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No hay enemigo de la originalidad como la corrección política. Sin familia, los creadores, que no creativos, alcanzan un grado de autenticidad que difícilmente lograrían bajo la mirada condenatoria de aquellos con quienes comparte techo. Cuando no tienes que solucionar un problema, tarea de los creativos, más vale que como creador te olvides del mundo para vomitar lo que pasa por tu cabeza. Crear es anterior a la creatividad.