Oda a la prueba y error
En el management moderno hay un sano resurgimiento de la validación del error como parte del mecanismo para desarrollar proyectos. Dentro del mundo corporativo, sin embargo, este punto suele ser una declaración de principios que tiene muy baja permisividad para que suceda en la práctica, en el día a día.
La primera distinción que creo fundamental hacer es para quienes, acompañando la afirmación de una sonrisa socarrona, dicen algo así como: “Claro, hay profesiones y oficios que pueden darse el lujo de equivocarse y volver a intentar…”. Y está bien, la ironía ha lugar. Un arquitecto no puede equivocarse en un plano, porque el constructor va a poner la viga torcida; yendo al extremo, un cirujano no puede pifiarle a la aorta, porque el error se paga con la vida.
Si bien está en los manuales y suele ser una declaración de principios, el prueba y error tiene muchas veces baja permisividad en el día a día del mundo corporativo
Si bien esa afirmación es real, también es justo distinguir que las profesiones que exigen un alto grado de precisión y complejidad en su ejercicio tienen también una formación previa tan exhaustiva que minimiza el margen de error al punto de que, si sucede, el hecho entra más en el campo de la fatalidad que en el concepto clásico de error.
Pido entonces que nos enfoquemos en las actividades que no son extremas al grado de poner vidas en juego. Hay, de hecho, un contexto en el que la “prueba y error” es una condición básica y hasta podría decirse insoslayable: el de los emprendedores.
En el mundo emprendedor existe ya desde hace más de una década una corriente que asegura que para ciertos proyectos el método de prueba y error es incluso el único camino posible cuando, como suele suceder, el mismo cuenta con poco financiamiento. Tiene nombre propio y se lo conoce como Lean Start-up, y consiste en una especia de mantra que es: equivocarse rápido, medir, mejorar.
En el ámbito de las Start-ups es donde se consolidó el método, cuyo mantra es algo así como equivocarse rápido, medir y mejorar
Está claro que ese método no aplica a cualquier emprendimiento, y posiblemente se adapte mejor a la evolución de un producto que de un servicio. Lo que está claro es que, aplique específicamente o no a lo que se esté desarrollando, hay que perderle el miedo al error.
Desde el concepto básico, la prueba y error –o ensayo y error, como se suele decir también- es un método heurístico, es decir, que forma parte de la ciencia o el arte del descubrimiento, y para eso hay que encontrar e inventar y no hay otra manera de hacerlo que equivocándose.
En rigor, la tan mentada innovación de la que vivimos hablando no sería posible si no fuera a través de la prueba y error
Oscar Wilde decía que “experiencia es simplemente el nombre que le damos a nuestros errores”. En nuestra empresa estamos abiertos a este método porque somos conscientes de que uno de los mayores valores que tenemos en el mercado inmobiliario, que es la experiencia, sólo se adquiere mediante el aprendizaje, y eso implica cometer errores.
La clave, en mi opinión, es tener una visión estratégica que permita fijar objetivos, establecer en qué estadíos del proceso deben tener lugar las pruebas y, finalmente, catalogar los errores para poder superarlos y sobre todo no volver a cometerlos.
Como siempre, contar con el equipo correcto es lo que permite afinar los procesos y que resulte realmente productiva la prueba y error
Al igual que en el Lean Start-up, resulta fundamental afinar los procesos para descubrir lo más pronto posible si la idea –o producto- que estás poniendo a prueba es equivocada, poco práctica o si, aun siendo correcta, tiene alguna arista que la hace poco permeable al mercado en cuestión. Como siempre, contar con el equipo correcto, integrado por buenas personas, hace que todo este proceso pueda concretarse y termine siendo productivo.
Estoy convencido de que logramos llegar a donde estamos hoy, y a ser valorados como somos, por haber crecido probando y errando. Y haber sabido corregir esos errores. La frase ilustrativa final se la dejo al científico y político estadounidense Benjamin Franklin: “El crecimiento es un proceso de prueba y error, es una experimentación. Y los experimentos fallidos forman parte del proceso en igual medida que el experimento que funciona bien”.
Agente inmobiliario en RE/MAX Liberty
4 añosEn cada error . siempre aprendemos algo !!!!
Agente Inmobiliario Remax Encore
4 añosMuy bueno Luis, importante aprender de los errores y saber recuperarse rápido, entre uno y otro hoy uno se termina frustrando y es ahí dónde un buen equipo ayuda a recuperarse rápidamente y seguir proyectando
Agente Inmobiliario
4 años👌