Quisiera sorprenderme como cuando era niña
Illustration by Lupita Owo

Quisiera sorprenderme como cuando era niña

Hace algunos años, cuando estudiaba la universidad, recuerdo que uno de mis profesores mencionó algo que me ha seguido durante toda mi trayectoria y aprendizaje como diseñadora. Hablaba sobre lo difícil que es crear algo nuevo, algo innovador y nunca antes visto, mencionaba como las personas hemos perdido la capacidad de sorprendernos ante lo nuevo, esa capacidad que caracteriza tanto a los niños y que los hace sorprenderse ante algo que no conocen. Y digo que me persigue porque es algo con lo que lidio día tras día. 

En numerosas ocasiones, sino es que a diario, dentro de Happy me encuentro con el reto de desarrollar desde cero el branding de una nueva marca. Mis primeros pensamientos siempre se dirigen a crear algo completamente innovador, algo que sorprenda y que nadie haya visto antes, pero durante el proceso me doy cuenta de lo complicada y retadora que suele ser esa afirmación. Empezando por la creación del nombre, hay miles y miles de combinaciones de palabras posibles, pero ninguna que no exista. Seguido del desarrollo de logotipo, y es que hay tanta competencia y vemos tantos a diario que existe un mundo de posibilidades ya exploradas. Así como en el proceso de selección cromática, ya que no es como que pueda inventar un nuevo color. Y así con cada una de las partes del proceso. 

Durante mi proceso de creación, siempre el primer paso es la investigación de la competencia de la marca a desarrollar, y después, de marcas totalmente opuestas o de otro giro para poder darle “ese twist” a esta nueva creación. Y es justo en este primer paso donde todo se torna complicado en mi misión de “crear lo inexistente”. Al iniciar con mi investigación siempre pienso que no hay nada que no podamos Googlear, y peor aún, no hay nada que Google no encuentre. Es así como me doy cuenta de que al menos una docena de marcas similares aparecen; marcas de igual nombre dentro del mismo giro, marcas con logotipos similares y carentes de personalidad, combinaciones cromáticas repetitivas, misiones y visiones copiadas unas de otras, etc. 

Me pregunto una y otra vez cuál es la probabilidad entonces de crear algo completamente nuevo, algo que genere sensaciones reales y llegué a una única conclusión. Es verdad, mi profesor tenía razón. Es muy difícil crear algo nuevo porque hemos perdido la capacidad de sorprendernos, porque todo lo encontramos con tan solo un clic, porque todo está a nuestro alcance en cuestión de segundos, porque vemos tanto y en tan poco tiempo que no conectamos realmente con nada que nos haga sentir especiales. Y es ahí en donde entendí cuál es el éxito de la creación de una nueva marca. Conectar. 

Conectar mediante la creación de diferentes canales emocionales dirigidos hacia un mismo fin. La combinación del impacto visual de la imagen + la atmósfera del interiorismo + las texturas del empaque + las emociones del manifiesto y razón de ser de la marca + suajes y colores de la papelería + los videos de las redes + la experiencia de navegación de la página web, etc. Cada detalle cuenta, cada detalle que haga única a la marca, que la haga diferente y colorida dentro de un mar lleno de peces grises. Cada detalle que genere una sensación y que en conjunto cree algo especial. Cada detalle que sorprenda. Cada detalle que conecte.

Juliana Précoma

Senior Designer

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