QUE HACEMOS CUANDO UN SOCIO DESEA ABANDONAR LA SOCIEDAD

Los desacuerdos personales o sobre el rumbo que debe tomar una empresa suelen ser el motivo principal por el que los socios rompen su relación. Cuando se produce la salida del negocio de uno de ellos y el resto debe asumir el control, puede darse una sensación de vértigo, pero esta situación no tiene por qué suponer el final de la compañía.

¿Es razonable que un conflicto entre los socios se resuelva a través de la disolución de la sociedad? Parece que no. Si la empresa es viable, interesará no solo al resto de los socios, sino también a los terceros integrantes de los grupos de interés vinculados o relacionados con ella: empleados, clientes, proveedores y el mercado en general.

Todos hemos escuchado más de una vez historias de socios que acaban a la gresca e incluso en los juzgados y lo más triste es, que una buena parte del conflicto podría haberse evitado si se hubieran establecido unos buenos acuerdos cuando la relación era buena.

Esto es algo en lo que casi nadie se para a pensar porque al principio todo es ilusión y buen rollo e incluso aunque sientes que compartes la visión, misión y valores, las personas evolucionamos de manera diferente. Emprender un negocio es una carrera de fondo plagada de incertidumbre y lo que hoy pensabas que era de una manera, en la práctica puede ser de otra y cambiar totalmente tus prioridades y valores. Por lo tanto, establecer un procedimiento para tener en cuenta, en caso de abandono de uno de los socios, cómo hacerlo para que haya los menores perjuicios posibles es fundamental. Se trata de caminar unidos, pero jamás atados.

La respuesta a esta cuestión no siempre está en el mundo del derecho de sociedades y mucho menos en los estatutos sociales, cuya función de ajustar la regulación de la sociedad a la conveniencia de los socios, desgraciadamente, se ha visto muy limitada por la calificación registral en base a “principios”. Quizás sea ello una de las causas de proliferación de los pactos entre socios fuera de los estatutos.

Pero es fundamental que todos los miembros estén conformes en cómo se va a realizar la separación. Por eso, en las ocasiones en las que no se ha realizado un pacto de socios y no se consigue llegar a un acuerdo, es recomendable acudir a un mediador profesional.

Los mediadores profesionales que venimos del mundo de la empresa, aportamos el valor añadido de nuestra experiencia en los temas societarios, sabemos de que se habla y podemos facilitar opciones no condicionantes, que ayuden a encontrar solución a los desacuerdos. 

En el caso de la salida de un socio, en la valoración de su participación intervienen no solo aspectos técnicos, que mejor o peor se pueden resolver mediante una tasación, sino muy al contrario, si hablamos de sociedades en que ha habido una implicación personal importante por parte de los socios, las contribuciones profesionales que se han realizado a lo largo de la vida societaria difíciles de cuantificar como, “estos contactos son míos”, “ese desarrollo lo hice yo”, “he estado totalmente entregado a la empresa”, “esa idea es mía”, se sienten como una aportación a la sociedad que se tienen que tener en cuenta.

Tenemos la experiencia de que la valoración de estos aspectos ha sido la pieza fundamental que nos ha permitido desbloquear situaciones de desacuerdo sobre una valoración técnica.

En todo caso, cuando hay problemas entre los socios y no se cuenta con un Pacto de Socios previo, nos encontraremos con un proceso complicado y laborioso, pero siempre será preferible la ayuda de un mediador profesional para pactar un arreglo amistoso entre las partes, que meterse en procedimientos judiciales caros y lentos que pueden poner en peligro al final, la supervivencia de la empresa.

Jorge Miralles Andress

Mediador empresarial

Socio en Acordia Mediación

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