Nómada Digital

Soy Ricardo, tengo 42 años, casado y con tres hijas. Hace seis meses junto a mi familia vivimos como Nómadas Digitales. Hemos vivido en Croacia, Turquía, Egipto y ahora nos encontramos en Grecia viviendo en un velero… Suena bien, ¿no? - Bueno la verdad es que es increíble, logras “vivir” cada país, su cultura, costumbres, su gente. Sin embargo, el desafío de llegar a este punto es inmenso y pasa principalmente por romper el status quo.

El concepto nómada es de origen prehistórico cuando las comunidades se trasladaban de un lugar a otro, recolectando alimentos y herramientas en vez de establecerse permanentemente en un solo lugar y explotarlo, a esto último le llamamos sedentario, algo conocido ¿no?. Hoy el concepto reaparece como una idea similar con foco en la forma de vivir y trabajar, aparece la remotitud y la movilidad o posibilidad de trabajar desde cualquier lugar del mundo, y se le llama Nómada Digital. ¿Qué recolectamos? ¡Experiencias!

Para ser hoy un nómada digital, es necesario salir del status quo en el que estamos inmersos, y me refiero a todos esos aspectos que vamos haciendo rutinarios en nuestra vida: horarios, trabajo, colegios, amigos, fines de semana, etc., todo lo teníamos en base a rutinas que eran parte intrínseca de nuestras vidas (algunas invisibles) y que de alguna manera hay que modificar. Lo que nos ayudó y guió fue que teníamos un objetivo muy claro, sabíamos qué era lo que queríamos lograr, e identificamos como ir midiendo cada avance de cara a cumplir el objetivo, desde ahí fuimos desarrollando distintas iniciativas - El plan nos tomó 5 años. 

Como banco y como equipo del CoE de Agilidad ya veníamos en un modelo de trabajo híbrido, que luego de la pandemia se terminó de adaptar. Por otro lado, #Bci habilitó el beneficio de vivir y trabajar desde el extranjero, así que en coordinación con mi equipo y la gerencia del CoE de Agilidad, logramos articular la última pieza que faltaba para empezar.

Al iniciar nuestro viaje, pudimos experimentar nuestras propias resistencias al cambio y entender que el romper el status quo es un ejercicio que comienza a recablear tu cabeza, por ejemplo, cuando te cambias de casa, o de ciudad, suele pasar un tiempo hasta que vuelves a tener esa sensación de tranquilidad y de estar en “tu espacio”, ya sabes donde están las cosas, los lugares, y te sientes cómodo. Al ser nómada, ese es un proceso que vivirás varias veces, por ejemplo, cuando recién partimos nos tomaba 2/3 semanas, luego en el siguiente lugar, ese tiempo se acortaba, y así sucesivamente, cada vez el adaptarnos a un lugar era más rápido. Para mis hijas ese proceso fue desde la primera vez casi inmediato, llegan revisan los lugares, se ubican y ya!, eso es tener capacidad de adaptación.

Otro paradigma que rompes es respecto a lo difícil que puede ser ajustarse a la diferencia horaria para gestionar la agenda y las miles reuniones que tienes, cuánto tiempo venía diciendo que tenía que liberar mi agenda, que tenía muchas reuniones…, Bueno, hoy tengo siete horas de diferencia de horario con Chile, lo que me obligó a optimizar al máximo la cantidad de reuniones y mi tiempo sincrónico en ellas, además de fortalecer el espacio asincrónico de trabajo, ¡se puede!

La sensación de control y nivel de certeza con que te mueves también deja de existir, y comienzas a generar una mentalidad y un músculo para crear soluciones que vas iterando para resolver los diferentes desafíos que van apareciendo, aprendes lo que es realmente responder al contexto día a día, tienes cambios de idiomas, papeleos varios, trámites de visa, y otros muchos temas que vuelven tu entorno mucho más complejo.

Por último pudimos entender que todo se puede hacer diferente, que lo peor es no experimentar....por ejemplo vivir en un velero en medio del mar, que mis hijas estudien con los papás y logren aprender, y así varias otras situaciones que “temíamos” podrían no funcionar. Pero por el contrario, este ejercicio nos llevó a crear y descubrir habilidades que posiblemente en “nuestra vida tradicional”, nunca hubiésemos descubierto.  

Si me preguntan si todo esto ¿vale la pena? - Hasta el minuto la respuesta es un rotundo SÍ, hemos vivido seis meses de aventuras, experiencias increíbles y grandes aprendizajes. No tengo certeza de cómo irá cambiando nuestro mindset en el futuro, ni cómo estos re cableados harán que tengamos una perspectiva diferente de las cosas, pero lo que sí sé es que ¡lo volvería a hacer!

Para terminar, la experiencia de vivir como nómada digital para la familia es increíble, requiere de planificación y de sortear grandes desafíos, de liderazgo, confianza, empoderamiento y sobre todo romper el status quo, la inercia, ese piloto automático en el que vivimos en los diferentes ámbitos de nuestra vida. Por eso, te invito a que te preguntes qué “status quo” de cualquier aspecto de tu vida (profesional y/o personal) quieres cambiar y te lances a hacerlo, solo cosas buenas resultan de ahí. 

Un abrazo

Ricardo Ross.