¿Necesitamos un gigante con pies de barro?
Cuando observo las protestas en el país me surge la pregunta, ¿Cuáles motivos generan tanta efervescencia en los colombianos? Algunos medios de comunicación utilizan explicaciones como el narcotráfico o las guerrillas, siendo que parte de la problemática social se focaliza en las ciudades, y en teoría el conflicto armado fue apaciguado con los acuerdos de paz de 2016. Sin ser la única causa, los motivos económicos han sido detonantes de aireados inconformismos, por ejemplo, el impuesto a la alcabala (1740), los edictos reales de impuestos (1781) o el aumento del costo de vida (1977). En cierta forma estos sucesos reflejan algo más profundo, la percepción generalizada de una sociedad altamente desigual. Desigualdad que se justifica en la creencia de que los recursos son escasos, siendo que la verdadera causa del problema son las múltiples manifestaciones de un egoísmo desenfrenado.
Figura 1: Homicidios intencionales (en logaritmo natural) y desigualdad (GINI)*
El GINI es un indicador empleado para estimar la desigualdad económica. Si tenemos diez personas y uno de ellos acumula todos los ingresos, se obtiene una sociedad perfectamente desigual (GINI = 100). Por otro lado, cuando esos diez individuos reciben los mismos ingresos, nos encontramos ante el caso de una sociedad perfectamente igualitaria (GINI = 0). Al comparar diferentes regiones, se encuentra una relación entre los países con mayor desigualdad y más homicidios intencionales. La violencia es una manifestación de la erosión del proceso político, la ausencia de espacios de participación ciudadana y la incapacidad de generar consensos.
Figura 2: Evolución de la desigualdad económica en Colombia (GINI)
Desde una perspectiva histórica, Colombia ha logrado reducir las desigualdades económicas en dos periodos. El primero de ellos abarca desde fines de los sesentas hasta la última parte de los ochentas. Sin ser exhaustivo, en esa época se realizaron grandes emisiones de dinero lo cual produjo altas inflaciones.** Igualmente desde los cincuentas, se implementó el modelo de industrialización mediante la sustitución por importaciones (ISI), el cual como su nombre lo indica, buscaba impulsar el desarrollo de la industria nacional a costa de restringir las importaciones. El modelo ISI fue complementado con el régimen cambiario de “mini devaluaciones”, es decir, desde 1967 y hasta antes de los noventas, el gobierno ajustaba el precio del dólar dependiendo de las diferencias entre la inflación de Colombia y Estados Unidos. Adicionalmente, las modificaciones en la tasa de cambio eran consultadas a la Junta Monetaria, la cual estaba conformada por el Gerente del Banco de la República, los ministros de Hacienda, Desarrollo, Agricultura y el Director de Planeación Nacional, quienes recibían asesoría de dos expertos independientes.***
El segundo episodio de disminución en la desigualdad no fue tan espectacular como el primero, pero se consiguió en un breve periodo de tiempo. Al finalizar la década de los noventas se presento una gran crisis económica, el PIB se contrajo más del 4% y la inflación retrocedió del 17% al 9%. Esa desinflación causó un incremento inesperado del salario mínimo del 16%, el cual si bien genero mayor desempleo también fue potenciado por el cierre de empresas, especialmente en la Construcción.**** Habría que investigar hasta qué punto estos cambios junto con el estallido de la burbuja hipotecaria, generaron un efecto inesperado sobre la redistribución de los ingresos y de paso mejoraron el “bienestar” (particularmente y en medio de la crisis cuando los bogotanos disfrutaron de más espacios públicos).
Tabla 1: Composición de ingresos y gastos del Gobierno Nacional Central (% PIB)
Dados los casos previos me pregunto, ¿Hasta qué punto el Estado tiene la capacidad de atajar los problemas de desigualdad económica? Desde una perspectiva histórica parece no tener un buen desempeño. Para reforzar este argumento y con el fin de cuestionar el mantra de que todo se soluciona con mayores impuestos y enviar cheques a los más pobres, la tabla muestra como en los últimos 40 años el gobierno colombiano ha crecido hasta convertirse en un gigante con pies de barro. Los ingresos tributarios y el gasto del Gobierno Nacional Central se han duplicado desde los ochentas, pero ¿Que ha ocurrido con la desigualdad económica en ese periodo? No parece existir una respuesta contundente durante las últimas décadas del siglo XX. Lo que si es claro es que ese gigante con pies de barro cada vez nos cuesta más, antes de los noventas la deuda pública nunca estuvo por encima del 20% del PIB. Posterior a ese periodo hemos alcanzado niveles que superan el 50% de la Economía y al parecer no existen límites. La excesiva burocracia, los altos niveles de corrupción del sector público y la regresividad del gasto social potencian todo lo anterior.*****
Figura 3: Evolución de la participación del 1% más rico dentro del ingreso nacional
Desde otra óptica la historia de la segunda década del siglo XXI es un poco más optimista. Al analizar la desigualdad mediante la parte del ingreso nacional que reciben el 1% más rico, la participación de ese grupo ha disminuido, aunque nos falta camino por recorrer, ese 1% obtiene cerca de la quinta parte de todos los ingresos en Colombia. En este punto se debe tener en cuenta que no existen estadísticas de la distribución de la riqueza en Colombia, y en los países que si tienen estos registros, esta tiende a ser mucho más concentrada frente a la distribución de los ingresos, por ejemplo, en Estados Unidos el 1% más rico recibe el 19% de todos los ingresos, pero ese mismo 1% recibe el 35% de toda la riqueza.
Quiero terminar con una reflexión, ¿Qué podemos hacer frente a un gobierno que cada vez adquiere mayores proporciones? Una primera respuesta es tener mayor autonomía, por ejemplo, en temas de salud. Esta independencia depende a su vez de otra pregunta, ¿Cómo entendemos la palabra “salud”? Si salud significa tener un carnet de una EPS y la capacidad de comprar pastillas entonces hemos mejorado (la cobertura en salud supera el 90% al sumar los afiliados del régimen contributivo y subsidiado). Si salud la definimos como la capacidad que tiene una persona de generar bienestar por sus propios medios, es decir, comer saludablemente y no depender de los medicamentos entonces hemos empeorado; me refiero a los casos de muertes endógenas como tumores malignos, problemas cardio vasculares y diabetes, estos han aumentado de un 4% en los sesentas a un 44% en la primera década del siglo XXI (situación que no se compensa incluso al considerar la reducción en las muertes por enfermedades transmisibles del 19% al 4%).
Notas y referencias
Figura 1: Fuente: Gapminder.
Figura 2: Fuente: Gaviria (2010). Gráfico 8.
Figura 3: Fuente: World Inequality Data Base.
Tabla 1: Fuente: Cárdenas (2020). Gráficos 6.8 y 6.18.
*El tamaño de los círculos representa el tamaño poblacional de un país mientras que los colores muestran el continente al cual pertenece. El logaritmo natural permite transformar grandes diferencias en pequeñas diferencias.
**Por ejemplo, en 1977 la inflación sobrepaso el 40% y los colombianos manifestaron su malestar.
***En esas décadas el sector financiero se encontraba fuertemente regulado, por ejemplo, el acceso restringido al crédito además de los altos requerimientos de encaje y los controles a las tasas de interés.
****Curiosamente en 1990 el salario mínimo se ajusto 6% por debajo de la inflación y aunque en teoría ese cambio genera más empleo, el desempleo aumentó del 9,4% al 10,6%.
*****La regresividad del gasto social es la capacidad que tienen algunos colombianos de apropiarse de subsidios que van destinados a los grupos más vulnerables.
Aguilar, L.I. (1991). “Sustitución de importaciones y apertura económica”. Análisis Político, Universidad Nacional de Colombia. 13 (1), 78-85. Recuperado
Bernal. R., & Camacho. A., & Flórez. C., & Gaviria. A., & Jaramillo. C., & Nupia. O., & Peña. X., & Rodríguez. C., & Sánchez. F., & Urrutia. M. (2009). “Desarrollo económico: retos y políticas públicas”. En Documentos CEDE, 2009-01, Universidad de los Andes. Recuperado
Cárdenas, M. (2020). Introducción a la Economía Colombiana. Alpha Editorial.
Gapminder [Base de datos].
Gaviria, A. (2010). “Cambio social en Colombia durante la segunda mitad del siglo XX”. Documentos CEDE, 2010-30, Universidad de los Andes”. Recuperado
Las Historias de Adelina (5 de mayo de 2021). Tres (3) siglos de historia documentada lleva la protesta social en Colombia, desde 1740 [Archivo de video]. Recuperado
Montes, F. (s.f). Sabiduría colombiana: el reglamento de la Junta Monetaria. Portafolio.
Valenzuela, L. C. (2008). “Bienestar y Riqueza”. Revista del Buen Gobierno No 10.
World Inequality Data Base [Base de datos].
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