Ocasión desaprovechada
Existen infinidad de frases y actitudes para darnos la apariencia de importancia; ejemplos hay muchísimos: "Yo soy dueño de mi tiempo..."; "Yo sé perfectamente en qué y cómo invertir mi tiempo..."; "Yo controlo mis tiempos..". Incluso las hay también para darnos apariencia 'chic': "Estoy ocupado.."; "Tengo mucho trabajo.."; "Tengo muchas cosas qué hacer...", y un largo etcétera.
Quienes así actúan y piensan parece que están programad@s para "ser y estar" siempre ocupad@s, para sí mismos y para todo lo que les rodea. ¡Allá ell@s!
¿Te has preguntado si estás preparad@ para "aprovechar la no actividad"?
Ese maravilloso comportamiento para formarse, capacitarse y prepararse con el fin de "aprovechar la ocasión de la no actividad". Y tal parece que este comportamiento está conectado directa y proporcionalmente con nuestras creencias y valores fundamentales.
Recuerda que "a la Ocasión" la pintaban calva en la antigüedad. La Diosa de la Ocasión (o de la Oportunidad) era una mujer de hermosa cabellera larga por delante, pero calva por detrás, siempre parada sobre una rueda en constante movimiento. La oportunidad, tal como la Diosa, cuando pasa por enfrente se le puede agarrar por la cabellera, pero cuando termina de pasar no habrá por donde sujetarla. La ocasión se habrá perdido. Así, generalmente muchas buenas ocasiones solo pasan una vez en la vida, sin que se puedan repetir en el exacto mismo tiempo, modo, lugar y circunstancia.
¿Moraleja? Date tiempo para mantener estados de "serenidad"; simplemente para respirar, para contemplar, para agradecer, para dispersar el ruido mental, a pesar de las terribles noticias o cosas que están ocurriendo a nuestro alrededor. Sí, es obvio que muchas cosas nos enojan, nos irritan, nos dan coraje, pero casi siempre tales cosas no las podemos controlar ni dominar. Lo único que podemos controlar y aceptar es a nosotros mismos, para integrar nuestros temores, nuestros enojos, iras y corajes. Alguien me dijo una vez que, "alargar, mantener un enojo, ira o coraje contra alguien, o contra algo, es como ingerir -uno mismo- un veneno mortal, y esperar a que <el otro> muera o que ese <algo> desaparezca...".
Date la maravillosa oportunidad de "aprovechar el no hacer nada" por algunos momentos. Agradece esos estados de serenidad que brinda la sana "no actividad".
Te invito a que solo desde esos estados de tranquilidad trates de re-enfocar y re-encausar muchas de las "decisiones que requieres tomar".
¡Aprovechemos la ocasión!