Neurofeedback para el dolor crónico

Neurofeedback para el dolor crónico

MªJesus MURELAGA ANDONEGUI


Dolor, un nuevo concepto, una nueva intervención

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) define el dolor para la mayoría de personas como una experiencia sensorial y emocional no agradable relacionada con un daño tisular real o potencial y que se percibe como un fenómeno sensorial generalizado, aunque, de hecho, el dolor es más complejo.

Nuestro estilo de vida con habituales situaciones de estrés, problemas emocionales, mala alimentación, consumo de tóxicos, sueño de mala calidad favorece los problemas inflamatorios y la aparición del dolor.




¿Alguna vez has tenido dolor crónico? ¿Qué diferencia el dolor agudo del dolor crónico? 

La base del dolor agudo es la respuesta inflamatoria con la liberación de algógenos químicos ante un estímulo nocivo o daño tisular. Esta inflamación va a sensibilizar los receptores del dolor e incrementar la generación y transmisión de estímulos, disminuyendo el umbral de los receptores del dolor y facilitando la percepción consciente del dolor para promover la recuperación de los tejidos 

La inflamación es la respuesta protectora natural del cuerpo a una lesión. La inflamación aguda es una respuesta inmune que dura sólo unos cuantos días y normalmente es beneficiosa para la curación, a pesar de que a menudo está acompañada de sensaciones desagradables.

La inflamación externa que nosotros percibimos a menudo es identificable a través de enrojecimiento, hinchazón, dolor o aumento del calor en una parte del cuerpo. La inflamación es una respuesta del sistema inmunitario para proteger al organismo de la lesión. Su propósito es localizar y eliminar el tejido dañado, de manera que el cuerpo pueda comenzar a curarse. Si persiste una inflamación aguda, se producirá una inflamación crónica que puede durar años o incluso toda la vida.

El dolor crónico persiste a pesar de que se ha proporcionado un tratamiento. El dolor puede durar de semanas a años interfiriendo en nuestro proceso vital y condicionarnos en nuestra esfera social, laboral, familiar y ser génesis de problemas de salud mental

El dolor crónico se procesa en la corteza por tres vías distintas, pero interconectadas, una vía lateral de "dolor" incrustada en la red somatosensorial. Una vía de “sufrimiento” medial situada en la Red de Saliencia y una vía de inhibición cerebral descendente que comienza en el Cingulado Anterior Pregenual.  El dolor físico esta más vinculado a la vía lateral y el dolor psicológico esta vinculado a la vía medial.

El dolor crónico interfiere con el buen funcionamiento de las tres vías del dolor. La vía del dolor inhibitorio en particular, se ve comprometida; es decir el dolor crónico puede ser el resultado de una deficiencia en la activación de la vía de supresión del dolor.

Si la vía del dolor inhibitorio se ve comprometida, muy a menudo los pacientes con dolor crónico presentaran otros síntomas como depresión, ansiedad, problemas para dormir, fatiga, así como disfunción cognitiva, incluidos problemas de atención, dificultades de aprendizaje, problemas de memoria y mala toma de decisiones. Estas comorbilidades profundas pueden hacer que la vida este muy limitada para las personas que sufren de dolor crónico.


Tratamientos más comunes para el dolor crónico

Hoy en día el tratamiento más común que se utiliza para el dolor tanto agudo como crónico son los fármacos, aún, sabiendo que los medicamentos pueden tener graves consecuencias para la salud, incluida la adicción.

Cada vez más estudios hablan de la relación entre, la inflamación y el sistema inmunológico; el sistema inmunológico y las hormonas; así como la influencia de la microbiota intestinal ya que todas ellas están relacionadas en nuestro cuerpo.

Para iniciar un buen tratamiento para el dolor es imprescindible promover si procede un cambio en los hábitos y estilo de vida que incluya, alimentos saludables ricos en omega 3, ejercicio físico adecuado a la edad y buena calidad de sueño, evitando el consumo de tóxicos como alcohol, tabaco, ya que pueden ser clave para reordenar nuestro cerebro ,y poder cambiar el rumbo de algunas dolencias crónicas e inflamatorias, por su impacto en nuestro sistema inmunológico, generador de la «inflamación», y lograr, de este modo, que el dolor sea más llevadero.

¿Qué más podemos hacer? 

El dolor crónico, especialmente el tipo idiopático (causa indefinida), no es un problema de articulaciones, huesos o tejidos, es un problema cerebral. Por lo tanto, el tratamiento de elección debe ser una modalidad que aborde el cerebro, como es el Neurofeedback

Entonces, si tiene dolor crónico, ya sea en la rodilla, la espalda u otro dolor en las articulaciones, considere el Neurofeedback como una alternativa no invasiva.

Objetivo

Normalizar la vía inhibidora del dolor, reducir el dolor y permitir un sentido del yo mejor regulado.


Que es Neurofeedback

El Neurofeedback es un tipo de biofeedback. La biorretroalimentación es un método para obtener información mediante el control de las condiciones fisiológicas básicas (como la temperatura de la piel, la presión arterial, la frecuencia cardíaca, etc.) para ayudar a promover el control sobre los procesos corporales normalmente involuntarios a través del acondicionamiento.

En concreto, Neurofeedback monitorea las ondas cerebrales o patrones eléctricos en el cerebro. Estas ondas cerebrales se pueden registrar, medir y mostrar en forma digital. 


Neurofeedback utiliza el proceso de registro y medición de ondas cerebrales para crear una señal llamada retroalimentación. Esta retroalimentación ayuda a neuromodular al cerebro para que aprenda a autorregularse.

Un mapa cerebral, o EEG cuantitativo (qEEG), ayuda a identificar regiones específicas del cerebro que no funcionan correctamente y nos servirá de guía para identificar áreas específicas de disfunción o desregulación a la hora de aplicar Neurofeedback

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