¿Qué vas ganar si esta vez te adelantas con buenos hábitos?

Estamos viviendo un momento en el cual el cambio se nos ha impuesto. Actualmente nos estamos lavando las manos con frecuencia -algo que por años los médicos recomendaban-, evitamos compartir vasos y pasamos horas conectados a videoconferencias, ya sea estudiando o trabajando.

Hemos podido cambiar hábitos en poco tiempo y mantenerlos. Todos lo estamoms haciendo, desde las personas más determinadas o con estilos de vida muy saludables, hasta los menos atentos a la salud.

Hoy no nos preguntamos si se requieren o no los famosos 21 días para considerar que hemos incorporado una nueva rutina. Simplemente lo hacemos.

A fines de la década del ´50, Hochbaum, Kegels, Rosenstock y posteriormente Becker desarrollaban el Modelo de Creencias en Salud, como un método sistemático para explicar y predecir las conductas de salud preventivas.

Según el mismo, el que una persona siga o no las recomendaciones preventivas depende de sus percepciones acerca de:

·       La susceptibilidad personal o riesgo de contraer una enfermedad.

·       La gravedad probable (clínica y social) de la enfermedad o sentimientos relacionados con la seriedad de contraerla.

Estos factores combinados constituyen la amenaza percibida. Luego entran en juego también las percepciones sobre:

·       Los beneficios de cambiar la conducta o iniciarla, es decir la creencia relacionada con su eficacia para reducir la amenaza.

·       Las barreras o impedimentos percibidos para adoptar la conducta recomendada.

·       Los estímulos para la acción.

·       Y en especial, la autoeficacia o creencia de posibilidades de éxito al adoptar la nueva conducta.

Resulta sencillo ejemplificar el modelo con estos factores movilizando nuestras conductas, a raíz de la pandemia de COVID-19.

Estamos ante un experimento forzado. Estos sucesos suelen tener beneficios no imaginados y llevar a mantener conductas adoptadas con su surgimiento. Si las personas se acostumbran a lavarse las manos con más regularidad en el futuro, esto podría salvar muchas vidas de la gripe durante muchos años en el futuro.

Los economistas del comportamiento estudian estos beneficios y se preguntan: ¿Hay cosas que deberíamos haber estado haciendo antes que, si nos vemos obligados a intentarlo ahora, marcarán una diferencia realmente grande en cómo trabajamos, vivimos y enseñamos?

Y yo los invito a preguntarnos ¿Qué ganamos si nos adelantamos con buenos hábitos? ¿Cuáles de los nuevos hábitos desearemos mantener en el mundo post-coronavirus?