¿Quién mató al PR?
El PR ha muerto. El medio no es el mensaje. Así, en dos frases, Adolfo Corujo termina con la base de la comunicación de grandes corporaciones que, equivocadamente, solo invierten en notas de prensa porque siguen pensando que ellas y sus colegas, los grandes medios, cuentan con la misma autoridad que en un pasado glorioso. Pues bien, el primer foro de Tendencias de Comunicación de Merca2.0 y LLYC ha dejado una cosa clara: el PR ha muerto.
No sigan leyendo si lo que buscan es el nombre y apellido del asesino del PR en estas letras, porque se encontrarán como en Fuenteovejuna, ante el asombro de que todos ellos son «culpables»: La crisis del principio de autoridad, la mala costumbre de quedarse en el storytelling y la ausencia del diálogo.
- La crisis del principio de autoridad. Como apunta Alberto Herrera, Director General de change.org México, las personas hemos ganado como individuos un poder que era impensable hace algunos años. Hoy en día, y cito textualmente, «el valor de los mensajes se construye fundamentalmente de forma reticular: hago caso a los mensajes porque la red en la que yo me muevo los valida». Las diversas crisis que hemos sorteado han puesto en jaque mate la credibilidad de instituciones históricamente confiables.
- La mala costumbre de quedarse en el storytelling . Adolfo Corujo tiene por costumbre dejar frases tan contundentes como reales grabadas en la mente de los que tenemos el privilegio de escucharle: «Las personas somos el medio y somos el mensaje». La corriente de individualismo y la tecnología (que no sé si se retroalimentan o es una la que alimenta a la otra) nos empoderan. Tenemos un poder y una influencia hasta ahora inimaginables por las grandes corporaciones. Y por eso, ya no nos sirven las promesas. No nos sirven la misión, visión y valores si no están refrendados con hechos. No nos sirve el storytelling. Las empresas tienen que migrar al storydoing si quieren ganarse nuestra confianza.
- La ausencia de diálogo. La comunicación ha pasado de ser unidireccional a multidireccional: todos tenemos voz. Y es un error no escuchar esas voces, ignorarlas. En palabras de Herrera al hablar de los comunicadores, «más que grandes artífices, debemos encontrar personas que sepan entender el diálogo social». Hablando se entiende la gente. Hoy en día, lo que funciona como institución es «poder decir me equivoqué, estoy aprendiendo, quiero volver a intentarlo», explicaba Herrera. La necesidad de responder a los interlocutores (que han dejado de ser audiencias pasivas) es imperiosa.
La comunicación es un campo en disputa que se ha democratizado. Las empresas deben ser conscientes de su nuevo estatus en la sociedad, deben hacer para convencer y deben escuchar para ser escuchadas.
Mónica Iturriaga
escribes increíble!