Quienes son los nuevos "machos"
Dice la Real Academia Española que hombre es el varón que tiene las cualidades consideradas masculinas por excelencia. ¡Ese sí que es un hombre![1] ¿Y cuáles serían esas cualidades? Desde una visión tradicional y patriarcal, podríamos hablar del hombre fuerte, protector, proveedor lo cual va en contravía de la igualdad de género y afianza la violencia que trae consigo el machismo y la superioridad.
Si se trata de exaltar las cualidades, cada vez se suman más y más voces para proclamar el concepto de nuevas masculinidades alusivo al hecho de desaprender los roles de género adquiridos desde siempre y repensar la forma tradicional de ser hombre desde la mirada de la corresponsabilidad, el consenso y la empatía.
Los rasgos de la identidad masculina nociva, asociada a un modelo impuesto con valores como la represión de los sentimientos, la competitividad continua, el control y la dominación se traducen en actitudes y prácticas violentas, despectivas e irónicas, abusos y discriminación. A juzgar por las cifras de ONU-Mujeres, este patrón sigue prevaleciendo.
No obstante, el progreso hacia la igualdad de género avanza con múltiples iniciativas de liderazgo y participación política, empoderamiento económico, fin de la violencia contra las mujeres, entre otros muchos ejemplos, además de reformas jurídicas donde el hombre y la mujer comparten roles en diversas facetas.
Dentro y fuera de las organizaciones
Los cierto es que construir relaciones más sanas e igualitarias es un imperativo en un mundo donde las mujeres trabajan, se comparten diferentes roles en lo familiar y laboral. Este enfoque implica también que las mujeres deben apoyar esa perspectiva más equilibrada de la masculinidad y no pretender asumir todas las responsabilidades cotidianas. Supone en la práctica:
- Que la empresa contemple permisos para que los padres puedan hacer ciertas actividades con sus hijos.
-Que los líderes permitan que hombres o mujeres puedan llevar los hijos a la cita con el pediatra.
-Licencias de maternidad y de paternidad.
-Permitir horarios flexibles a padres y madres por igual.
-Ampliar el conocimiento del tema a través de podcast u otras plataformas masivas.
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-Educar desde la infancia y dar ejemplo desde la disciplina positiva.
-Evitar la diferenciación en las tareas del hogar.
-Procurar el equilibrio familia-trabajo…
La lista puede ser exponencialmente más larga si nos hacemos eco de este modelo que invita a privilegiar a hombres más igualitarios y colaboradores, padres presentes y afectivos, corresponsables del hogar y la familia. El anhelo es que la mujer sea valorada en todas sus dimensiones, sin estereotipos ni prejuicios.
La pregunta sería: ¿Cómo podemos, desde nuestro ámbito de acción, influir en las nuevas generaciones y lograr que cada vez sean más los que se identifiquen con esta mirada?
Afortunadamente, hoy nadie se guarda ni se esconde de los demás: la gente quiere ser lo que es. Los adultos y jóvenes de las generaciones millenial y centennial, que se caracterizan por su posición abierta a la diversidad, la inclusión y la equidad están comprometidos con la vida sin prejuicios y la fidelidad a sus convicciones. Así mismo, gracias a la Internet y a las redes sociales nuestra vida y la de los demás son hoy más públicas que antes, lo que ha contribuido a romper con paradigmas tradicionales y a destacar muchas acciones y opiniones que antes eran impensables para muchos.
[1] https://dle.rae.es/hombre?m=form