OJO AL DATO

Parece que las antiguas reglas de funcionamiento de la vida social están perdiendo validez, produciéndose un cambio de tal calibre que podemos asemejar a los acontecidos con la Revolución Industrial en lo que a la digitalización se refiere.

El ser humano es social por naturaleza, tiene como base de funcionamiento la comunicación. Las relaciones ya sean en el ámbito social o personal, tienen como eje la interrelación a través de palabras, imágenes o símbolos.

El cambio sustantivo actual reside en la transformación de las relaciones “Face to face” hacia a las “Ciber relaciones” (social media) La ventaja de estas últimas seria que tenemos más alcance y la desventaja es la despersonalización de las mismas, falta de control de toda la información que damos visibilidad a través de Internet. El concepto de usuario de servicios de Internet “gratis” oculta el peaje que se paga. El coste monetario es 0 pero el coste de regalar nuestros datos a cualquier fin es incalculable. A cada click que hacemos para aceptar las condiciones de uso de los servicios/aplicaciones cedemos un derecho fundamental, nuestra privacidad.

Cada persona que trabaje con cualquier dispositivo conectado a internet tiene que medir la importancia de publicar los datos personales alegremente. La falta de conciencia de algunos internautas y las implicaciones que puede tener un mal uso de estas herramientas. Ser demasiado liberales a la hora de ceder información puede tener grandes implicaciones que no nos detenemos a calcular.

Un dato relevante es que donde más está creciendo el Ciber ataque es precisamente en la ingeniería social y con el surgimiento de la actividad de venta online, van apareciendo nuevos y más complejos ataques informáticos que buscan obtener información confidencial de los usuarios (phising)

En el terreno empresarial se aboga cada vez más por la protección del “dato”, y las empresas empiezan a considerar como un área crítica en a que hay que detenerse

En estos dos niveles (personal/corporativo), se exige una seguridad integrada, en la que todas las áreas queden cubiertas para prevenir el mal uso o fraude del uso de información sin autorización.

No solo a nivel tecnológico sino también a nivel legal, se empieza a establecer una regulación más dura y restrictiva (RGPD). Controlar la privacidad, tipificar como acto criminal la venta o el mal uso de la información, son síntomas del cambio profundo y necesario para hacer frente a la construcción de una nueva sociedad basada en la TECNOLOGIA.


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