Nuestro modelo de acompañamiento en CHOICE. Parte II

Una de las nociones centrales y presupuestos del Enfoque Centrado en la Persona de CARL ROGERS es la creencia y convicción de que el ser humano tiene una tendencia inherente hacia el crecimiento. Esa tendencia la llamó Tendencia Actualizante en los seres vivos.

La tendencia actualizante significa todo aquello que puja hacia su desarrollo y su despliegue en lo vivo.

Rogers define la tendencia actualizate en las personas como " la capacidad que tiene el ser humano, latente o manifiesta, de comprenderse a sí mismo y de resolver sus problemas de modo suficiente para lograr la satisfacción y la eficacia necesaria a un funcionamiento adecuado. "

Ahora bien, mas allá que la tendencia o la expresión de vida puje para su despliegue y desarrollo hacia su máxima expresión de lo vivo, sucede que se deben dar una serie de condiciones necesarias para ese desarrollo y despliegue, si esto no ocurre, con seguridad ese organismo vivo no logrará su máxima expresión y sin duda, su movimiento hacia el deterioro y la muerte se dará más rápido y sin la posibilidad de alcanzar toda la expresión de su potencial vivo.

Siguiendo con la idea de plantearles nuestro enfoque en CHOICE COUNSELING , como modelo de acompañamiento en adicciones, nosotros vemos a la persona que trae el problema de drogas o la conducta tóxica, como alguien que vive en condiciones desfavorables para desplegarse hacia una satisfacción y eficacia en su funcionamiento. El abuso de la sustancia o el apego a una determinada conducta, le bloquea y no le permite ese despliegue.

En nuestra experiencia de trabajo, vemos que cuando alguien acepta involucrarse en un plan de tratamiento, que lo corra de ese bloqueo y lo saque de ese sufrimiento que le provoca la vida que lleva a través del abuso o la dependencia de las drogas, no está experimentando una tendencia al deterioro ni la muerte de lo vivo en él, sino que justamente está buscando entre las condiciones que vive, desplegarse hacia el desarrollo y el despliegue, pero no encuentra el medio o el camino para que no se bloquee su potencial humano.

Digo esto porque muchas experiencias que acompaño de personas que se ven atrapadas en el esfuerzo por dejar el consumo, y vuelta al consumo, la vuelta a un tratamiento para dejar el consumo, y nuevamente vuelta al mismo lugar, están marcadas por la fuerza y el impulso de esa tendencia a buscar el mayor despliegue a pesar de los condicionantes externos e internos de la persona.

Nosotros siempre hablamos con los consejeros y terapeutas en relación a que supervisen cual es la mirada que tienen de sus consultantes, en el sentido de como experimentan la dificultad del otro que acompañan.

Es sabido en este campo la frustración que sentimos los profesionales con los fracasos de los consultantes, después de una recaída, frente a un abandono de tratamiento, cuando el consultante miente constantemente o bien, cuando opta por volver a un consumo activo de aquello que quería evitar.

En estos casos es donde se pone a prueba en el profesional, si verdaderamente confía en los recursos internos del ayudado, y por otro lado acepta y entiende, a través del consultante, sus condiciones limitantes de todo su despliegue, las cuales pueden estar en diferentes áreas de la persona, como por ejemplo la familia que tiene, muchas veces funcional al consumo, o la familia que no tiene, la química de su cerebro en cuanto al momento de abstinencia o a la tolerancia de una determinada sustancia, su salud mental, en cuanto a patología de base, trastorno grave de personalidad, su precariedad en cubrir necesidades básicas, persona sin trabajo, sin vivienda, sin posibilidad de alimentarse bien, su historia personal, traumas de la infancia, violencia, abuso, situación de encierro, persona privada de libertad, su condición social en cuanto a entorno, solo amigos de consumo, o bien, vivir con una enfermedad dolorosa, etc.

Es muy importante que aquellos profesionales que ofrecen un proceso de acompañamiento a los consultantes que nos vienen a pedir ayuda, partan de la base de la confianza en los recursos del ayudado. En ella consiste una de las actitudes de estas formas de relación de ayuda: la consideración positiva, la confianza en los recursos del ayudado, y la creencia en que lo que podemos ofrecer al consultante desde nuestra escucha activa y comprometida, puede hacer que éste cambie, se desarrolle y se despliegue a pesar de todo lo que sus condicionamientos lo limiten.

Me gusta pensar en la imagen de una persona que a sido un ex fumador de nicotina y se ha mantenido en abstinencia por años. De repente la vida lo pone en un lugar donde no quisiera haber estado, por ejemplo, en una guerra como la que hoy viven Ucranianos y Rusos. La imagen es que la persona se encuentra en un búnker donde se escuchan afuera detonaciones de bombas, tiros, sirenas, gritos y demás expresiones del dolor y el horror humano.

Esa persona tiene que salir del búnker y esperar junto a otros durante la noche en una trinchera a que venga el enemigo porque fue llamado a combatir aunque no sea soldado.

En una larga noche y bajo el estrés de poder morir, la persona acepta un cigarrillo y lo fuma sin ningún remordimiento ni miedo a contraer cáncer o a dañar su organismo, porque vive bajo una amenaza que en comparación con fumar, es mucho mayor. En ese momento la persona está viviendo condiciones que no le permiten desplegar todo su potencial hacia lo mejor de sí mismo, aunque para él, seguramente en esa condición en la que se encuentra, es lo mejor que puede hacer, porque lo alivia, lo acompaña en su soledad, le saca el miedo y hasta puede manejar en su experiencia, mejor el estrés.

Con esto último, no aliento el uso de sustancias en los seres humanos, pero si lo entiendo, comprendo a cada persona que use, abuse o transite una dependencia a una sustancia, porque los seres humanos podemos vivir infinidad de situaciones que nos lleven a que las drogas sean una opción.

En nuestro caso, como facilitadores del desarrollo humano y como consejeros para ayudar a las personas que quieren liberarse del uso, del abuso o de la dependencia de una o varias sustancias, ponemos al servicio de los consultantes, nuestro modelo de acompañamiento que no es ni más ni menos que facilitar condiciones interpersonales, humanas de consulta, donde se produzcan encuentros profundos y que permitan la auto exploración de la persona en consulta, para que vea sus condicionantes internos y externos y pueda comprender su existencia, de modo que realice los movimientos que le permitan una vida más congruente con lo que puja en él como potencial humano.