Por qué los millennials son los mejores jefes.

No soy un millennial.

Pero trabajo y formo a muchos.

Reconozco que hubo un tiempo que no los entendía.

Es más. Les tenía hasta antipatía.

Pensaba, ¿Cómo se pueden atrever a pedir y hacer cosas que a mí a su edad nunca se me hubiesen ocurrido?

Como si las empresas y líderes nos tuviéramos que adaptar a ellos.

Los veía como el nuevo problema o reto del liderazgo.

Me irritaban sus expectativas y ansias de cambio y disfrute.

Ahora sé que solo estaba viendo una parte.

Es más. No entendía que era en verdad un miedo de toda una generación que se va haciendo mayor y es retada en su forma de pensar y actuar.

Mi cambio de mentalidad vino con la pandemia.

Eso que tanto criticaba y veía mal respecto al “ir saltando de trabajo en trabajo” acabé reconociendo como uno de los mayores valores ocultos de los millennials.

Y por eso en muchas organizaciones se están convirtiendo en los mejores jefes. Poco a poco, pero lo están haciendo.

Es por su actitud y su percepción de la vida respecto al CAMBIO.

Buscan el cambio continuamente y se aburren fácilmente si algo se ha vuelto en cotidiano, que no les aporta variedad y plenitud laboral.

Sí, de acuerdo. Les falta aún mucha experiencia, calma, paciencia, know how…

Pero vamos a ser también honestos. De esto hay de sobra en las empresas.

Si alguien me preguntara cómo defino a un millennial sería algo como…

Un millennial es un espíritu libre. Es alguien mucho más dispuesto a cambiar de trabajo sin aferrarse a convicciones, ideales o creencias (limitantes), teniendo mucho más coraje en probar cosas nuevas y no preocuparse en fracasar en el intento.

Y cuidado, no caigamos en el tópico de si son mejores o peores, de si están más o menos preparados… o de comparar una generación con otra. Esta no es la discusión.

Muchas empresas no son conscientes que es justo este tipo de espíritu lo que necesitan en sus organizaciones para cambiar rápidamente y ser más flexibles y competitivas.

El reto para los directivos y líderes de hoy está en saber cómo incorporar este recurso tan valioso en su organización para que la influya positivamente.

Porque, aunque nos cueste reconocerlo, lo que realmente hacen muy bien los millennials es que nos sacan a las generaciones más mayores de nuestras zonas de confort. Nos hacen parar y pensar de forma diferente.

Te retan sin ningún tipo de complejo lo del “siempre se ha hecho de esta forma”.

Porque al final te molesta esa inquietud en querer ver y hacer las cosas de forma diferente, ir más rápido y sobre todo luchar por su propia opinión.

¿Esto no crea tensión en el trabajo?

Pues claro que sí.

Pero quizá sea necesaria.

Es el “shake” o la llamada de atención que tanto necesitan algunas organizaciones para despertar.

Porque seguro que los millennials traen muchos aspectos positivos de los que ni te das cuenta.

Por eso te planteo estas 3 claves o mejor dicho 3 realidades que debes considerar en tu liderazgo (y convivencia) con millennials:

1. No te canses de hablar sobre el propósito.

En verdad nadie trabaja sin tener un propósito claro. Bien pues para millennials esto es lo más importante. El propósito de una empresa, proyecto, marca o de su jefe se ha convertido en lo esencial.

Buscan entender el por qué de las cosas que tienen que conseguir y hacer.

Ni se te ocurra decirles que las cosas se hacen así porque lo dices tú o porque siempre se han hecho de la misma forma.

Como empleados, millennials buscan innovación y plenitud en el propósito al que se unan. Quieren preocuparse por los demás y llegar a poder dar la mejor versión de sí mismos.

Esto viene de su hambre por la búsqueda de encontrar sentido a las cosas que hacen y de ser consecuentes con sus convicciones.

Pero todo esto en verdad ya lo sabes o lo has leído en alguna parte.

Lo que no se te ha dicho es que se tiene que mencionar, vivir, hacerlo visible CONSTANTEMENTE hasta que se vuelva en algo cotidiano.

Por eso no basta el decirlo de vez en cuando.

Repite en tu feedback el POR QUÉ y el PARA QUÉ de las cosas, hazles saber el POR QUÉ crees que están en la organización y dónde aportan valor.  Hazles entender a quién se sirve, quienes son los clientes finales, cuál es la aportación final.

Pero, ¿No es esto un esfuerzo extra? Pues sí, pero es necesario y tiene un retorno enorme.

Este recordatorio no sólo sirve para los millenials sino para ti y el resto de las generaciones también.

2. No infravalores o menosprecies a millennials porque crean que pueden cambiar el mundo y hacer las cosas mejor que tú  

Seguro que eres exigente con todo y siempre piensas que hay maneras de hacer las cosas mejor.

Lo que no te gusta es que te lo digan.

Y menos que te lo diga una generación tan joven que acaba de terminar su carrera hace solo algunos años y no se lo ha “currado” tanto como tú.

Pues millennials no tienen complejos en decirte las cosas. Les cuesta estar quietos y piden poder hacer algo trascendental.

En verdad hacen lo mismo que haces tú. Solo que lo hacen a su ritmo, sin estar condicionados y con otras formas.

Esto se puede llegar a percibir como una presión, una competencia y en algún momento hasta como una molestia.

Pero es entonces cuando debes calmarte, coger distancia y ver lo que realmente está pasando.

Es cuando puedes decidir no dejarte llevar por tus impulsos y reaccionar de forma distinta como líder: Tienes que ganártelos y guiarlos.

Porque necesitan guía, aunque no lo vean.

Ayúdales a entender que tienen aún un periodo necesario de maduración por delante y que antes de nada tienen que encontrar su sitio en la organización y en la cultura de la empresa.

Permíteles como líder que piensan en grande, que ambicionen logros y cambios fuera de lo común, pero hazles saber que te tienen siempre como piloto o co-piloto en este camino.

Se un catalizador y un mentor en animarlos y guiarlos a pensar.

3. No temas el hambre de los millennials

Un rasgo de millennials que me fascina es su habilidad de aprender.

Alabamos mucho su capacidad de adaptarse, ser flexibles, etc. pero los que los convierte en muy buenos candidatos para ser jefes es su HAMBRE por conocimiento y experiencias nuevas.

Cuando trabajas y formas a millennials te das cuenta de que tienen una abertura de mente a ideas alternativas y disruptivas como nadie.

Está en su ADN el expandir su zona de confort.

Pero esto a su vez te plantea un reto.

En el momento que vean que no pueden aprender más de ti se irán.

Esto se ha vuelto en una auténtica preocupación para muchos que algunos tratan de resolver con la mejor sala de chill out o mesa de billar.

No lo veas solo como una amenaza.

Entiéndelo como lo que es: Una inspiración para ti en crecer y CAMBIAR, en ser crítico contigo mismo, tratar de crear el mejor proyecto, enfocarse en lo importante, etc.

Haz un cambio de enfoque: En vez de pretender retener trata de ayudar a que se vaya el talento. Sí, no me he vuelto loco. Ayuda a que se forme contigo y a que encuentre otros proyectos a los que ir.

El efecto será distinto al que te esperas. Porque al final atraerás más y mejor talento del que te piensas.

¿Cómo lo ves tú?

Gracias por leerme.

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