los padecimientos de la infancia no lo detuvieron. Messi ganó todas las copas posibles con el Barcelona y jugó cinco Copas del Mundo con la albiceleste. Además, se convirtió en el futbolista con más partidos jugados y ganados en un Mundial de toda la historia. Se ha convertido en leyenda. Una estrella más en el escudo de la camiseta.

Los personajes que acompañan al héroe son muy importantes, porque ellos también viven el viaje de la historia. A través de ellos, se crea el vínculo emocional con la audiencia, generando empatía. Durante estas semanas nos hemos metido en la piel de los jugadores, nos hemos metido en su vida real como un Gran Hermano. Y hemos visto toda clase de emociones : Alegría, tristeza, miedo, camaradería, amistad, amor, risas, lágrimas, rabia. Un eterno “que mirá Bobo, anda pallá”. Cada personaje tiene un rol fundamental dentro de esta historia, un perfil concreto que nunca olvidaremos, donde cada detalle cuenta, como actúan, como visten, como hablan, todo influye.

También esta historia es colaborativa, un acto de co-creación colectiva, donde miles de personas han creado himnos como “Muchachos”, remezclando contenidos, creando nuevas experiencias y compartiéndolas con otros. Ejemplos como la abuela de Luro, a la que la gente del barrio dedicaba una canción después de cada partido, haciéndose viral.

A modo de moraleja. Toda la comunicación trata de amor. De empatía, de cuidar del otro. Y en esta selección de futbol yo veo todo eso. Nos enseña a ser mejores cada día. A creer que nada es imposible. A trabajar y creer en el equipo. A soñar a lo grande.

Para terminar les dejo un video que me ha impactado y me ha inspirado a escribir este artículo. Durante los festejos un chico con sobrepeso quiere subirse encima de una parada de autobuses. Lo intentan ayudar y no lo consigue. Y la gente se empiezan a reir de él, a hacerle el bullyng que seguramente sufre cada día de su vida. Y se queda paralizado. Ya no se mueve, sabe que si se cae se hará mucho daño. Pero mágicamente la gente empieza a cantar. “Si se puede, si se puede” Y rápidamente este chico logra subir. Y es feliz.

Ojalá podamos aplicar estos aprendizajes a todos los ámbitos de nuestra vida. Ayudarnos unos a otros y sentir que si se puede.

Mariano Lesser. Chief Design officer en Aktiva Design