PRÁCTICAS PRE PROFESIONALES O LA FORMACIÓN DE NUESTROS PRÓXIMOS COMPAÑEROS, COLABORADORES Y LÍDERES
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#liderazgo
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Los equipos a mi cargo casi siempre eran homogéneos en la especialidad, el nivel profesional, cultural...
Si hay alguien que se diferenciaba del perfil, era el practicante asignado a mi área, por cuanto, siendo generalmente los más jóvenes, no tenían la visión y pericia profesional de alguien formado y con experiencia.
Claro está, no debían tener estas cualidades… aún.
Siempre he considerado que las prácticas pre profesionales tienen un objetivo tan alturado como el que tienen las universidades o centros superiores de estudios de donde provienen los practicantes. Por ello, creo que la decisión de las Empresas o Instituciones para incorporar practicantes en la organización, contrae gran responsabilidad y valor.
Sin embargo su ejercicio se desvirtúa frecuentemente. Es posible ver y con facilidad, los siguientes escenarios en los que al practicante:
- Se les considera como fuerza laboral adicional, por lo que se les demanda y asigna responsabilidades al igual que a los colaboradores de planilla.
- O bien, son invisibles, salvo a la hora de organizar reuniones de camaradería, preparar café o sacar fotocopias.
- Y en adición, no se cumplen con las disposiciones laborales que norman las prácticas pre profesionales.
A propósito de esto último, en el Perú las prácticas están reguladas por la Ley N° 28518. Ésta, norma la jornada diaria, la subvención, la asignación adicional, el descanso físico, tributación, la seguridad del practicante y el plazo de contratación.
Bien desde el punto de vista legal. Siempre es conveniente tener un marco legal aunque solo sirva – y no siempre – solo en el sector formal.
Veamos ahora el rol de algunos de los principales actores:
ROL DE LAS EMPRESAS O INSTITUCIONES
Con las prácticas, las empresas (entidades privadas) e instituciones (entidades públicas) invierten en la enseñanza de los futuros colaboradores y evitan así generarse gastos futuros (o pérdidas) por la contratación de recursos profesionales incompletamente formados o mal formados en definitiva.
El lazo que une la teoría con la práctica, se da en el binomio centro de formación – empresa/institución. Una enseña la teoría, la otra la práctica. Una le muestra los libros, la otra le muestra la forma en que se aplica lo que en ellos está escrito.
Pero aquí también existe la ausencia de un puente entre ambos. Los centros de estudios demandan que el estudiante cumpla con un número mínimo de prácticas, pero con frecuencia i) no le proporcionan las facilidades para encontrar oportunidades válidas y productivas, ii) no seleccionan, califican y reconocen a las empresas o instituciones que brinden prácticas acertadas y iii) no hacen seguimiento a la prácticas del estudiante.
Entonces, las prácticas – en el peor de los casos – no pasan de ser una constancia extendida solo para cumplir con un requisito.
Ayudaría mucho el reforzamiento de esta relación. Después de todo, los centros de formación buscarán formar profesionales íntegros, y las empresas o instituciones demandarán luego, a los mejores formados.
ROL DE LOS LÍDERES
En otro plano más llano, quien recibe la tarea diaria de la formación complementaria de un practicante, es el Jefe del área designada. Él (o ella) es quien se hace cargo de la buena, mala o inexistente enseñanza complementaria que debe recibir el practicante.
Visto así, la responsabilidad que recibe el Jefe, es comparable con la de los catedráticos del practicante. Por lo mismo, el Jefe debe ser Líder comprobado, positivo, natural (no solo funcional), pues es el que “marcará huella” en la visión primera que el practicante recibe.
Quien no recuerda a esos buenos catedráticos de nuestros primeros años de formación académica?. Así recordamos a nuestros primeros Jefes, a quienes hasta ahora – en mi caso, por ejemplo – seguimos admirándolos y recordando lo que nos enseñaron.
En esa línea, si se desea ejercer un liderazgo efectivo con los practicantes, pueden ser útiles las siguientes recomendaciones que ahora comparto:
- Debe fijárseles rutas de aprendizaje, en lo posible por todas las áreas afines a su especialidad.
- Hacerles inducción inicial para que conozcan la organización, sus objetivos, misión, visión.
- Hacerlos sentir que son parte del equipo.
- No asignarles tareas de responsabilidad que corresponden al personal de planilla. No son reemplazos, ni fuerza laboral adicional.
- No darles asignaciones que no son de su especialidad y nivel formativo.
- Explicarles el porqué de las cosas, procedimientos, metas.
- Llevarlos a las reuniones de trabajo y visitas de supervisión.
- Mantener diálogo abierto permanentemente y feed back constante.
- Conversar con ellos al nivel profesional que corresponde. Tratando sobre la teoría que sustenta la práctica.
- Responsabilizarlos de elaborar sus propios informes para ir viendo sus avances. Fijar fechas de entrega y sobre todo, ser severos en la revisión y calificación.
Recordemos finalmente que el practicante de hoy, será en un futuro próximo, nuestro compañero de trabajo, colaborador y tal vez nuestro líder. Conviene entonces asumir bien la responsabilidad que demanda y hacer un buen trabajo.