Nunca comas sol@

Hace ya muchos años me leí el libro “Nunca comas solo” de Keith Ferrazzi y Kahl Raz . Si bien su contenido no deja de ser un recordatorio de la importancia de cultivar las relaciones sociales, su lectura tiene “mucha más chicha” de la que parece a primera vista. Así que no solo lo estoy releyendo este verano, sino que estoy poniendo en práctica sus sugerencias. Y esta vez ha sido con mi gran amiga (y excompañera de trabajo) Pilar Navarro con la que no sólo me une una amistad de muchos años, sino que compartimos muchas inquietudes y hobbies.

Os resumo (con algunas aportaciones propias) el mensaje que se esconde detrás de esta lectura:

• No comas literalmente solo. En el sentido más preciso, el libro sugiere que es más agradable, beneficioso y ameno compartir una comida con alguien que comer solo. La compañía durante las comidas puede mejorar la experiencia y permitir el disfrute de una buena conversación mientras se come.
• Comparte con otros. “Nunca comas solo” puede ser una metáfora para alentar a las personas a compartir lo que tienen con otros, especialmente cuando se tiene suficiente para dar. Podría implicar compartir tus comidas, recursos, conocimiento o tiempo, entre otros, con aquellos que están en necesidad, soledad o sencillamente les vendría bien sentirse escuchados.
• Conexión humana: En un nivel más profundo, el libro resalta la importancia de la interacción social y la conexión emocional con las personas. Sugiere que es bueno tener momentos de compartir y convivencia con otras personas, lo que puede ser fundamental para mantener relaciones sociales saludables y fortalecer vínculos interpersonales.
• Nunca sabes dónde puede estar la oportunidad. Si bien está genial poder quedar con una persona expresamente para hacer negocios, buscar una colaboración o explorar la posibilidad de lanzar un proyecto conjunto, muchas veces pueden surgir oportunidades con quién menos te lo esperas y cuando no las buscas.
• Vive el momento presente. En el día a día, la mayoría de nosotros vamos acelerados como pollo sin cabeza. Aparte de las prisas, no somos capaces de desconectar de nuestras responsabilidades personales y laborales. Tomarse un tiempo de calidad para degustar una buena comida y disfrutar de una buena sobremesa puede ser realmente nutritivo.
• Fomenta la autenticidad. La gente está cansada de conversaciones encorsetadas y de “personajes” que nos creamos para causar una buena impresión. Generar espacios donde cada uno puede permitirse expresarse como realmente se siente, sin disfraces, sin temor a ser juzgado y donde la espontaneidad y la libertad sean la regla, no tiene precio.
• Aprovecha para conocer lugares nuevos. Todos tenemos pendientes sitios que nos gustaría conocer y que quizá no nos apetezca ir solos. El verano es una ocasión maravillosa para ir a restaurantes o terracitas a los que siempre quisimos ir.
• No te aísles. Si bien también es esencial respetar y disfrutar de momentos de soledad cuando sea necesario o deseado, la clave es encontrar un equilibrio entre la interacción social y el tiempo para uno mismo, según las necesidades y preferencias personales. El aislamiento prolongado como el que vivimos durante la pandemia puede tener efectos negativos en la salud mental y emocional.

¿Se te ocurren más motivos para no comer sol@? Te leo.