¿Podemos cambiar el comportamiento en nuestro equipo de trabajo?
Reflexiones sobre porque hacemos lo que hacemos
¿Ha notado que dos personas frente a una misma situación, toman posiciones y reacciones diferentes? ¿Por qué dos trabajadores, con similar edad, formación, experiencia, posición, entorno,… interpretan de forma distinta las situaciones que les afectan?
Las cosas que nos suceden, programadas o inesperadas, urgentes o postergables, consensuadas o impositivas, rutinarias o infrecuentes, …, todas ellas, de un modo u otro, son parte de nuestra vida diaria.
Consideremos, para la idea a exponer, que soy un supervisor en una unidad minera a más de 4000 metros, en pleno invierno, y que mi jefe de guardia me ordena reprogramar un disparo de explosivo a las 2am de esta noche, debido a que se está presentando un retraso en el avance del trabajo. Este es el suceso que nos afecta.
Las personas trasladamos de manera instantánea, estas cosas que nos suceden en pensamientos y ahí lo procesamos, de acuerdo, entre otras cosas por nuestras creencias, aquellas cosas que aceptamos fielmente como ciertas en base a nuestra experiencia.
Interviene también, nuestro estilo de personalidad. Así, si nuestro supervisor es un Visual, según la PNL (programación neurolingüística) o Dominante, según la evaluación DISC, pensara que esta es una excelente oportunidad para que su jefe note lo extraordinario que es haciendo disparos a las 2am, sobre los 4000 msnm y con temperaturas alrededor de cero. Así, el supervisor visual, vera en este suceso una oportunidad para que los demás se den cuenta lo genial que es, pues lo que el necesita es poder y éxito. Si en cambio, el supervisor es un Kinestésico o Influyente, pensara en convencer a su equipo para alinearlos con la tarea, llevándolos al logro desde la motivación, aun cuando no les guste mucho perder su cómoda cama y la calidez de su estufa. El necesita emoción, no el poder.
Adicionemos a este esquema, la situación física de la persona. ¿Estará igual de disponible si tiene una cena saludable, con pocas grasas, o si en cambio, tiene una cena indigesta, con muchas harinas, grasas y abundante gaseosa? Indudablemente no es igual.
Bajo este escenario, se disparan casi inmediatamente nuestros “pensamientos automáticos”, racionales o irracionales, específicos y aprendidos, que parecen mecanografiados: “no la hacemos”, “mi jefe me odia”, “¿Por qué a mí?”, “que mala suerte, porque no le toco a otro…”, “esta es mi oportunidad”,….
Ante este esquema de procesamiento interno, reproducimos respuestas externas y visibles por los demás.
Emociones, asociadas al pensamiento interno. En el supuesto de nuestro supervisor visual pueden ser emociones positivas como alegría, entusiasmo, inquietud, optimismo o ansiedad, frente a la increíble oportunidad que percibe en este suceso.
Conductas, que refuerzan el estado emocional. Nuestro supervisor visual posiblemente mostrara una gran disposición a realizar la tarea, comentara con sus compañeros de la gran oportunidad que tiene, o se preparara con tiempo para la tarea, procesos y equipos que requiere, motivando a su equipo a acompañarlo en el éxito de la tarea.
Comportamientos, que van desde nuestra parte no verbal y gestualidad, así como la verbal y vocal. Así nuestro supervisor visual puede presentar un rostro resplandeciente, mirada alta al frente, no al piso, músculos y corporalidad muy tonificada, voz clara y fuerte, con palabras en tono fuerte, con ritmo y entonación, y una expresión facial sonriente, ante la oportunidad de poder que “ve” en su futuro. Es decir, “está motivado”.
Así, si deseamos conseguir cambios en la emocionalidad, conducta y comportamientos en las personas que integran nuestro equipo de trabajo, tenemos tres líneas de acción posibles:
1. Desde la fisiología de sus colaboradores, mejorando y promoviendo hábitos saludables en su alimentación, así como fomentando programas de “pausas activas”, acordes a sus actividades y que además de proveer descanso, incrementen la productividad del equipo.
2. Potenciando creencias positivas desde una cultura organizacional, consistente y coherente con sus propósitos y valores.
3. Fomentando entre los responsables de sus equipos de trabajo, el desarrollo del liderazgo inspirador, que desde un proceso de conciencia y autoconocimiento de sus competencias y limitaciones, puedan desarrollar procesos de comunicación efectiva con sus colaboradores.
Que tengas un gran día.