ORGANIZACIÓN Y GESTIÓN DEL TIEMPO: LOS MEJORES ALIADOS DEL EMPRENDEDOR
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ORGANIZACIÓN Y GESTIÓN DEL TIEMPO: LOS MEJORES ALIADOS DEL EMPRENDEDOR

En nuestro artículo anterior revisamos la importancia de contar con una buena base de contactos y de cómo cultivarla para que ser útil para ella y para obtener la reciprocidad cuando la necesitemos para nuestro emprendimiento.

Es el turno de hablar de otro de los factores clave para alcanzar nuestros objetivos como emprendedores. Se trata de la gestión del tiempo que va de la mano con la organización.

Resulta que el tiempo es el bien verdaderamente democrático porque todos los seres humanos disponemos de las mismas 24 horas para utilizar y distribuir de la mejor forma.

Seguramente te ha pasado que te consigues con un compañero de promoción de secundaria o de la universidad y al despedirlo, tenemos dos opciones: una es preguntarte cómo logró hacer todo lo que ha alcanzado en tan poco tiempo; o, en el otro extremo, cuestionarte cómo ha perdido el tiempo ya que pareciera estar atrapado en la misma etapa en la que lo dejaste cuando se graduaron. Más allá del juicio implícito en el cuestionamiento, lo cierto es que es en esos momentos que tomamos consciencia de que el tiempo se va y no vuelve, que debemos aprovecharlo.

Como empleado, no hay mucho que organizar. Generalmente tienes un horario que, de acuerdo a tus responsabilidades es más o menos flexible y en ocasiones te habrás alejado de él para atender actividades extra que han hecho que te toque trabajar más allá de lo acordado inicialmente.

Eso no es ni bueno ni malo, siempre y cuando mantengas un equilibrio con el resto de las esferas de tu vida.

Sin embargo, cuando estamos bajo una relación de dependencia laboral, sabemos que hay ciertas reglas no escritas que te permiten gestionar el tiempo de una forma tradicional.

Todo esto cambia cuando emprendes ya que, especialmente al comienzo, la pasión por lo que haces, el frenesí de alcanzar metas y, en el peor de los casos, la necesidad económica de obtener resultados, hace que puedas perder ese equilibrio y dedicar más de las horas recomendables en tu negocio.

Es entonces cuando la organización y gestión del tiempo cobran un papel preponderante ya que podrían ser la clave o la diferencia entre el logro de tus metas o un camino lleno de frustración, cansancio y desgaste.

Adicional a esto, si al comienzo de tu emprendimiento trabajas desde casa entonces el reto es aún mayor. Cuando se hace lo que amas, el tiempo pasa volando, perdemos la noción de la hora y cuando nos damos cuenta, podemos hasta amanecer trabajando sin importar lo que esto implique.

Sucede que como emprendedor debes establecerte horarios laborales y, lo más difícil, ser disciplinado para cumplirlos.

El mejor horario de trabajo es que funcione para ti. Por ejemplo, yo procuro colocar las tareas creativas o de redacción temprano en la mañana, mientras que las labores más mecánicas o automáticas las dejo para la tarde.

Otro punto importante es llevar una agenda de trabajo o lista de tareas pendientes. El hecho de escribir en un papel lo que hay que hacer lo saca de tu mente y es como si lo hubiese empezado a ejecutar antes de empezar. Además, solo aquel que es amante de las listas de “to do” sabe el placer que brinda poder colocar un check a una tarea terminada y borrarla de tu mente. Esta agenda la puedes hacer en papel o en digital, lo importante es tenerla a la mano y revisarla cada vez que sea necesario para poder medir los avances de tus pendientes.

Cuando estás iniciando tu emprendimiento, es probable que debas trabajar largas jornadas en soledad (no siempre tendrás, desde el inicio, un equipo en quien delegar las tareas) por lo que te recomiendo que combines tus labores individuales con reuniones con proveedores, potenciales clientes o colaboradores a distancia de una forma armónica durante el día. Siempre es bueno interactuar con otros y compartir ideas sobre el emprendimiento, recuerda que la sabiduría individual nunca será superior al conocimiento del equipo.

Otro aspecto importante con respecto a la organización del tiempo tiene que ver con discriminar cuáles tareas asumir por ti mismo y cuáles delegar o tercerizar con un proveedor experto.

Como regla general, deberías ocuparte de aquellas funciones que sean críticas o que formen parte del corazón de tu negocio, ya que es importante dominarlas para luego poder delegarlas y supervisarlas de forma efectiva.

Las funciones que se alejen del “core” o esencia de tu emprendimiento deberías asignarlas a un proveedor de confianza que garantice rapidez y calidad ya que de nada sirve que inviertas tiempo productivo y creativo en realizar una tarea que a fin de cuentas no agrega nada a tu oferta de valor.

Entiendo que al comienzo de tu emprendimiento cuentes con un presupuesto ajustado o inexistente que te impida contratar a un tercero pero también es clave comprender que si dedicas tu energía a actividades que dispersen tu atención y foco, corres el riesgo de descuidar lo verdaderamente importante. Toma tus decisiones en materia de gestión del tiempo de la forma más sabia posible solo así podrás encaminarte al logro de lo que quieres y mereces. 


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