Planimprovisar: planifica para improvisar

Planimprovisar: planifica para improvisar

Todo el tiempo nos estamos moviendo entre dicotomías extremas, hay quienes sostienen que es mejor “no arriesgar demasiado”, “no dar puntadas sin hilo”, en cambio otros dicen que es mejor “dejarse llevar”, “dejar fluir y que venga lo que tenga que venir”...

 Sin embargo, ninguna de las dos posturas aplica en todos los casos de la vida, no se trata de dejarse llevar como una hoja por el viento decidiendo todo en la marcha, o ser inflexible y estructurar todo lo que vas a hacer para conseguir un objetivo. Hay cosas en la vida que requieren disciplina, planificación, constancia y voluntad, así como hay otras que requieren “soltar” el control y surfear la ola a medida que avanza.

Pero como creemos que no todo es blanco o negro, somos partidarios de encontrar esos puntos intermedios que nos dan lo mejor de ambas posiciones. Sabemos que hay factores que escapan de nuestro control, pero también que ninguna opción sirve si no tenemos idea hacia dónde queremos ir, pues ninguna ruta, flexible o detallada nos servirá, solo nos hará sentirnos desorientados y perdidos.

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IMPROVISAR TIENE MALA PRENSA

La capacidad de improvisar es valorada positivamente, sólo cuando es parte de lo que requiere la profesión, o como algo fortuito que ocurre en el día a día. Algunos lo asocian a esta capacidad de vivir el presente, una especie de varita mágica que permite superar con éxito cualquier situación. Una sensación lo más parecida a esa libertad tan anhelada, el poder decidir en cada instante lo que sea.

Según la RAE Improvisar significa: “Hacer algo de pronto, sin estudio ni preparación”, lo que claramente tiene una vista negativa e incompleta de lo que la improvisación aporta en el mundo empresarial y en la vida de las personas. 

Al improvisar, encuentras nuevas variables con las que nunca hubieras contado de otra manera, y estas te llevan a formas distintas de llegar al objetivo. Aprendizaje validado y no solo expectativas por supuestos. 

Por otro lado, el entorno también cambia, eso hace que la improvisación sea parte de la competencia de adaptación y autonomía, más que “libertad” para hacer las cosas diferentes a como las tenían planeada, abriendo nuevas posibilidades o rutas. 

Los caminos «oficiales» fallan cuando el sistema no funciona. Ser un buen chico, estudiar, ser cumplidor con el trabajo… no están demostrando ser mejores que otros sistemas. En entornos complejos, cambiantes, ambiguos y difíciles de entender, no es fácil planificar, por lo que un toque de improvisación puede ser más eficaz.

Una frase que nos puede ayudar para entender la importancia de la improvisación y eliminar prejuicios (como el de considerar que implica falta de profesionalidad) es lo que McNeece comentaba a propósito de los actores que jugaban a improvisar:  “La improvisación es realmente la amplificación consciente de las estrategias que las personas usan todos los días para lograr objetivos de diversa importancia”. En el contexto empresarial, se trata de mantener las máximas opciones disponibles ante una determinada situación, y saber seleccionar la conducta más apropiada para llevarla a cabo y conseguir los objetivos propuestos.

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¿PLANIFICAR ES INFLEXIBLE?

La mayoría de las cosas importantes en la vida requieren de un método, un proyecto, una estrategia. Tal como dice el dicho “no es soplar y hacer botellas”, a nadie le va bien de casualidad, pocas personas que admiramos han tenido solo suerte, más bien, han pasado por largas horas de sudor y trabajo, personas que al volver la mirada atrás, ven el camino recorrido, reconocen su propia evolución y sienten un sano orgullo personal de haber llegado donde querían llegar, y seguir avanzando hacia donde quieren avanzar. Esto último es el resultado de planificar.  

Cuando planificamos estamos siendo protagonistas activos de cómo queremos que sea nuestra vida. Logramos “visualizar” nuestros objetivos haciéndolos más cercanos y posibles. Proyectamos y somos consecuentes con lo que más nos importa, planificar es trazar una línea de acción con respecto a diferentes actividades que se deben realizar y poner manos a la obra sin vacilar. 

Nos han hecho creer por ejemplo que la naturalidad y la autenticidad poco tienen que ver con la planificación, que para ser auténticas tenemos que ser un espíritu libre y dejarnos fluir con aquello que nos encontramos, sin necesidad de ponerle ni cabeza ni estrategia. Aunque parte de este imaginario podría ser cierto, particularmente considero que ser auténtica conlleva un sentido, un propósito, valores claros que se hacen transparentes y visibles a la vista de las personas a través de lo que dices y las acciones que realizas, en ese momento estoy siendo verdadera. Por el contrario, no se refiere a ser instintivo, no es solo reaccionar, podemos planificar y ser reales al accionar desde nuestros valores con un sentido de propósito claro. 

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 ENTONCES… A “PLANIMPROVISAR”

 

Como vemos, la improvisación y la planificación no son incompatibles, sino que son dos estrategias distintas para conseguir un mismo objetivo. Hay entornos y situaciones que favorecen más uno que a otro, pero no significa que no sirvan juntos. Una buena combinación entre estos aplicados, en los momentos adecuados, se muestran como más eficientes que basarse solo en uno.

En la semana leí una entrevista donde una viajera comentaba que si improvisaba el viaje, este solía salir mejor, de hecho, existe una especie de leyenda urbana que afirma que las cosas planificadas suelen salir peor que cuando se hacen libremente. Pero…¿qué hay de cierto en ello? ¿Cuánto de lo que se hizo y funcionó bien fue improvisado?.

Según señalan neurocientíficos, dado un estudio de la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.) publicado en la revista Neuron, los grandes resultados o profesionales exitosos no ven separadas la improvisación de la planificación. Por ejemplo, el jazz, como explica Charlie Moreno, un músico y compositor afincado en Barcelona. Cuando un intérprete de este estilo improvisa, de cara al público la libertad de ejecución parece absoluta. Sin embargo, la personalidad de los solos que ejecutan los músicos se basa en un buen conocimiento de las estructuras armónicas subyacentes, y en un excelente dominio técnico del instrumento. Es decir, para que una persona o equipo improvise con ciertas garantías de éxito, debe conocer en profundidad los diferentes modelos de planificación.

Cuando planeas, normalmente pasas un buen tiempo buscando las mejores opciones y de ahí seleccionas la que consideras número uno para hacer bajo varios supuestos, por ello, las expectativas de éxito que tienes son evidentemente altas. Por otra parte, cuando realizas algo de forma improvisada, vas preparado para que puedan salir mal las cosas, por ende tus expectativas por el contrario son pocas y generalmente con un pequeño avance ya las tendrás cubiertas. Por tanto, ante posiblemente mismo resultado, la percepción será muy distinta según cómo se haya desarrollado el proceso.

Entonces planimprovisar sería lo más lógico. Más que buscar la improvisación o planear estrictamente lo que haremos, planearemos en ciclos cortos “no exhaustivamente” con alta claridad de lo que se quiere “lograr” y no lo que se quiere “hacer”, esto nos da la cintura para tomar acciones en base a lo que vamos aprendiendo e incluso experimentar, hipotetizar o improvisar

Además desmenuzaremos nuestra expectativa de éxito llevándola a mínimos esperables por ciclo, los que se irán incrementando a medida que vayamos aprendiendo y reajustando el plan del ciclo siguiente, de esta forma, tendríamos la ventaja de la improvisación más la ventaja de planear caminos para el norte.

Finalmente, sabemos que el camino al logro rara vez es lineal, por eso planificar no supone una solución perfecta, o como solemos decir “buscar el Santo Grial”. Eso es tratar de tapar el sol con un dedo, ya que tenemos que convivir con la incertidumbre en casi cualquier decisión que tomamos y aceptar los resultados de la misma, sobre todo cuando hayamos hecho lo máximo que podíamos hacer “a priori”, antes de conocer las consecuencias o resultados de estas…así que planimprovisa!!.

Luz María Jara Rivacoba

Agilidad, Transformación y Eficiencia de negocios | Agile Coach | Lean Agile | COE Agilidad| Procesos| Lider de Gestión proyectos ágiles | Líder de Gestión y facilitador de cambios organizacionales

2 años

Que buen artículo. No me había detenido a pensar que el improvisar tiene mala prensa. Creo que tiene que ver con ese sesgo de que es poco profesional. Una vez más la importancia de los puntos medios y de entender el contexto para aplicar la estrategia adecuada...Creo que tiene que ver mucho con el grado de incertidumbre que tenemos, el cual estrategia ocupar y tener un entendimiento común en los equipos impactados por ese contexto y estrategia. Gracias por compartir! Excelente artículo!

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