Personalidad en el liderazgo y en el trabajo en equipo

Personalidad en el liderazgo y en el trabajo en equipo

A raíz de todo lo que he analizado en el ensayo anterior del liderazgo y de todas sus competencias, podemos conectar esas características con las de la personalidad.

Comenzando por definir en concreto que es y también uniendo lo que se necesita para poder crear un liderazgo consciente y razonar las distintas dimensiones que se necesitan tener afianzadas a la hora de trabajar en equipo.

En la pregunta formulada en el ensayo anterior: ¿Líder se nace o se hace? Dependiendo de cada opinión personal, se formula otro interrogante. Para poder liderar, ¿estamos abiertos a aprender para poder llevarlo a cabo de forma consciente?

Para concluir, realizare un planteo sobre la ética y los valores que se pueden poner en juego desde el lugar del líder y también desde la mirada de los integrantes de un equipo de trabajo.


Personalidad, creencias y valores.

En principio, la personalidad se puede definir como un conjunto de rasgos que definen y distinguen a las personas.

Partiendo de que cada persona es totalmente diferente sabemos que cada uno tiene distintos comportamientos, distintas creencias, valores y rasgos, que son únicos y que esos conforman nuestra personalidad.

A través de esas características y comportamientos podemos ir conociendo más a las personas y sentirnos identificados o no con ellas.

Con el correr del tiempo podemos ir conociendo en profundidad a nuestros líderes o compañeros y sentirnos parte de un equipo o estar conectados con nuestro líder, si compartimos las mismas creencias, los mismos valores o si vemos que actúan como nosotros en diferentes situaciones.

Sabemos que el liderazgo es situacional, que cambia y varía en determinadas situaciones. Un líder tiene que reconocer sus propios valores, creencias y su personalidad.

Para no solo conocerse, sino también para poder comulgar con el ejemplo, relacionarse con su equipo y a su vez vincularse con cada colaborador de forma personal, ya que cada persona tiene particularidades distintas y actuamos también de diferentes maneras trabajando de manera grupal e individual.

Es imprescindible que la persona que lidera, conozca a su equipo, se comunique, entienda sus puntos de vista, se ponga del otro lado y no esté cerrado al feedback y al aprendizaje. En consecuencia lo llevarían al fracaso, ya que el no compartir ideas, conversaciones y el desinterés llevan por mal camino cualquier relación, sea laboral o personal.

Por eso mismo es muy importante que en los equipos de trabajo haya heterogeneidad, que se puedan tener distintas ideas, diferentes puntos de vista y que no tengamos todos el mismo pensamiento, para así poder llegar a más allá del resultado y cumplir distintos desafíos.


Ética en el trabajo

La ética en la sociedad o en una organización, se puede definir como los comportamientos y las conductas de lo que se considera correcto o incorrecto.

Si bien hay normas que están determinadas como incorrectas hay otras que pueden ser variables y que para una persona pueden ser aceptables o correctas y para otras son inaceptables, incorrectas y no tienen punto de discusión.

 Aunque seamos todos distintos en un grupo de trabajo, de distintas edades, distintas creencias, religiones, razas etc. Esta la aceptación ante la diversidad, pero quizás consciente o inconscientemente buscamos concordar en los valores de nuestros líderes o pares, su ética y en como manejan las situaciones.

Estos aspectos son muy difíciles de cambiar, ya que los vamos adquiriendo a lo largo de nuestras vidas y es complicado poder dejar a un lado lo que creemos correcto o incorrecto. Al observar y conocer a las demás personas siempre tenemos en cuenta lo que haríamos, lo que no haríamos y si nos comportaríamos de esa manera.

A la hora de aceptarlo o de dar a conocer nuestra opinión sobre un determinado tema o acción, se pone en juego nuestra ética y el hecho de comunicarlo sea con nuestros compañeros o con nuestra autoridad puede causar conflicto a raíz de esas diferencias.

Para poder llegar a un liderazgo exitoso, se tiene que basar en la integridad, en la moral y en la ética. Lo principal para un líder es que sea honesto en todas sus formas y que pueda expresar confianza ante sus colaboradores, de esa manera el equipo también se va a sentir en un clima confiable generando respeto, creando un clima de trabajo favorable con compañerismo, apoyo y colaboración.


Para finalizar, lo que me gustaría expresar, es que cada uno de nosotros todos los días estamos aprendiendo. Nos formamos todos los días para ser mejores personas continuamente tratamos de adquirir más conocimientos, transformarnos y aprender de nuestros errores.

Es de suma importancia que si una persona está por tomar el lugar de un líder, tenga en cuenta que su crecimiento profesional y personal tiene que ir de la mano para poder tener un desarrollo exitoso. Tiene que estar abierto al aprendizaje, a la diversidad, y las distintas ideas que van surgiendo en las organizaciones y en los equipos de trabajo.

Como mencione anteriormente es muy difícil despojarse de los buenos valores que tenemos afianzados desde nuestra niñez y quizás en la práctica, al darnos cuenta que una autoridad o un compañero no está actuando con integridad, en lugar de juzgar, mirar hacia otro lado o permanecer en nuestro lugar de enojo, podamos comunicarlo y expresarlo de la mejor manera para ayudar a que el otro se vaya transformando.

La realidad es que si bien puede haber diferencias, por los distintos tipos de pensamientos, gustos o personalidades particulares es muy difícil estar en contacto en el ámbito laboral todos los días con personas que no podemos tener un buen dialogo a raíz de los distintos valores.

Mejorar la comunicación y aumentar el aprendizaje habitual con pequeños hábitos y comportamientos, pueden hacer la diferencia y contagiar los buenos valores a los demás. 

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