Problemas para impulsar nuestras empresas y negocios, ¿qué soluciones darías?
En ocasiones, cuando pregunto a directivos, empresarios y autónomos ¿cuáles son tus dificultades?, éstos esgrimen múltiples ítems muy bien trazados y razonados.
Habitualmente, en personas y empresas, me encuentro – siguiendo la estela de lo manifestado por mi amigo Pepe Cabello, del que mucho he aprendido – situaciones muy comunes:
a) No saben lo que quieren. Hago cosas pero sin destino, habitualmente no tienen objetivos, o estos no están bien definidos. Sus empleados e inclusos sus líderes no tienen sueños, no tienen ilusiones por conseguir.
En este caso comenzaría por establecer objetivos claros, concisos y medibles, así como una cultura de empresa que impregne a TODOS.
b) Saben lo que quieren, pero no saben cómo hacerlo. Es el momento del CÓMO lo hago. Nos adentramos en el mundo del aprendizaje. Y ¡ojo!, aquí se necesita voluntad para aprender.
Esta situación la afrontaría con trabajo en equipos, y afrontando la formación más “rentable”; no toda vale.
c) Saben lo que quieren, saben cómo hacerlo, pero no lo hacen. A veces hay que asumir responsabilidades y aquí no se está haciendo (habilidad de crear respuestas). Se procrastina, o no se está motivado (motivo + acción).
Es evidente que hace falta un trabajo importante de liderazgo y de equipos.
d) Saben lo que quieren, saben cómo hacerlo, lo hacen, pero no obtienen los resultados deseados. Y aquí aparece la frustración. No lo estás haciendo bien. Es la mayor causa por la que cierran las empresas, incluso acaban las relaciones personales y fracasan los emprendedores. Se dan expresiones como: «aquí se hacen las cosas como Dios manda», «a mi manera». Aquí os preguntaría ¿con qué estás comprometido con tener la razón o con el resultado? ¿El foco está en hacer las cosas «a tu manera» o en los objetivos? Si algo no sale bien, cambia, por pragmatismo y operatividad.
Como en el punto anterior, hace falta trabajar liderazgo, equipos y procesos. Y precisamente en QuercusBPR® somos pioneros en una herramienta potentísima que ayuda a esto: “la Consultoría basada en Coaching”.
Esto se da tanto en las grandes organizaciones, pymes, micropymes y autónomos.
Recuerdo la situación vivida en una multinacional en la que trabajé. Con mucho tiempo de antelación, advertí de los riesgos de la inacción, la falta de liderazgo y de rumbo. La respuesta de mis jefes, jefecillos o jefazos fueron varias:
- Menospreciar e ignorar la situación.
- Esconder situaciones bajo el silencio.
- Llegar a reconocer su desconocimiento sobre gestión y aferrarse al despacho (principio de Peter).
El resultado final fue la desaparición total de la filial española con más de 4000 empleados al frente.
Otro caso, el de una pyme andaluza. Su Ceo era consciente del motivo de un reciente fracaso. Su respuesta a la acción fue: “…ahora no es el momento, más adelante”. El empresario, con un sentido lógico, pensó que cuando llegase nuevamente la situación – que llegaría, era consciente de ello – sabría afrontarla de forma espontánea por la experiencia vivida. Lamentablemente no fue así, y se cometieron los mismos errores. Hacía falta un cambio de hábitos que no se programó. Ante lo repentino de la situación, no les dio lugar a la corrección sobre la marcha. Resultado: mala reputación, pérdida del contrato, y nuevos despidos. Frustración.
En 2016 un autónomo me llamó para duplicar sus ventas. Situación:
- Su negocio llevaba más de 12 años abierto, y seguía estancado.
- La población casi se duplicó en los últimos 4 años, y él seguía con la misma cuota de clientes.
- Era el único proveedor de ese servicio, pero hacía dos años apareció un competidor (que despreció).
Me alarmé al detectar que no existía un objetivo claro y creíble, ni siquiera una mera acción de comunicación; y un desconocimiento total de su cash flow, gastos fijos, variables, precios de compra, etc., todo era improvisado como su compromiso de mejora.
Cuando le propuse la idea o propuesta para crecer, la estimó cara. Yo digo como ALDI, “lo que vale mucho, cuesta poco”. ¿Cuánto vale impulsar tu negocio? – le pregunté –, ¿cuánto vale estar por delante de tu competencia?, ¿cuánto vale diferenciarte o liderar tu mercado? – mi mujer dice que ese dinero podemos emplearlo para ptra cosa, que ahora no podemos respondió. En ese momento supe que no era mi cliente y que el negocio estaba destinado al fracaso.
A finales del 2018 pasé, casualmente, por la puerta del negocio. Había cerrado, era predecible. El crecimiento poblacional era aprovechado por su competidor, que con el tiempo devoró también cuota de su mercado. ¿Sabéis el secreto del éxito del negocio competente?
- Tenía la idea de negocio muy bien dibujada, planificada.
- Los procesos esenciales estaban establecidos y se cumplían.
- El marido apoyaba y animaba a esta profesional en su proyecto (conciliación de valores entre lo personal y lo profesional).
- Tenía una estructura financiera acorde con las necesidades.
Una cuestión que siempre reiteraré es que quién más sabe de tu negocio, eres tú y tus empleados, así que nadie venga a imponerte lo que tienes que hacer, que nadie te impongan procesos empresariales ni forma de hacer las cosas.
Ahora bien, desde el exterior podemos ayudarte con estímulos para extraer todo lo mejor de tus equipos, conseguir tu propia versión como líder de los tuyos y de tu negocio, y para mejorar tus procesos y conseguir una mayor competitividad.
Manuel Jigato Rubio | Ceo en QuercusBPR® | www.quercusbpr.es