¿Qué hay dentro de la caja? Desmontando el mito de "pensar fuera"

"Piensa fuera de la caja". Es una de esas frases que escuchas hasta el cansancio en conferencias, reuniones y seminarios de liderazgo. Pero, ¿qué demonios significa realmente? Y más importante aún, ¿qué hay dentro de la caja que tanto tememos?

Vamos a ser honestos, (no digo que ocurra siempre), pero en la gran mayoría de ocasiones el consejo de "pensar fuera de la caja" se ha vuelto un mantra vacío. Es como decirle a alguien que "respire" cuando se está asfixiando: útil en teoría, pero inútil en la práctica. La frase se ha convertido en un sustituto de la verdadera innovación, una excusa para evitar profundizar en lo que realmente está limitando a las organizaciones.

Mi punto de vista, y lo que quiero poner en valor hoy, con esta publicación, es que antes de correr hacia el exterior en busca de soluciones mágicas, necesitamos entender qué estamos dejando atrás. Aquí dejo algunas cosas que podríamos estar ignorando dentro de la caja:

• Procesos eficientes: Dentro de la caja, hay procedimientos que, aunque puedan parecer rígidos, garantizan consistencia y calidad. Antes de desecharlos en nombre de la innovación, pregúntate si realmente necesitan ser reinventados o simplemente optimizados.
• Cultura organizacional: La cultura no es algo que simplemente sale de la nada; es el resultado de años de práctica y comportamiento. Ignorarla puede llevar a fracasos en la implementación de nuevas ideas. (Recordemos que la cultura, se come a la estrategia).
• Recursos internos: Muchas veces, las mejores ideas están justo delante de nosotros, pero están atrapadas en sistemas internos que no las permiten brillar. Revisa si estás aprovechando al máximo lo que ya tienes antes de buscar fuera.
• Conocimiento implícito: Los empleados de larga duración en la compañía, poseen un conocimiento valioso que no siempre se refleja en las métricas. Valorar y aprovechar este conocimiento puede ser una fuente inagotable de innovación real.

La innovación no es solo una cuestión de buscar algo nuevo, sino de mejorar y reinventar lo que ya existe. Dejo aquí algunas maneras de hacerlo sin salir corriendo hacia lo desconocido:

• Fomenta la curiosidad interna: En lugar de imponer ideas externas, anima a tu equipo a cuestionarse y mejorar los procesos actuales. La innovación puede surgir desde dentro cuando se da espacio para que las ideas fluyan.
• Optimiza, no solo revoluciones: A veces, pequeñas mejoras en los procesos existentes pueden tener un impacto mayor que una gran revolución que falla por falta de comprensión del contexto interno.
• Integra la cultura en la innovación: Asegúrate de que cualquier nueva iniciativa resuene con la cultura de tu organización. La alineación cultural es clave para la implementación exitosa de nuevas ideas.
• Utiliza el conocimiento implícito; valora y documenta el conocimiento: Convertir este conocimiento en prácticas formales puede desbloquear un nivel de innovación que simplemente "pensar fuera" no puede alcanzar.

En lugar de ver "la caja" como una limitación, redefinamos qué es la caja. Veámosla como un contenedor de potenciales no explotados, de estructuras que sostienen y facilitan la verdadera innovación. Aquí está el truco: no se trata de salir de la caja, sino de rediseñarla para que sea un trampolín hacia adelante, no un obstáculo hacia arriba.

Como director general, he visto cómo el impulso por "pensar fuera de la caja" puede desviar la atención de lo que realmente importa: entender y optimizar nuestro entorno actual. La verdadera solidez empresarial no proviene de ignorar la caja, sino de conocerla a fondo y utilizar sus límites como puntos de partida para la innovación.

La próxima vez que alguien te diga que necesitas "pensar fuera de la caja", pregúntate: ¿Qué hay dentro de la caja que puedo reinventar primero? La verdadera innovación surge cuando combinamos lo mejor de lo interno con lo externo, creando una sinergia que impulsa a la organización hacia adelante sin perder su esencia.