Pensar en grande o pensar chiquito…
Pensar en grande es un concepto que ha sido ampliamente discutido en el mundo del emprendimiento y el liderazgo.
Se refiere a la capacidad de visualizar metas ambiciosas y trabajar hacia su consecución, sin limitarse por miedos o dudas.
Sin embargo, el aspecto más interesante de esta idea es su relación con el fracaso.
La sociedad nos ha enseñado a temer al fracaso y a verlo como algo negativo. Sin embargo, la realidad es que el fracaso es parte fundamental del camino hacia el éxito.
Es a través de los errores y tropiezos que aprendemos, crecemos y nos fortalecemos.
“Pensar en grande implica estar dispuesto a asumir riesgos y a aceptar que el fracaso es una posibilidad.”
Por otro lado, pensar en chiquito y tener éxito puede parecer seguro, pero limita nuestras capacidades y nos impide alcanzar nuestro verdadero potencial. Es como conformarse con lo que se tiene, sin aspirar a más.
El verdadero crecimiento y desarrollo solo se logra al atreverse a salir de la zona de confort y enfrentar desafíos que nos permitan evolucionar.
Tener una mentalidad de grandeza requiere de valentía, confianza y determinación.
“Es saber que no importa cuántas veces fallemos, siempre estaremos un paso más cerca de nuestro objetivo.“
Es entender que el éxito no está en evitar el fracaso, sino en atreverse a arriesgarse y aprender de cada caída, revisar nuestras estrategias, corregir el rumbo y seguir adelante.
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Debemos recordar que el cómo lograr nuestro objetivo no siempre estará definido, pero al tener una visión clara y mantenernos firmes en nuestra determinación, las respuestas y soluciones irán apareciendo en el camino.
Por ello, es crucial pensar en grande, apostar por nuestros sueños y metas, sin temor al fracaso. Es tener la valentía de creer en lo que estamos haciendo, de perseverar con consistencia y disciplina, y de estar abiertos a aprender y crecer en el proceso.
“Succes is no final, failure is no fatal, it is the courage to continue that counts” – Winston Churchill
La historia de Billy Beane, el gerente general de Oakland Athletics, es un excelente ejemplo de alguien que pensó en grande, asumió riesgos y cambió el juego en el mundo del béisbol.
En ese momento, el equipo estaba enfrentando dificultades financieras y no contaba con los recursos económicos para competir a la par con equipos de mayor presupuesto. Ante esta situación, decidió adoptar un enfoque diferente para conformar su equipo. En lugar de seguir las estrategias tradicionales de reclutamiento de jugadores basadas en intuiciones subjetivas y estadísticas convencionales, se inclinó por un enfoque analítico y de datos.
Pensar en grande significaba cuestionar las prácticas establecidas y tomar decisiones audaces basadas en la información y el razonamiento lógico. A pesar de las críticas iniciales, Beane estaba convencido de que su enfoque tenía el potencial de revolucionar el juego de béisbol. Aprovechó tecnologías emergentes y estadísticas avanzadas para identificar a jugadores subvalorados que tenían un gran potencial, pero que no eran reconocidos por los métodos tradicionales de evaluación.
El enfoque innovador, conocido como Moneyball, demostró ser un éxito rotundo. Oakland Athletics, a pesar de sus limitaciones financieras, logró competir exitosamente contra equipos con presupuestos mucho mayores. El equipo alcanzó una racha impresionante de victorias y demostró que el análisis de datos y la adopción de nuevas estrategias podían cambiar la dinámica del juego.
Esta historia es un ejemplo de cómo pensar en grande, asumir riesgos y desafiar lo establecido puede conducir a resultados extraordinarios. Su valentía para desafiar las normas convencionales, combinada con su determinación para seguir adelante a pesar de las dudas y críticas, muestran cómo un líder emprendedor puede marcar la diferencia con una visión audaz y una mentalidad innovadora.
Coach Ejecutiva y Mentora. Senior Director de Estrategias Regulatorias. Aceleradora de lanzamientos - Environment shaper Change Maker
9 mesesPensar en grande amplifica. Pensar en chico acerca tu techo. Pensar en grande y recorrer el camino, tal vez sea pensar en grande y dividir en objetivos concretos. Y siempre para adelante.