Pasado, presente y futuro de una tecnología
En este artículo aprovecharé la charla que di en el Voice Summit Spain en la que expliqué como diferenciar hypes tecnológicos de tecnologías que están maduras y son útiles para la digitalización de las empresas.
Hype de tecnologías
Recuerdo, ya que fueron mis primeros pasos en el mundo de las charlas, el día que sonaron por primera vez los chatbots. Era el F8 congress de Facebook y Mark mostraba orgulloso un móvil con Messenger instalado.
Hablaba de las grandes ventajas que esta tecnología iba a dar a todo el mundo y lo anunciaba como pistoletazo de salida para que el mundo empezara a darse cuenta de la ciencia ficción y empezaba a ser una realidad.
No tardaron todos los medios que escribían de tecnologías y los gurús del emprendimiento en hacerse eco de sus palabras generando contenidos y dando métricas hasta el momento intangibles. Palabras como “océano azul de oportunidades”, “la revolución industrial 4.0” o “la revolución de las máquinas” empujaban una realidad que, sinceramente, estamos lejos de alcanzar.
Gracias a esto se generó una gran expectación y, tanto tecnólogos como empresas, empezaron a mostrarse interesados creando un mercado lleno de oportunidades ficticias y tecnologías que no están suficientemente maduras.
La realidad
Las empresas, queriendo probar si la tecnología cumple lo que promete, empiezan a implementar pequeños prototipos a costes muy altos que obviamente no dan el rendimiento que esperan ni cubren las expectativas que se han generado en el mercado.
Esto genera una especia de efecto rebote que hace disminuir la confianza en la tecnología y que da al consumidor una percepción de que la tecnología no es útil ni tiene una función de valor.
Durante este tiempo las comunidades de expertos han estado desarrollando soluciones entorno a la tecnología para poder cumplir las altas expectativas que se vendían. A partir de aquí la tecnología empieza a abrirse camino y los primeros casos de éxitos basados en cubrir necesidades empiezan a mostrarse al mercado.
En los siguientes años, poco a poco pero de manera gradual, la tecnología se va implantando en sectores que realmente demandan de sus propiedades y mostrándose en el día a día de las personas, pero, ¿qué ingredientes se necesita para que una tecnología realmente sea adoptada por el mercado?
La piedra angular de la adopción tecnológica
Para que una tecnología se adopte se debe cumplir un equilibrio entre los tres pilares del ecosistema tecnológico: desarrolladores, empresas y consumidores.
Estos tres sectores tienen que coordinar sus intereses y esfuerzos para que exista un mercado que dé las suficientes oportunidades que sea interesante para todos. La recurrencia de proyectos y un flujo económico que lo haga atractivo favorece la entrada de grandes inversiones inversores y desarrollo de nuevas tecnologías que enriquecen el ecosistema.
Analicemos las necesidades de cada sector de manera individual:
Empresas:
Las empresas necesitan tecnologías que tengan un buen rendimiento y optimicen procesos. Por lo general, es raro que algún alto directivo apueste por una tecnología de la cual todavía no haya casos de éxito implementados y que no le permita crear un caso de negocio entorno a ello con el que medir tiempo y retorno. En muchos casos, el hecho de que esto no existan, obliga a las empresas que desarrollan a bajar los precios y tener que regalar las primeras pruebas de concepto para demostrar el potencial que puede tener.
Desarrolladores:
Existen dos tipos de desarrolladores. Los que desarrollan tecnología, y plataformas para el resto de desarrolladores, y los que utilizan estas plataformas para crear producto o servicios para empresas. Todos ellos necesitan que la tecnología sea eficiente, que tenga una comunidad por detrás que la respalde y que el producto/servicio que entregan sea viable en costes.
En muchos casos el mayor problema reside en saber qué proveedor genera más confianza. Normalmente la duda suele derivar al uso de grandes empresas: Google, Microsoft, IBM, Amazon; o pequeñas empresas con frameworks más especializados permitiéndonos un producto más diferencial.
Consumidores:
Un último punto son los consumidores. Es su demanda de soluciones lo que permite a una tecnología implantarse en el mercado. Por mucho que una tecnología esté preparada si los consumidores no la adoptan en su día a día acabará quedando obsoleta. Cuando una nueva tecnología irrumpe en el mercado va siendo adoptadas por distintos perfiles que la utilizan en función de sus necesidades o por el mero hecho de la innovación. Estos grupos son denomidaos "early adopters". Prescribirán la tecnología y puede acelerar que el resto de pilares se activen, generando demanda de una comunidad que vea útil y efectiva los beneficios que esta tecnología les otorga.
Existe una pregunta que las mayorías de las startups se plantean: ¿podemos acelerar la adopción de una tecnología?
Futuro de la adopción de tecnologías
Observando el volumen de creación de tecnologías que se han generado a lo largo de la historia nos encontramos en un momento de crecimiento exponencial. Cada vez hay más profesionales orientados a la tecnología y el conocimiento se comparte de manera inmediata gracias a herramientas como internet.
Podría verse como un problema puesto que la tecnología con la que intentamos desarrollar presenta más competidores, pero nada más lejos de la realidad.
Combinar tecnologías para poder enriquecer nuestras soluciones mejorará potencialmente los resultados y dotaremos de un valor añadido al producto a los ojos de los consumidores que pueden adoptar la tecnología con mayor velocidad.
Existen soluciones muy potentes que se complementan unas a otras dotando de una gran valor al mercado y además todas ellas pueden venir facilitadas por el NLP que será la capa que nos permita comunicarnos con las máquinas.
¿Por qué no crear un asistente virtual sobre bases de blockchain que permita hacer trazabilidad de nuestras acciones?
¿Y si añadimos biometrías de voz para poder garantizar que las acciones que efectuamos a través de un asistente de voz están efectuadas por nosotros?
¿Qué tal desarrollar ontologías específicas para que los niños sean capaces de comunicarse con las máquinas y recibir información adaptada a su edad?
¿Y órdenes que a través de RPAs efectúen tareas automatizadas en equipos y máquinas?
¿Pero mejor aún y si tenemos la capacidad de personalizar módulos complejos de voz para mejorar el rendimiento de IoT en fábricas y empresas?
Como podéis ver todo ello son productos diferenciales que combinan nuevas tecnologías y enriquecen el resultado final, dándole un auténtico valor para usuarios y empresas que permitirán crear módulos de inteligencia y productos cada vez más complejos.
Estamos en un momento precioso en el que el futuro está a la vuelta de la esquina y tenemos la capacidad de crearlo nosotros.
¡Ánimo!