¿Qué es un reloj de arena a la sombra?

Muchas personas, hoy, nos sentimos sobrepasadas por el cambio que nos ha tocado vivir, hasta el punto de cuestionarnos cómo sobrevivir en el new normal o cómo vamos a liderar nuestros equipos ahora que todo el contexto ha cambiado.

Hasta ahora,  habíamos oído hablar de conservar el talento para el éxito, la cuestión no es conservar el talento, sino, qué talento es necesario y cómo desarrollarlo en esta nueva situación.  Hoy, cuando no podemos imaginar nuestro futuro, cuando hemos tenido que cambiar o adaptar la visión de nuestras organizaciones en el primer trimestre del año y hemos tenido que tomar decisiones durísimas. La transformación que el contexto nos ha pedido no es sólo adelantarnos al mercado; sino dar un paso más allá y crear ese futuro, crear las reglas de juego y salir al campo a ganar antes que nuestros competidores.

Traer ese nuevo futuro, esas nuevas reglas de juego al día a día de la organización requiere de unos equipos con talentos definidos, desarrollados y complementarios. Está claro que el valor diferenciador a nuestros clientes lo tenemos en las personas que forman nuestra organización.

La transformación requiere de un cambio de procesos, nuevas tecnologías, nueva estrategia, nueva metodología de liderazgo, nuevos valores, nuevas competencias, y un largo etc… que debemos conjugar; pero sólo se logra una verdadera transformación si somos conscientes del valor añadido de las personas. Si hacemos conscientes a las personas que la cultura organizacional son ellas.

Es importante que reflexionemos cómo combinamos, desarrollamos y ayudamos a que florezcan nuevos talentos dentro de nuestros equipos en un proceso de transformación, pero antes necesitamos respuestas a ciertas preguntas:

·        ¿Qué talentos necesitamos en la organización?

·        ¿Qué personas de la organización lo tienen? ¿Quiénes lo pueden desarrollar?

·        ¿Cómo se complementan estas personas?

·        ¿Cómo motivamos e involucramos a los equipos con la nueva visión?

·        ¿Cómo mantenemos el compromiso sin tener claro el futuro al que nos enfrentamos?

·        ¿Qué nos ha traído hasta aquí y ya no nos vale?

Hemos pensado mucho estos días sobre qué talentos vamos a necesitar los líderes para saber qué hacer cuando nadie sabe qué hacer. Hoy en día para mí, el talento es el dinamismo. Dinamismo para adaptarnos rápidamente al nuevo contexto y conseguir salir del liderazgo egocéntrico, inflexible y reactivo hacia un liderazgo dinámico, creativo que favorezca y cree un ecosistema sostenible en las organizaciones.

Adelantarnos con una visión dinámica sobre nosotros mismos teniendo en cuenta a las personas que nos rodean como punto de partida para fomentar estas actitudes:

Desarrollar una autoconsciencia dinámica

• Ser flexibles con la visión de nosotros mismos como líderes, con nuestras prioridades para dar más apoyo a nuestros equipos, nuestros compañeros y nuestra organización

Optimismo activo

• Movilizar a nuestro equipo para avanzar, motivando a las personas, apoyándola. Desarrollar nuestro autocontrol para controlar las acciones impulsivas sin tener en cuento el ecosistema

Empatía compasiva

• Entender la situación y las emociones de los demás queriendo ayudar y apoyar durante el proceso

Responsabilidad / Coraje

• Tomar decisiones difíciles en escenarios desconocidos buscando un bien común

En lo que éramos buenos, ayer, hoy ya no es diferenciador y necesitamos tener la capacidad de adaptarnos de forma dinámica a las nuevas realidades que cada día se nos presentan. Abrir la mente para afrontar el futuro de manera optimista y con acciones concretas.

(Si quieres saber más sobre el liderazgo dinámico no dudes en ponerte en contacto conmigo gabriela.verardo@millerheimangroup.es)