Programas de Garantías Estatales en Chile, ¿suficiente para apoyar el plan de protección del empleo y la actividad económica en tiempos del Covid-19?

Programas de Garantías Estatales en Chile, ¿suficiente para apoyar el plan de protección del empleo y la actividad económica en tiempos del Covid-19?

Para poner el contexto, explicaré resumidamente qué son y para qué sirven las garantías estatales: Las Garantías Estatales son un colateral que pone el Estado, a través de Programas de CORFO y FOGAPE, respaldadas por fondos estatales que administran dichas instituciones, para que las empresas puedan suscribir facilidades crediticias en un banco o institución financiera, que de otra forma no tendrían acceso. Además sirven, para que dichas empresas opten a mejores condiciones de tasa, plazo y estructura de pagos. Las empresas que usualmente acceden a estas garantías, son microempresas, pequeñas, y en casos como los actuales, se disponen para medianas y grandes. Los garantes -CORFO y FOGAPE - piden en general un comisión como un % del crédito, pero en casos de programas destinados a catástrofes generalmente esa comisión es cero.

Dichas garantías garantizan al banco o institución financiera el pago, de un cierto % del crédito, en caso que el deudor directo caiga en incumplimiento. Qué porcentaje, dependerá del nivel de ventas de la empresa, del plazo del crédito, y del monto (hay tramos para cada caso, que genera una matriz con las posibilidades y porcentajes de cobertura). Ese % de cobertura hace que el banco deba hacer menos provisiones de crédito, siempre y cuando la garantía esté eficaz.

Para que la garantía sea eficaz (cobrable), deben cumplirse una serie de condiciones, que se van dando en distintos momentos de la vida del crédito, y que supeditan dicho pago. El no cumplimiento de dichas condiciones, lleva a que los Garantes no paguen al banco los créditos siniestrados con la consiguiente pérdida. Ello hace que muchas veces los bancos pidan garantías personales o reales adicionales a la garantía estatal, lo que ralentiza el proceso de otorgamiento, y curiosamente complica además el posterior cobro de la garantía.

Pero dejando todo ese detalle de lado, el primer requisito que un deudor necesita para optar a estas garantías es TENER CAPACIDAD DE PAGO, la que justamente hoy está reducida, nula y/o ya venía a la baja después del estallido social.

Dado lo anterior si se trata de un nuevo crédito, con garantía estatal, debe contar con documentación, o análisis financiero, que respalde la real capacidad de pago del deudor, la que debe guardarse en la carpeta física o digital del cliente, para ser presentada en caso que en el futuro la operación se deba presentar a cobro. No nos olvidemos la informalidad en los segmentos de micro y pequeñas empresas.

Si se trata de un crédito que requiere ser refinanciado, y ya contaba con alguna garantía estatal, la cosa es más sencilla, siempre y cuando no se cometa ningún error en el proceso, y la garantía se haya mantenido eficaz desde el origen, y se haya pagado en su minuto la comisión correspondiente.

Si se trata de un crédito sin garantía estatal, que requiere ser refinanciado o reprogramado, sólo es posible hacerlo a través de CORFO, con su programa FOGAIN, siempre y cuando demuestre la capacidad de pago requerida. FOGAPE no permite refinanciamiento de créditos que no nacieron con la garantía, y por cierto en el origen también exige demostrar capacidad de pago.

Es complicada la situación, pues cada banco verá que tanto puede flexibilizar su política de riesgos para actuar de forma rápida, pero siempre que ello no implique una merma en su patrimonio. La pregunta es, ¿son los garantes entonces – CORFO y FOGAPE – los llamados a simplificar dichos instrumentos, de modo de facilitar la tarea a los bancos, asegurando el pago de la garantía y flexibilizando las condiciones de no pago? ¿Habría que partir por no exigir capacidad de pago, en una época en que la empresa no tiene flujos de ingresos y probablemente va a pérdida? ¿es eso aceptable? ¿Tendrán los bancos la capacidad – en tiempo y forma - de modelar una capacidad de pago proyectada, acorde a la estructura del crédito que el cliente requiere, para mostrar al garante que si tiene capacidad de pago en X plazo? ¿Aceptará el garante un modelo como respaldo?

No es fácil, responder estas preguntas, ya que también es deber de los garantes cuidar que los fondos estatales de que disponen para respaldar las garantías que entregan, no se esfumen, para poder seguir dando más garantías solventes en el tiempo. Las Mipymes las necesitan para mejorar su acceso al crédito bancario.

Todo esto me recuerda la charla TED de Bill Gates de hace 5 años, quien decía que el mundo debía estar preparado para una futura pandemia. Chile tiene catástrofes que afectan a nuestras Pymes, bastante seguido, y cada vez pasa lo mismo. No deberíamos trabajar desde ya para que en la próxima catástrofe este producto – Garantías Estatales - sea uno digital, que tenga acceso a las fuentes de información de ventas y financiera de las Pymes, y que cada empresario pueda enviar ya evaluado y aprobado al banco su garantía?

Les dejo la reflexión. No nos olvidemos que de nuestras PYMES depende del orden del 60% a 70% del empleo en Chile, aún cuando su aporte al PIB es sólo de un 20%.


Juan Pablo Barrios zegers

Médico Cirujano Anestesiólogo

4 años

Super clara la informacion, de fácil comprensión a pesar de lo complejo del tema

Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Más artículos de CAROLINA DEZEREGA

Otros usuarios han visto

Ver temas