Obesidad Infantil Etiopatogenia
Etiopatogenia de la Obesidad. Patologías Asociadas
Dr. Carlos Benítez Franco
Definición
Para el CDC se define como riesgo de Sobrepeso un valor entre el percentilo 85 y 95 del IMC, como Sobrepeso un valor mayor o igual que el percentilo 95 del IMC y se considera razonable como punto de corte para hablar de Obesidad un valor mayor o igual que el percentilo 97 de IMC.
Etiología y Fisiopatogenia de la obesidad infantil
Genética Vs. Factores ambientales
La obesidad es una enfermedad genética porque todos los datos disponibles sugieren que el 60-80% de la varianza observada en el peso corporal puede ser a causa de factores hereditarios. El ADN mitocondrial que solamente se hereda únicamente de las madres, codifica componentes claves que inciden en el gasto energético. Las mutaciones que experimentan los genes mitocondriales podrían incidir en el balance energético y la acumulación de grasa corporal. Los genes intervienen además en el centro del apetito, el gasto energético, la regulación del peso y la distribución de adiposidad corporal.
La obesidad también representa claramente un desorden de nuestra dotación genética por causas ambientales, dado que hubo una modificación genética mínima en las últimas décadas y la prevalencia de alto IMC se ha triplicado, lo cual solo puede ser explicado por cambios en factores externos que afectan la economía enegética infantil.
Algunas teorías infieren que en épocas pasadas los seres humanos que tenían una capacidad aumentada de consumir energía respecto a la necesidad actual, poseían una ventaja evolutiva. Una versión de esa teoría propone que el exceso de alimentación y almacenamiento de tejido adiposo, podía serviles para enfrentar periodos de inanición. Otra versión asume que el gasto energético diario fue significativamente mayor que el actual, de manera que la mayoría de los humanos tenían un peso corporal por debajo del ideal en términos de aptitud reproductiva. La selección natural entonces podría favorecer un polimorfismo genético que podría predisponer a la sobrealimentación siempre y cuando haya disponibilidad de alimentos.
Hay más de 300 genes involucrados en el control del peso corporal en humanos, la mayoría en presencia de condiciones ambientales específicas y solo algunas muy raras variantes que producen obesidad aún en ausencia de un ambiente obesogénico.
También existe una asociación entre el peso corporal de los niños y el estilo de alimentación materna, su percepción y preocupación respecto al peso de los hijos. La restricción alimentaria aparece como una consecuencia de la preocupación de las madres sobre el sobrepeso de los hijos. En algunos casos la presión materna para comer por una percepción de bajo peso, puede llevar a los niños a comer de más, ignorando las señales internas de saciedad, resultante en un balance positivo de energía y ganancia de peso.
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