Nueva realidad, nuevos modelos

Normalmente, cuando hablamos de proceso de transformación digital, tanto desde cohaerentis como desde la mayoría de los foros sociales de hoy día, solemos circunscribirnos principalmente al entorno profesional y de las organizaciones. Tecnología, competencias digitales para sacar partido a las anteriores, e implicaciones de todo tipo (legales, de marketing…) a tener en consideración, como consecuencia de la irrupción masiva de unas y otras.

Pero la realidad, es que “lo digital” está en todas partes: profesionales digitales, cultura digital, ciudadanía digital… en definitiva, una nueva era de la sociedad digital. Hablamos de las nuevas generaciones de ciudadanos, profesionales y consumidores (millennials), con un perfil claramente social, tecnológico y políticamente más liberal; hablamos de trabajadores del conocimiento (knowmads), del “imperio” de lo intangible; estamos hablando también de la irrupción en el mercado de tecnologías accesibles para gran parte de la población, y, lo que es más importante, estamos hablando de una nueva mentalidad, innata en las nuevas generaciones, que no necesita sólo de nuevas herramientas, sino que está demandando nuevos modelos de organización social y empresarial.

La realidad es que las personas, a título individual, van siempre por delante de las sociedades, entendidas como organizaciones formales de ciudadanos, adoptando cambios. Lo mismo sucede con las empresas. La mayoría, por muy “modernas” y tecnológicas que sean, por mucho que hayan incorporado en sus vocabularios los términos más de moda, no están preparadas para integrar a los nuevos profesionales, que reclaman patrones nuevos. Las tradicionales estructuras y procesos ya no sirven para atender las necesidades de la nueva realidad.

Los nuevos ciudadanos -profesionales, consumidores- demandan modelos de organización colaborativos, abiertos y participativos, que construyan y decidan a partir de la inteligencia colectiva, en los que cada individuo tenga la oportunidad de aportar y ser escuchado.

Ya estamos viendo los primeros fenómenos de este tipo en algunos movimientos sociales y políticos, ¿para cuándo, de verdad, en las empresas?

Julio de Diego García

Consultor de comunicación estratégica

8 años

“Las personas, a título individual, van siempre por delante de las sociedades”, y por ende, de las empresas, como tú bien dices Ana. Y como esas personas son los clientes, los consumidores, se han encendido todas las alarmas en el mundo empresarial. ¡¡Ellos son digitales¡¡ ¡¡Transformación ya¡¡ Pero claro, las grandes empresas no son barquitas manejables. Son transatlánticos pesados donde cualquier cambio de rumbo implica movimientos organizativos de importantes repercusiones, algunas de ellas muy traumáticas desde el punto de vista de recursos humanos. En este escenario, que da mucho miedo, y para ganar tiempo, se conforman en aparentar la tan ya repetida “transformación digital”. El cliente mira y espera… y espera...

Eduardo Soria Sanz

Profesor de informática. Formador NTIC. Investigador u-learning. Apasionado de BI y AI

8 años

Excelente artículo. La capacidad de adaptación de las nuevas generaciones al mundo digital es inherente a su proceso de aprendizaje. En el mundo empresarial el proceso es inverso y en muchos casos reacios al cambio o adaptación. (¿Porqué cambiar si funciona?). Considero que la innovación es fundamental para la competitividad. (Sabia la naturaleza en la que sobreviven los que se adaptan al cambio)

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